jueves, 26 de septiembre de 2013

la envidia y el síndrome de Solomon


-Formamos parte de una sociedad que tiende a condenar el talento y el éxito ajenos.
-La envidia paraliza el progreso por el miedo que genera no encajar con la opinión de la mayoría.
-Uno de los mayores temores del ser humano es diferenciarse del resto y no ser aceptado.

Uno de los mayores miedos del ser humano es destacar, sobresalir y diferenciarse del resto. Sobre todo por los juicios y críticas que puedan recibir por parte de los demás movidos por la envidia, un virus que paraliza el progreso.



En 1951, el reconocido psicólogo estadounidense Solomon Asch fue a un instituto para realizar una prueba de visión. Al menos eso es lo que les dijo a los 123 jóvenes voluntarios que participaron –sin saberlo– en un experimento sobre la conducta humana en un entorno social. El experimento era muy simple. En una clase de un colegio se juntó a un grupo de siete alumnos, los cuales estaban compinchados con Asch. Mientras, un octavo estudiante entraba en la sala creyendo que el resto de chavales participaban en la misma prueba de visión que él.

Haciéndose pasar por oculista, Asch les mostraba tres líneas verticales de diferentes longitudes, dibujadas junto a una cuarta línea. De izquierda a derecha, la primera y la cuarta medían exactamente lo mismo. Entonces Asch les pedía que dijesen en voz alta cuál de entre las tres líneas verticales era igual a la otra dibujada justo al lado. Y lo organizaba de tal manera que el alumno que hacía de cobaya del experimento siempre respondiera en último lugar, habiendo escuchado la opinión del resto de compañeros.

La respuesta era tan obvia y sencilla que apenas había lugar para el error. Sin embargo, los siete estudiantes compinchados con Asch respondían uno a uno la misma respuesta incorrecta. Para disimular un poco, se ponían de acuerdo para que uno o dos dieran otra contestación, también errónea. Este ejercicio se repitió 18 veces por cada uno de los 123 voluntarios que participaron en el experimento. A todos ellos se les hizo comparar las mismas cuatro líneas verticales, puestas en distinto orden.

Cabe señalar que solo un 25% de los participantes mantuvo su criterio todas las veces que les pre­­guntaron; el resto se dejó influir y arrastrar al menos en una ocasión por la visión de los demás. Tanto es así, que los alumnos cobayas respondieron incorrectamente más de un tercio de las veces para no ir en contra de la mayoría. Una vez finalizado el experimento, los 123 alumnos voluntarios reconocieron que “distinguían perfectamente qué línea era la correcta, pero que no lo habían dicho en voz alta por miedo a equivocarse, al ridículo o a ser el elemento discordante del grupo”.

A día de hoy, este estudio sigue fascinando a las nuevas generaciones de investigadores de la conducta humana. La conclusión es unánime: estamos mucho más condicionados de lo que creemos. Para muchos, la presión de la sociedad sigue siendo un obstáculo insalvable. El propio Asch se sorprendió al ver lo mucho que se equivocaba al afirmar que los seres humanos somos libres para decidir nuestro propio camino en la vida.

Más allá de este famoso experimento, en la jerga del desarrollo personal se dice que padecemos el síndrome de Solomon cuando tomamos decisiones o adoptamos comportamientos para evitar sobresalir, destacar o brillar en un grupo social determinado. Y también cuando nos boicoteamos para no salir del camino trillado por el que transita la mayoría. De forma inconsciente, muchos tememos llamar la atención en exceso –e incluso triunfar– por miedo a que nuestras virtudes y nuestros logros ofendan a los demás. Esta es la razón por la que en general sentimos un pánico atroz a hablar en público. No en vano, por unos instantes nos convertimos en el centro de atención. Y al exponernos abiertamente, quedamos a merced de lo que la gente pueda pensar de nosotros, dejándonos en una posición de vulnerabilidad.

El síndrome de Solomon pone de manifiesto el lado oscuro de nuestra condición humana. Por una parte, revela nuestra falta de autoestima y de confianza en nosotros mismos, creyendo que nuestro valor como personas depende de lo mucho o lo poco que la gente nos valore. Y por otra, constata una verdad incómoda: que seguimos formando parte de una sociedad en la que se tiende a condenar el talento y el éxito ajenos. Aunque nadie hable de ello, en un plano más profundo está mal visto que nos vayan bien las cosas. Y más ahora, en plena crisis económica, con la precaria situación que padecen millones de ciudadanos.

