"Así, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca" - (Apocalipsis)
Por desgracia España está llena de progres de postal, que no son otra cosa que clases medias aburguesadas que juegan a mantener su conciencia limpia e impoluta, negando la cruda realidad. Una realidad que te dice que ante los que han jurado matarte y destruir la cultura europea y occidental no hay diálogo posible.
También es hipócrita que se nos olvide la realidad. Para cuando la II de Irak, ya habíamos ido a la primera, pero de verdad, con chavales haciendo la mili, mandados por la izquierda. Fuimos porque, pese a que muchos no quieran recordar, la persona que volviendo en 2003 quitamos del poder, era un dictador sangriento. Había invadido Kuwait, porque le vino en gana. Lo mismo que hizo antes con Irán, pasando ocho años en guerra. Lanzó misiles contra Israel y Arabia Saudí. Aparte de masacrar a su propio pueblo, gaseó a los kurdos.
Antes de las Azores, los terroristas habían tumbado el World Trade Center, las embajadas de EEUU en Kenia y Tanzania, derribado aviones, instaurado en Afganistán un gobierno que dinamitaba los Budas y lapidaba a las mujeres. Podemos buscar todas las excusas que queramos, pero la única realidad es que grupos como Daesh nacen porque llevan 13 siglos queriendo imponer su forma de vida en todo el mundo, a sangre si es preciso.
Porque antes del Estado Islámico estaba Al Qaeda. Y antes de Al Qaeda estaba Hezbollah y Hamás, Al-Gama'a, al-Islamiyya o los terroristas chechenos que volaron una escuela con cientos de niños en Beslán.
Y mucho antes de eso estaba el GIA.
Y cien años de la foto de las Azores, musulmanes cometían el primer genocidio programado de nuestra era sobre la minoría armenia.
El fundamentalismo tiene un padre: él wahabismo y una madre: el petróleo Saudí. Son incontables los atentados similares que han golpeado países que no tienen nada que ver con la guerra de Irak ni con el caos posterior: en Bali dos veces, en Jakarta, el Marroit y la estación de tren en Bombay etc. Nos odian por lo que somos, no por lo que hacemos.
Buscar excusas y motivos sólo nos hace eximirles de culpa. Al final no es que ellos quieran matar, es que se ven obligados por los bombardeos, la presión de Occidente, las conspiraciones judeo-masónicas, el Nuevo Orden Mundial y no sé qué mil cosas más. Y la única explicación cierta es que no soportan convivir con nadie que no sea de su cuerda, que una parte de ellos son extremadamente violentos y que ven normal imponernos sus leyes por las armas. Y que si no pueden, no dudan en matarnos para demostrarnos el terror que nos merecemos como infieles.
Europa gobernó el mundo durante cinco siglos. Ahora no nos atrevemos ni con el Estado Islámico. Iniciamos nuestra decadencia en la I Guerra Mundial, y nos destruimos durante la II Guerra Mundial. Estados Unidos nos mantuvo en pie durante la posguerra, pero caído el Comunismo se fue, y desde entonces todo ha sido corrupción política, prohibición de derechos laborales y una vida evidentemente peor. No sé hacia dónde vamos, pero el futuro no se presenta halagüeño, sino oscuro e incierto, porque Europa, que carece de sus antiguos ejércitos y de sus sólidos principios morales, religiosos y sociales, sólo se mantiene gracias a que nuestros vecinos son más débiles.
Es cierto que no todos los islamistas son terroristas, pero todos los terroristas son islamistas. Hemos visto como las 2° y 3° generaciones de inmigrantes en Francia se volvieron integristas, como también hemos vistos como las 2° y 3° generación de inmigrantes andaluces y extremeños en Cataluña se volvieron independentistas. En ambos casos hay una inmersión cultural que es un lavado de cerebro ya sea en una mezquita o en un aula, por eso ambas debes de ser controladas y llevadas por las personas correctas.
Y desde luego, ahora veo horrorizado, una vez más, a la Bardem encabezando un nuevo movimiento de "no a la guerra". No hay remedio.
ASCO