Buena, buenísima mañana para comprobar que las primeras sensaciones percibidas hace unos días fueron las correctas.
Me he adentrado un poco más en mi mundo de senderos, aunque no estuvieran en su mejor momento dada la sequedad del terreno y el calor de la época.
Cuarenta kilometrillos a un ritmo medioqué para ser mi reentrada veraniega. El arma utilizada se muestra espectacular en su manejo, tremendamente reactiva, obediente en lo que toca a su tren delantero, cómoda, ligera... En una palabra, eficaz. La Scalpel me gusta en general, en su concepto desde el punto de vista ingenieril, por sus soluciones extrañas, singulares, retadoras. Pero lo que más me ha pasmado ha sido la Lefty, esa horquilla que le da una imagen única a las Cannondale. Su funcionamiento es impresionante, su rendimiento excelente, y parece que no hay nada ahí, te olvidas de ella. Eso es lo mejor que se puede decir de una horquilla, en mi opinión. Es rígida, absorvente, fácil de regular, y estéticamente es la bomba. No entiendo que alguien pueda criticarla, a menos que nunca se haya probado una y la envidia de lo exclusivo que tiene el prójimo sea el tamiz por el que se cuelan diversas opiniones. Hispanistán es así, y no hay remedio, eso no hay quien lo cambie. Un par de tomas por esos senderos que disfruto tanto:
No me fío mucho de los neumáticos, unos Schwalbe modelo Racing Ralph. Para rodar son cojonudos, pero como casi todo lo que es bueno para rodar, no agarran un mojón. El delantero me da un poco de miedo, y en mi Kona Hei Hei dio lugar a un par de caídas, una de las cuales me tuvo tres semanas fuera de juego, no sé si lo recordarán.
En el bisturí, sin embargo, parece que la Lefty camufla bastante sus carencias de calidad, y jugando con la presión de inflado he logrado tener algo medio decente para poder disfrutar. De todos modos, es cuestión de tiempo, un buen susto, o directamente una hostia, que la reemplace por una de esas infalibles Maxxis que tanto me gustan.
martes, 31 de julio de 2012
lunes, 30 de julio de 2012
viernes, 27 de julio de 2012
El bisturí, mi bisturí
Guantes húmedos por el sudor, maillot de tejido sintético, agua que se escapó no sé cómo coño de la mochila de hidratación... han dado lugar a unas extrañas tomas un poco borrosas. Una jodienda, la verdad, que ha empañado, nunca mejor dicho, esa tranquila tarde veraniega de ayer.
Mi primera salida campera con el bisturí me la tomé con cierta calma, la verdad. Después de quince días sin tocar unos pedales hay que controlarse. Ye he pagado cara mi osadía en ocasiones anteriores, por creer que tengo veinte años y estoy en pletórica forma.
Pues no, tengo el doble, y mi forma es normalita. Un poco descuidado el bicimontañismo por culpa de la arena, el polvo, el calor... pero siempre se puede encontrar un buen momento en el día, generalmente en las últimas horas de la tarde, para dar una vuelta.
¿Qué decir de la burra en cuestión? Poco que añadir a lo ya comentado el día que la probé, merced a que Marín me dejó su propia bici. Conste que él tiene dos escalpelos, una a base de piezas sueltas, con horquilla Fox, que es la que yo probé. Y otra tope de gama, con lefty de muelle, una versión especialísima que compró de rebote y que es la creme de la creme. Esta última se la robaron hace unos meses, y la ha recuperado esta semana. Gran suerte, sin duda. Ahora es más felic. Como yo.
La Cannondale, que ya de por sí es un magnífico aparato, gana mucho con la lefty. Esta horquilla, que en este caso ya no puede ser llamada horquilla por tener una sola pata, tiene muchos detractores, mayormente por cultpa de la ignorancia. Estoy completamente seguro de que casi todos los que hablan mal de ella, no la han catado en su vida. Craso error, y por otra parte algo muy común en el españolito medio.
¡Qué magnífica raza somos, eh!
Pasados los primeros problemas de juventud en sus inicios, la lefty de hoy día es algo maravilloso, prodigioso diríase. No sólo es suave y sensible. También es firme en las frenadas no amorrándose en exceso, lo que indica un excelente trabajo en la hidráulica. Y he podido comprobar que aguanta trote duro sin inmutarse ni percibir cimbreos extraños ni vibraciones ni dobleces.
Cojonuda, vaya. Y encima, para colmo, es ligera.