Detrás de este tipo de conductas se esconde un virus tan escurridizo como letal, que no solo nos enferma, sino que paraliza el progreso de la sociedad: la envidia. La Real Academia Española define esta emoción como “deseo de algo que no se posee”, lo que provoca “tristeza o desdicha al observar el bien ajeno”. La envidia surge cuando nos comparamos con otra persona y concluimos que tiene algo que nosotros anhelamos. Es decir, que nos lleva a poner el foco en nuestras carencias, las cuales se acentúan en la medida en que pensamos en ellas. Así es como se crea el complejo de inferioridad; de pronto sentimos que somos menos porque otros tienen más.

Bajo el embrujo de la envidia somos incapaces de alegrarnos de las alegrías ajenas. De forma casi inevitable, estas actúan como un espejo donde solemos ver reflejadas nuestras propias frustraciones. Sin embargo, reconocer nuestro complejo de inferioridad es tan doloroso, que necesitamos canalizar nuestra insatisfacción juzgando a la persona que ha conseguido eso que envidiamos. Solo hace falta un poco de imaginación para encontrar motivos para criticar a alguien.

El primer paso para superar el complejo de Solomon consiste en comprender la futilidad de perturbarnos por lo que opine la gente de nosotros. Si lo pensamos detenidamente, tememos destacar por miedo a lo que ciertas personas –movidas por la desazón que les genera su complejo de inferioridad– puedan decir de nosotros para compensar sus carencias y sentirse mejor consigo mismas.

¿Y qué hay de la envidia? ¿Cómo se trasciende? Muy simple: dejando de demonizar el éxito ajeno para comenzar a admirar y aprender de las cualidades y las fortalezas que han permitido a otros alcanzar sus sueños. Si bien lo que codiciamos nos destruye, lo que admiramos nos construye. Esencialmente porque aquello que admiramos en los demás empezamos a cultivarlo en nuestro interior. Por ello, la envidia es un maestro que nos revela los dones y talentos innatos que todavía tenemos por desarrollar. En vez de luchar contra lo externo, utilicémosla para construirnos por dentro. Y en el momento en que superemos colectivamente el complejo de Solomon, posibilitaremos que cada uno aporte –de forma individual– lo mejor de sí mismo a la sociedad.


Artículo original

martes, 24 de septiembre de 2013

king of the air

Diez años más tarde se hace un homenaje con un montaje que poco tiene que ver con lo que pasó en el 2003.
Hoy, el kiteboarding se ha convertido casi en un deporte de masas dentro del subgénero de los deportes acuáticos, y con la efervescencia que Redbull ha ido cogiendo en la última década, por un lado, y la cobertura de los medios así como su posterior propagación por los interwebs, han conseguido que el espectáculo esté servido.

Un evento de estas características, con jueces conocidos y kiters de primera línea que no temen ni hacen ascos a un reto semejante, siempre es llamativo incluso para los profanos en la materia.

Aquí les dejo un resumen que es una buena muestra de lo que condiciones de más de treinta nudos y la técnica adecuada pueden conseguir...


lunes, 23 de septiembre de 2013

Otoño

Otoño, por fin.
Bello Otoño, con mayúscula, porque lo es.
Fuera ya los veraneantes (acaso hay otoñantes?), y máxime si la orilla se presenta revuelta... es un placer navegar en casa.

Panorama casi desolador. Magnífico.
Cuatro locos, como quien dice, deseando que lleguen momentos como el de esta tarde. Un almuerzo más o menos ligero, cafelito, y tirando con los bártulos a la Canaleta, punto de reunión. Kilómetros de playa para nosotros, no hay lugar a trifulcas ni marcados de territorio. El mar es de todos. El mar es libre, y nos transmite su condición a los que, en un día extraño como el de hoy, nos atrevemos a vivir con él, en él, sobre él, por y para él.

Manu tiene su primer contacto con un viento bastante asurado, casi un poco hacia el Este a ratos, fuerte al principio, veinte nudos (aunque fue bajando paulatinamente), y olas de tamaño que él nunca había enfrentado, amén de fuerte corriente hacia la derecha de la playa que hacía perder el viento aparente y dificultaba la arrancada al planeo.

Aún así, el tío se ha currado un par de largos o tres, orilleando a gran velocidad:

En unos segundos lo perdí de vista!!!!
Qué tío! Poco a poco ya va cogiendo su estilillo. Me ha gustado verle valiente, luchando con esa pertinaz  y odiosa ola orillera para el aprendiz.
Yo he aprendido a usarla, a casi amarla, a aprovecharla, disfrutarla.

Hacía mucho que no usaba la cometa "pequeña", esa Nomad 2011 de 9 metros, que me ha hecho trabajar de lo lindo durante más de media hora hasta que le he pillado el hilo. No sé si me gusta o la odio, es curioso.

Para acabar, un colacao en el Boulevard, acompañado de palmera de chocolate para el niño, y sin palmera para Abellán, y un servidor se vio obligado a meterse un tercio bien frío para reponer sales minerales...

Buena tarde, la primera de una serie postveraniega, espero, que echábamos de menos y que espero no nos falten.

domingo, 22 de septiembre de 2013

trail

Con unos 22º C a las 9 de la mañana, una buena opción para empezar el domingo es dar un paseo en moto.
Dar una vuelta en moto es, per se, una opción magnífica siempre. Me olvido de todo, me concentro en disfrutar del paisaje, de las sensaciones. Me relajo, en suma.
Como aún no se ha levantado la veda de circulación de vehículos de motor por el campo con motivo de la legislación anti incendios, no me he querido aventurar demasiado. De todos modos, un escorpión siempre será un escorpión, y no he podido evitar transitar alguna que otra pista de anchura "legal", sin demasiadas complicaciones salvo algún banco de arena.

En medio de ninguna parte
Recorro tranquilamente, en tercera velocidad a punta de gas, respetando el límite genérico de vehículos a motor por campo de 40 km/h, kilómetros y kilómetros de pista entre pinos, propios de la zona entre Aljaraque y Cartaya. Encuentro algunos ciclistas, a los que respeto y saludo. Procuro no hacer ruido, no dar acelerones ni levantar tremenda polvareda.
El no cuidar nuestra actitud como motoristas es lo que lleva a las prohibiciones y cortapisas. El campo es de todos, y hay que respetar a la naturaleza misma y a todos aquellos que disfrutan de ella, si nosotros también queremos ser respetados. Un vehículo a motor puede ser visto como algo muy invasivo si va a escape libre y escarbando cruelmente el suelo.

Sigo avanzando, y llego a una trampa de arena en pleno cruce de caminos. Paro para decidir por dónde seguir, y cuando quiero arrancar, la rueda trasera: desmonto, dejo caer la moto un poco y la vuelvo a levantar. Con ese simple gesto, se vuelve a llenar de arena el hueco debajo de la rueda. Sin montar, meto primera y con un leve empujoncito, avanzo unos metros para salir de la trampa. ¡Problema solucionado!
Parece que el bagaje de moto off road de mi juventud ha servido para algo...

Sin más, me introduzco en un bosque de eucaliptos totalmente fuera de lugar en este paraje, atravesado por una larga recta:

Después de unos cuantos kilómetros más, salgo a la carretera. La temperatura ha subido varios grados, y me interno por la pista forestal asfaltada que va en dirección a la Venta Pakún. Es una carreterilla estrecha, con algún bache que otro, y más bien descuidada, en la que encuentro tres grupos de ciclistas. Me gusta cogerla porque está casi toda ella en sombra, y en un día como hoy se agradece.

Decido, para terminar mi periplo dominguero, visitar la playa del Espigón de Huelva, situada justo antes del Dique Juan Carlos Primero. Una carretera que conforme avanza se va volviendo más y más salvaje, descuidada y horrible, me sumerje en pleno paraje natural, flanqueado primero por unas salinas en plena actividad con máquinas y camiones funcionando (recuerden, es domingo), y después por esteros y miradores para inmortalizar aves con cámaras fotográficas. A la izquierda, tras la ría de Huelva, el Polo Químico, y a la derecha vamos viendo Punta Umbría. Y al final de la carretera infame encontramos unos aparcamientos habilitados con sus correspondientes pasarelas de madera para acceder cómodamente a la playa. Playa que se conserva de manera virginal gracias a la ausencia de edificaciones y explotación turística, pero que las pocas veces que la he visitado me llevo siempre la misma sensación de suciedad y poco cuidado que, nosotros, los seres humanos, tenemos con el medio ambiente.
A pesar de varios carteles anunciando la prohibición de acampar, he podido ver varias tiendas de campaña junto a coches y furgonetas a pie de carretera, sin vergüenza, sin esconderse, sin pudor. Con descaro. La arena está llena de palets de madera, bolsas, botellas y latas vacías, sedales, y basura variada, a pesar de que hay contenedores de basura... vacíos, claro.
Al fondo, el espigón, lleno de cañas de pescar.

De ahí no pasé.  A la izda, la ría de Huelva, a la derecha mar abierto.
Misma ubicación desde otro punto de vista:


El calor empieza a apretar, dudo entre quitarme la cazadora o no, y pienso si volveré alguna otra vez por aquí...