Esta bici es la más barata de las Scalpel, llamada ocurrentemente Scalpel 3. Por encima de ella hay tres versiones más, pero poco importa ahora hablar de sus diferencias. Baste decir que la más cara cuesta más del doble que ésta, que ya es bastante diferencia. Aún así, se venden algunas, conque figúrense el nivel de los chauvinistas, los fetichistas de la semihorquilla zurda y la fibra de carbono.
Lo más interesante es que todas las versiones comparten el mismo cuadro, aunque varíen el amortiguador. El cuadro suelto con amortiguador pesa sólo 1.300 gramos, todo un récord. Esto, unido a la ligera suspensión delantera, consigue un peso completa con pedales y todo de 10'300 kg en orden de marcha.
¡Flipa!
Podría extenderme bastante en los detalles, los acabados, el funcionamiento de la supensión, los anodizados de los tornillos, los colores a juego, lo bien que va la transmisión -a pesar de mezclar SRAM con Shimano-... pero para qué aburrir.
El manejo de la bici es espectacular, mola mucho. Es rápida, acelera muy bien -aunque se menea un poco más de la cuenta cuando se aprietan pedales de pie, pero claro, ¿qué doble no lo hace?-, se dirige con el pensamiento, es obediente y eficaz, es fácil conseguir el flow con ella, incluso después de tiempo sin frecuentar mis senderos favoritos. Amiga de correr mucho, cuanto más mejor, no es reacia a despegar al mínimo suspiro.
En definitiva, gran bicicleta que espero que me proporciones muchas tardes de gozo.
Mi primera salida campera con el bisturí me la tomé con cierta calma, la verdad. Después de quince días sin tocar unos pedales hay que controlarse. Ye he pagado cara mi osadía en ocasiones anteriores, por creer que tengo veinte años y estoy en pletórica forma.
Pues no, tengo el doble, y mi forma es normalita. Un poco descuidado el bicimontañismo por culpa de la arena, el polvo, el calor... pero siempre se puede encontrar un buen momento en el día, generalmente en las últimas horas de la tarde, para dar una vuelta.
¿Qué decir de la burra en cuestión? Poco que añadir a lo ya comentado el día que la probé, merced a que Marín me dejó su propia bici. Conste que él tiene dos escalpelos, una a base de piezas sueltas, con horquilla Fox, que es la que yo probé. Y otra tope de gama, con lefty de muelle, una versión especialísima que compró de rebote y que es la creme de la creme. Esta última se la robaron hace unos meses, y la ha recuperado esta semana. Gran suerte, sin duda. Ahora es más felic. Como yo.
La Cannondale, que ya de por sí es un magnífico aparato, gana mucho con la lefty. Esta horquilla, que en este caso ya no puede ser llamada horquilla por tener una sola pata, tiene muchos detractores, mayormente por cultpa de la ignorancia. Estoy completamente seguro de que casi todos los que hablan mal de ella, no la han catado en su vida. Craso error, y por otra parte algo muy común en el españolito medio.
¡Qué magnífica raza somos, eh!
Pasados los primeros problemas de juventud en sus inicios, la lefty de hoy día es algo maravilloso, prodigioso diríase. No sólo es suave y sensible. También es firme en las frenadas no amorrándose en exceso, lo que indica un excelente trabajo en la hidráulica. Y he podido comprobar que aguanta trote duro sin inmutarse ni percibir cimbreos extraños ni vibraciones ni dobleces.
Cojonuda, vaya. Y encima, para colmo, es ligera.
Esta bici es la más barata de las Scalpel, llamada ocurrentemente Scalpel 3. Por encima de ella hay tres versiones más, pero poco importa ahora hablar de sus diferencias. Baste decir que la más cara cuesta más del doble que ésta, que ya es bastante diferencia. Aún así, se venden algunas, conque figúrense el nivel de los chauvinistas, los fetichistas de la semihorquilla zurda y la fibra de carbono.
Lo más interesante es que todas las versiones comparten el mismo cuadro, aunque varíen el amortiguador. El cuadro suelto con amortiguador pesa sólo 1.300 gramos, todo un récord. Esto, unido a la ligera suspensión delantera, consigue un peso completa con pedales y todo de 10'300 kg en orden de marcha.
¡Flipa!
Podría extenderme bastante en los detalles, los acabados, el funcionamiento de la supensión, los anodizados de los tornillos, los colores a juego, lo bien que va la transmisión -a pesar de mezclar SRAM con Shimano-... pero para qué aburrir.