Como curiosidad, inmortalizo mi ida y venida por aquellos andurriales con esto, que me ha llamado la atención:

MUAHAHAHAHAHAHHAHA!!!!

sábado, 21 de septiembre de 2013

70

Bodo, un señor alemán que decidió aprender kitesurfing como autorregalo al cumplir los 70, nos demuestra que, como casi todo en la vida, querer es poder.
Claro, siempre contando con las ideales condiciones de la tranquila isla de Karpathos...


Todo un ejemplo, y queda claro que nunca es tarde para lanzarse a nuevas aventuras y que la juventud, o la vejez, es un estado de la mente.

el punto de vista del águila

Y no lo digo en sentido figurado. Vean esto y regocíjense, congratúlense de lo que la naturaleza puede ofrecer, pues todo en ello es magnífico:



Ah, de nada.

Se nos pira la pinza?!?!?!?!?!

Esto que sigue lo encontré en una web dedicada a bicis de montaña:




Brian Keener se gana la vida construyendo telescopios, pero ha puesto su experiencia en mecanizados a trabajar haciendo algo más fácil de ver con el ojo desnudo: este monstruo de ruedas de 36 pulgadas. Construyó la primera hace unos ocho años, y la ´montó por todas partes, desde pasear hasta carreras de 24 horas, unas 50.000 millas, dice.




Su segunda bici, fotografiada aquí, incorpora una vieja horquilla (?) Cannondale Lefty Max con un recorrido de 140 mm en lo alto del cojín provisto por las cubiertas 36x2.6 Vee Rubber,. Keener dice que él y un puñado de devotos fans de las 36ers usaron sus recursos para que Vee Rubber fabricara una pequeña serie.

 

Los bujes son hechos expresamente con una anchura de 185 mm, y la caja del pedalier es de 83 mm con un pequeño ajuste mediante excéntrica (n. del t.: para facilitar el tensado de la cadena en singlespeed). Las llantas son de doble pared, e incluso van montadas sin cámaras. El cuadro, así como el manillar, son de acero, con una potencia estilo Bullmoose integrada.



Dice el probador que "pedaleé un poco con ella, y no hay duda de que hay que acostumbrarse, y con unos 22 kg de peso, no sale realmente disparada, pero una vez que coges velocidad, creo que puede causar un serio daño a un rock garden (n. del t.: tramo de piedras o cantos rodados de generoso tamaño que se suele ubicar en algunos recorridos)."
Keener dice que no tiene planes para la producción, y que él es solo un entusiasta, pero espera que el segmento crezca y anima a más marcas a involucrarse haciendo mejores componentes.

 



viernes, 20 de septiembre de 2013

Canela fina

Isla Canela es la playa más al Oeste de Andalucía y, por ende, de Huelva. Justo a continuación, atravesando el Guadiana, se encuentra Portugal.
Tiene ciertos atractivos turísticos que a mí me importan poco (pues no juego al golf ni pretendo pasar estancias en hoteles ni adosados), pero hay algo que sí me resulta de interés: posee una zona kite muy especial.

Cuando baja la marea, se queda una charca que puede incluso vaciarse en momentos de alto coeficiente, y es un espacio grandísimo. He llegado a navegar con otras cincuenta personas en el agua sin ningún problema, y eso siempre mola.

Otra característica peculiar es que sus aguas presentan una enorme planitud, ausencia de oleaje, lo que hace que aprender allí, o perfeccionar, sea un juego de niños. Por ello, es más factible navegar con poco viento, ya que no tienes que pelearte con olas que frenan constantemente tu avance. Punto positivo para el low wind style!

Finalmente, se aprecia que, quizá por su lejanía con el Estrecho, le afecta un poco menos la influencia del Levante, y es más probable que entre algún térmico de última hora cuando en el resto de la provincia no. Como ayer.
Terminé de almorzar, consulté el Magnetik, y decidí (viendo la previsión de Levante previsto para varios días...) meter los bártulos en el coche y tirar inmediatamente. Bueno, cuando llegué vi que la cosa estaba un poco justita, y el twintip ni lo usé. Sólo un par de cursillistas al fondo a la derecha, un aprendiz haciendo minilargos donde yo estaba, y un grupito compartiendo un foil de 17 ó 19 metros, que a veces llegaba al sitio y otras venían andando por la orilla...

Tras el oportuno calentamiento me enfundé la chaquetilla de neopreno (el agua aquí está más fría que en Punta Umbría, bastante), cogí mi LTD, y pal agua que me metí...

Bueno, llevo poco tiempo con esta tabla un poco especial. Es una especie de híbrida, la primera tabla de race de serie, que se puso a la venta en el 2009. En estos cuatro años ha cambiado mucho (y eso es decir poco) la tecnología de las tablas de race, y lo que se estila hoy bien poco tiene que ver... Pero a mí me gusta mucho desde el primer momento que la vi: es razonablemente pequeña, tiene un volumen aceptable para usarla con poco viento, y sólo dos quillas que la hacen muy manejable. En verdad, está a medio camino entre un twintip y una tabla de race contemporánea y puede que, realmente, no haga bien ninguna de las dos cosas... pero a mí me vale, al menos de momento. Y desde que la tengo, pardiez, le he sacado buen provecho porque tiene que haber verdadera calma chicha para que no pueda navegar... y eso usando mi mayor cometa de 12 metros!!  ¿Qué sería con una de 16 ó 17?

Al principio no conseguí volver al sitio del que salí, y al tercer largo me di un pequeño paseo por la orilla (el walk of shame de los aprendices, jajajaja). Pero enseguida me adapté, y es que hay que coger el punto exacto de inclinación de la tabla y el reparto de pesos, que son totalmente distintos a los de un twintip. Sin darme cuenta, ya estaba ganando terreno al viento mientras otros se peleaban con Eolo o maldecían su estampa allá en la orilla. Además la fuerza subió un par de nudos y empecé a disfrutar de verdad.
Me pegué varios largos en toeside, e hice cuatro o cinco intentos de trasluchada... fallidos, por supuesto. Algún minisalto con las olas de una o dos cuartas que se iban formando mientras bajaba la marea, y un par de veces me enchufé a velocidades interesantes. Aprendí a manejar el viento aparente, y a navegar con el pie trasero fuera de su cincha.

En resumen, una tarde buenísima. Navegar en soledad, después de un verano de sequía como el que ha pasado, no tiene precio. Esos momentos con el Sol a punto de ponerse, son gloriosos, casi místicos diría yo.

Hidratarse es importante cuando acaba la sesión.
Acabando de recoger el material, satisfecho total.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

diseño

Puede que de entre todas las piezas del mobiliario la silla sea la que mayor interés y fascinación despierta entre sus diseñadores. contemplarlas exclusivamente como un apoyo para el asiento sería perderse la integridad de su esencia: la silla dice mucho de su propietario, de la vida que lleva y de la sociedad en la que vive. conseguir que una silla responda correctamente a las necesidades para las que ha sido concebida y además perdure en el tiempo es más que un reto para sus diseñadores. Les presento diez que son ejemplos claros del diseño moderno:

 marcel breuer. wassily (1925-27)
silla wasily de marcel breuer

la estructura tubular de acero de la silla b3, inspirada en la bicicleta del propio autor, enamoró al pintor abstracto wassily kandinsky que le “prestó” su nombre y al fundador de la escuela de arte y diseño bauhaus, walter gropius, que la utilizó para amueblar su oficina. su bastidor, un tubo de acero continuo sin costuras, aprovechaba todos los avances de la próspera industria metalúrgica alemana

  alvar aalto. stool 60 (1933)
silla stool 60 de alvar aalto




es el taburete más famoso del mundo y a pesar de haber cumplido ya los 80 años mantiene intacto su espíritu moderno, funcionalidad y pureza de líneas con los que fue concebido por el finlandés alvar aalto en 1933. su creación supuso una auténtica revolución por capacidad para ser apilado ahorrando espacio de almacenaje y su exclusiva técnica para curvar la madera

grupo austral . butterfly (1938)

silla butterfly de grupo austral

con un parecido más que razonable a la decimonónica silla de campaña tripolina, sus autores, los argentinos del grupo austral idearon una estructura de acero macizo con una funda volada originalmente de cuero. en ella el cuerpo cae adoptando posturas más desestructuradas que las propias de una silla, acercándonos a la sensación de estar recostados en una hamaca.  existe una reinterpretación en hormigón utilizada como mobiliario urbano en las plazas bonaerenses

charles y ray eames. rar (rocking armchair rod), 1948-1950


silla rocking de eames

esta pareja de prolíficos arquitectos y diseñadores es la culpable de muchos de los diseños contemporáneos más reconocidos e imitados. su manera de trabajar nuevos materiales como la fibra de vidrio y la resina junto con su capacidad para producir en serie  dispararon su popularidad que llega intacta hasta nuestros días. su fiberglass chair,  desarrollada por los eames para el concurso “low-cost furniture design”, fue la primera silla de plástico fabricada industrialmente y tiene múltiples bases y acabados

hans j. wegner. round chair (1949)

su inagotable capacidad de creación (más de 500 diseños de sillas) y su pasión por la funcionalidad y los elementos naturales convierten a hans j. wegner en uno de los mejores exponentes del diseño danés. conocida como “la silla” y elegida la más bella del mundo, la round chair fue la tercera protagonista del debate presidencial que enfrentó a nixon y keneddy en 1961

round chair de hans j. wegner


arne jacobsen, serie 7 (1955)

su sencillez la convirtió en un superventas y la serie 7 del danés arne jacobsen sigue siendo uno de los mayores éxitos comerciales de la historia, y también uno de los modelos más imitados.  aunque resulta menos espectacular que otros diseños del autor (egg, swan,ant,…) su estructura curva conlleva un complejo moldeado y  su versatilidad la hace adaptable a cualquier ambiente y estancia
silla serie 7 de arne jacobsen

eero saarinen. tulip (1955-1956)

arquitecto de formación, el finlandés eero saarinen aplicó también sus dotes de escultor para la realización de su diseño más icónico. obsesionado con la idea de eliminar las patas de sillas y mesas, trabajó durante años en la idea de un pedestal, primero a través de dibujos y más tarde con reproducciones a escala que situaba en una habitación también diseñada a escala para asegurarse que  convivía bien con el entorno
silla tulip de eero saarinen

verner panton. panton 1959-1960

amante del plástico, el color y las formas geométricas, el afamado diseñador danés  verner panton tenía como objetivo crear una silla cómoda, de una sola pieza y que pudiera utilizarse en cualquier sitio. fue así como nació la panton: la primera silla apilable, moldeada por inyección a partir de un solo material y una sola pieza.  ganadora de múltiples premios internacionales y con presencia en museos de arte moderno se mantiene viva como un diseño atemporal

silla panton de verner panton




ero aarnio. ball chair (1963-65)   

ball chair de eero aarnio

a pesar de ser identificada como uno de los iconos de la cultura pop, su autor, el finlandés eero aarnio huía de lo efímero e inmediato del espíritu de los 60. la concibió para su propio disfrute y la construyó a su medida y permite crear dentro de cualquier habitación un espacio de intimidad y privacidad, la atmósfera adecuada para poder leer, relajarse o mantener una conversación telefónica

  frank o. gehry. wiggle (1972)

el canadiense y ganador del pritker de arquitectura frank o. gehry, autor de edificios tan representativos como el museo guggenheim de bilbao o la bodega-hotel marqués de riscal (elciego, álava),  se adentró en el diseño de mobiliario con la serie easy edges. concebidas casi como esculturas, las catorce piezas de la serie estaban fabricadas en cartón corrugado y gehry abandonó su producción unos meses después de iniciarla para que su éxito no interfiriera en su carrera de arquitecto
silla wiggle de fran o. gehry

volar

¿Es esto volar?
¿Ein?

Ruben Len10 ejecutando con maestría uno de sus megaloops

lunes, 16 de septiembre de 2013

Cycles

La elección del tamaño de la rueda de una bici debe ser fruto de un consciente y deliberado estudio, y no una imposición de los fabricantes o los gurús del mainstream bicimontañista. 
Por ello, ante la apabullante desaparición de las ruedas de 26" del ámbito de la competición, yo aplaudo, hay que aplaudir, situaciones como ésta:


Por lo demás, un hecho interesante acontece en estos días, interesante por la naturaleza épica del suceso, lo que me llena de alegría y regocijo:


diseño

Otras veces, hay que recurrir a un producto elaborado, pero no se debe perder de vista el fin, porque el fin lo es todo. El fin determina el qué, aunque no el cómo. No debe alejarse demasiado el cómo del qué, debe ir entrelazado, formar un todo, una unión íntima que casi no permita la separación, la distinción.
En ocasiones, lo simple no es suficiente, y hay que aplicarse en cuestiones complejas. Pero nunca olvidar los principios más elementales de la estética áurea:










domingo, 15 de septiembre de 2013

curvas!!!

Una visita, una entre las últimamente demasiado esporádicas, a una de mis carreteras favoritas de la provincia.
Para llegar a ella, hay que pasar un peaje en forma de treinta y tantos km de autopista, cosa que me tomo con calma, con el control de crucero, escuchando buena música, y disfrutando de la velocidad moderada gracias a la descapotabilitud del aparato alemán a cuatro ruedas:

20º a las 8:30 de la mañana, todo un lujo típico de Septiembre
Pronto dejo la autobahn para coger una carretera comarcal, muy muy muy revirada, llena de curvas lentas, subidas y bajadas. Una pequeña recta de un par de km y enseguida entramos en faena. A mi derecha e izquierda, justo antes de llegar a las curvas, el dorado color de los campos tras un verano caliente, me rodea:


De modo que entramos en faena. Disculpen que no les muestre fotos de las curvas de marras, ni mencione la localización de dicha vía maravillosa, lecho de fantásticas rutas sobre ruedas, paraíso de la gasolina, etc, etc.

Algunos ciclistas por aquí y por allá, nada importante, se les ve de lejos, o tuve suerte por verlos con antelación.

En un momento dado, paro a sacar esta toma, para regocijarme, en solaz y solitaria pasión, con la montaña que me rodea:


Me encantan esas carreteras de montaña, casi puertos, sin líneas pintadas que dividan los carriles. Un recorrido encantador con incontables curvas de todo tipo, que se retuerce más y más, se encaja entre cuasi-acantilados, y hace rebotar el sonido grave y rotundo, fuerte, de los seis cilindros apurando marchas cortas.
Delicioso.

Mejor no abusar de estas sensaciones, no conviene levantar la liebre. Los ciclistas, labriegos, cazadores y demás seres mojigatos en general, tienen miedo. El miedo lleva al odio, el odio a la ira, y la ira al lado oscuro. Mejor mantenerse en el lado "bueno", usando la cabeza, la prudencia y la templanza, para poder seguir contando y disfrutando de estas obras de la mente humana.

sábado, 14 de septiembre de 2013

diseño

¿Se puede aunar una pieza útil, ecológica, fácil de fabricar? Es algo tan simple, tan elemental, que a menudo pasa por delante de nuestros ojos (y de nuestras mentes) sin que podamos percibirlo.

Ya lo digo Miguel Angel cuando alguien le preguntó cómo era capaz de realizar aquellas fantásticas esculturas: "simplemente voy quitando todo lo que sobra".

Simpleza. Sencillez. Un concepto tan olvidado es, sin embargo, algo esencial, algo elemental, en todo buen diseño que se precie:







viernes, 13 de septiembre de 2013

¿es esto rápido?

Algunos creen que Rossi, Lorenzo o Márquez, son rápidos.

MUAHAHAHAHAHAH!!!

Permitan que me descojone, que me desternille, que me parta, la verdad.

Sin ninguna duda, Guy Martin no sólo es EL MÁS RÁPIDO, sino que no comprendo cómo con el tremendo tamaño de sus pelotas pueda correr a ese nivel:




Esto es el TT. No hay más.

jueves, 12 de septiembre de 2013

Sibirsky Extreme

Este es el viaje en moto que todo aficionado al todoterreno, al trail, a la aventura o a lo que sea como quieran llamarlo, desearía hacer alguna vez. Lamentablemente, como tantas cosas, más que cuestión de valor, técnica o arrojo, es más un tema de tiempo y dinero...


miércoles, 11 de septiembre de 2013

sábado, 7 de septiembre de 2013

jueves, 5 de septiembre de 2013

momentos

Camino por el sendero de tablas que me lleva a la arena de la playa. El viento acaricia mi barba de varios días, testigo vivo de mi desidia. Cierro los ojos para sentir mejor la brisa en la cara. Es fantástico cómo se puede disfrutar de una cosa tan simple.

A menudo, en medio del bosque de pinos en que se ha convertido el territorio entre Aljaraque y Cartaya, mi recorrido habitual de mtb, paro en cualquier lugar apartado a escuchar el silencio. Curioso eso de escuchar el silencio. Algún trino de aves autóctonas que no se distinguir (de todo no se puede saber, digo yo) rompe el momento, o añade color, según como se mire. Echo una meada, bebo agua, dejo que esa gota de sudor escurra y caiga al suelo por sí sola. Me quito el casco y las gafas para sentir el aire libre. Puedo pasar varios minutos, ahí apoyado en el tubo horizontal de la bici, sin hacer nada, simplemente respirando, siendo consciente de mí mismo y nada más. Es sencillo, y a la par tan raro...

Recuerdo vívidamente el primer día que logré volver al sitio, iba y venía sin perder barlovento. Fue en Septiembre del año pasado, o a finales de Agosto. Ganaba terreno al viento sin problemas, empezaba a disfrutar de la navegación con la cometa. En el camino de vuelta hacia el coche descubrí que lloraba. Había sido un año y medio largo y duro, pero había superado, victorioso, el dolor, la tullidez pasajera, la falta de fuerza muscular, y me había incorporado al trabajo sufriendo mucho, con la pierna en muy mal estado, pero había que hacerlo. Hay que tomar decisiones, hay que estar, hay que ser. Lloré, de alegría, de emoción, noté que la vida se abría paso en mi interior. ¡Dioses, que feliz me sentí!
Muchas veces, casi cada vez que he vuelto de Punta Umbría por la autovía, en la larga recta con el Sol de cara, pronto a ocultarse, ese momento en que ya agotado, con las ventanillas bajadas, a velocidad moderada o baja, y alguna buena canción sonando en el reproductor del coche, me he sentido tan feliz, simplemente disfrutando de ese momento, culminación de un día. Sólo ese momento, por vivirlo, ha merecido levantarse temprano.

Un viaje en moto tiene muchos momentos. Uno de los mejores es cuando encuentras el ritmo. Entrar en comunión con la palpitación del motor, que parece acompasarse a tu propio corazón, a la velocidad de tus pensamientos... se llega al centaurismo total y el tiempo parece no transcurrir. Todo desaparece a tu alrededor y al mismo tiempo eres consciente de los olores, los paisajes, los colores. El que vive ese momento queda enganchado a la moto. Para siempre. Hace que te olvides de todo.

Hoy parecía que podía entrar el viento. Ha sido un día raro, soplando Sur toda la mañana, con 15 nudos y rachas de hasta 18, varios privilegiados han navegado a mediodía.
La tarde en cambio, prometía algo, no sé muy bien qué, y decidí ir con Manu y ver si podíamos aprovechar algo...

Ha sido inútil. Mientras Manu montaba su cometa yo decidí tomar un café en el Mosquito. La ligera brisa había bajado en intensidad, y rolaba misteriosamente a Sureste, algo que yo nunca he visto aquí. De todos modos, allí solo, en la barra de ese atípico chiringo, miraba al horizonte y dejé de pensar mientras paladeaba el oscuro brebaje (les sale bien)...


Sentado en un taburete alto he vuelto a tener uno de esos momentos únicos. Puedo hablaros de ellos, instantes pasajeros que te llenan y que por sí solos justifican un viaje, un esfuerzo, una vida. Pero no espero que lo comprendáis, no puede hacer eso en realidad. Tienen ustedes que vivirlo.

La tarde, no obstante, no ha sido perdida en vano, no. Agradables charlas con el Maestro Cometero y con mi hijo, recogida de la tabla North en Rekite, un poco de lectura, el visionado de un episodio de la quinta temporada de Hijos de la Anarquía, la ejecución de ocho saludos al sol seguidos (surya namaskar)... Todo ello he podido hacer.


begin?

Comenzamos. Comienzo. Dejà vue, desde luego. ¿Qué más da?

Perdí la cuenta, y no me duele reconocerlo, de las veces que inicié una temporada de jogging.

Me da por ahí, y empiezo a correr un buen día, generalmente después de una temporada de inactividad. La necesidad fisiológica que siempre tuve de liberar tensiones a través del esfuerzo físico me ha llevado a practicar una variopinta y dispar cantidad de deportes, con mayor o menor fortuna.

Ustedes, escasos seguidores de este humilde bloc, ya se habrán dado cuenta de ello.

Por lo general, la llegada del calor veraniego obliga a una relajación en la actividad lúdico-física, por el calor reinante en estas latitudes, mayormente.

Así que, un par de días a razón de 20 minutillos cada uno, otro par de descanso, y ayer un poco más:


Un ritmo medio de poco más de 5 minutos por km, bastante mediocre, lo sé. Cuando acabé me tomé pulsaciones (oh, gran herramienta multipropósito llamada gayfón):

Muy relaxed, cardiopulmonarmente sobrado, el tema era conservar los músculos. Hace tiempo aprendía la lección y sé bien que yendo poco a poco es mejor y me libraré de las incómodas agujetas. Ya estoy mayor para sufrir, y sabiendo cómo evitarlo, ¿por qué no hacerlo?
No hay prisa, por supuesto.

En cuanto a las herramientas, les presento a mis amadas Asics, más de quince años con ellas:


¡¡Quince años!! Los más puristas del material deportivo se llevarán las manos a la cabeza. Pero lo cierto es que me han dado un resultado fabuloso, y he corrido con ellas durante cientos y cientos de kilómetros, con frío y calor, agua, barro, asfalto, campo, incluso he jugado a paddle, hice bici de montaña, algo de monopatín, turismo... De todo, he hecho de todo con ellas, oigan. Y si las cambio es porque creo, sinceramente, que puedo aumentar verdaderamente mi calidad de vida: unas zapas modernas serán más ligeras, con mejor sujeción y amortiguación. Pero no duden que resultará una decisión difícil deshacerme de mis queridas Asics...

sublimación

El concepto, el cuatro en linea, lo sport. Lo bello.





Son tantos los detalles, es tan perfecta en su elaboración, pero sobre todo tan bonita, que no puede dejar indiferente a quien tenga un mínimo sentido de la estética, de amar lo bien hecho.
Esta moto es historia, es cultura motociclista.
Es una Mojonda. Aún así y todo, debo reconocerlo, es increíblemente masmolable.