El manejo de la bici es espectacular, mola mucho. Es rápida, acelera muy bien -aunque se menea un poco más de la cuenta cuando se aprietan pedales de pie, pero claro, ¿qué doble no lo hace?-, se dirige con el pensamiento, es obediente y eficaz, es fácil conseguir el flow con ella, incluso después de tiempo sin frecuentar mis senderos favoritos. Amiga de correr mucho, cuanto más mejor, no es reacia a despegar al mínimo suspiro.
En definitiva, gran bicicleta que espero que me proporciones muchas tardes de gozo.
miércoles, 25 de julio de 2012
Calidad, chinadas y el ciclo
1) Calidad, que me den calidad al precio que sea necesario, fabricado donde sea, que yo soy del mundo. Que lleven la producción al cuerno de África y les den de comer sin pagarles nada. Que cuando prosperen ya pedirán cobrar. Pero que ayuden a los niños que se mueren. Y cuando hayan prosperado demasiado, que se lleven la producción a otro sitio menos favorecido. Y que me cobren conforme a la calidad conseguida, que yo, si puedo, lo pagaré y lo compraré. Igual que hago con un iPad.
Que los chinos que trabajan en las fábricas están puteados? Es posible. Es una mierda. Pero y qué harían si no estuvieran esas fábricas allí? Espero que puedan reclamar por sus derechos y prosperar o al menos conseguir unas condiciones de trabajo dignas. Seguro que lo harán. Pero seguro que llegará un día en que les cerrarán las fábricas para llevarlas a ese país en quiebra llamado España o llamado X donde les pidan menos y ganen más. Y entonces el ciclo seguirá su camino y seguirá habiendo puteados en algún lugar del mundo. Y seguirá habiendo gente que podrá comprar lujos y otros que no tendrán para comer. Y seguirá habiendo quien crea que en algún lugar del mundo, solo se fabrican "chinadas". O españoladas, o lo que toque.
2) Catorce mil hectáreas quemadas en Cataluña. Algunos se preocupan ya por lo que costará repoblar esas montañas y campos. Otros ni si quiera se interesan por el tema.
Nos aterrorizamos pensando en las consecuencias del desastre ecológico, y al mismo tiempo tenemos toda la costa del país, miles de kilómetros, modificada artificialmente con puertos, rompeolas, espigones, barreras de todo tipo... mantenemos artificialmente a especies que deberían haberse extinguido de forma natural hace décadas, incluso con menoscabo de otras a las que Gea les ha dotado de mejores características para la supervivencia...
No entendemos los tiempos de nuestro planeta, su ritmo milenario. Me descojono del cambio climático y de los falsos hipócritas que se hacen llamar ecologistas y amantes de la naturaleza. La ignorancia es atrevida, siempre lo fue. Siempre lo será.
3) La barra de El Rompido, ese itsmo, esa especie de península que se situa frente a la costa, no siempre estuvo ahí. Viene teniendo unos ciclos de más de trescientos años, o eso era antes. Ya no. Desde la construcción del espigón de Huelva, y el de Punta Umbría hace casi treinta años, no sólo se ha creado una playa extensa en la Punta de los Ingleses de forma artificial, sino que ahora la barra mantiene su estructura mejor. Por no hablar del dragado del canal del Piedras cuando ha lugar.
Ayer un ingeniero de caminos, canales y puertos me explicaba todo esto, y me contó que lo que hoy conocemos como la mayor parte de la playa de Punta Umbría se formó a raiz del gran terremoto de Lisboa.
También me dijo que una simple coincidencia de mareas en unión de un pequeño movimiento sísmico, o una crecida desproporcionada del caudal del Piedras, haría que a su llegada al mar intentara buscar el camino más corto, atravesando la barra por donde sea más estrecha, justo al principio. Si eso ocurriera, en sólo cinco o seis años desaparecería por completo. Así de fácil.
Que los chinos que trabajan en las fábricas están puteados? Es posible. Es una mierda. Pero y qué harían si no estuvieran esas fábricas allí? Espero que puedan reclamar por sus derechos y prosperar o al menos conseguir unas condiciones de trabajo dignas. Seguro que lo harán. Pero seguro que llegará un día en que les cerrarán las fábricas para llevarlas a ese país en quiebra llamado España o llamado X donde les pidan menos y ganen más. Y entonces el ciclo seguirá su camino y seguirá habiendo puteados en algún lugar del mundo. Y seguirá habiendo gente que podrá comprar lujos y otros que no tendrán para comer. Y seguirá habiendo quien crea que en algún lugar del mundo, solo se fabrican "chinadas". O españoladas, o lo que toque.
2) Catorce mil hectáreas quemadas en Cataluña. Algunos se preocupan ya por lo que costará repoblar esas montañas y campos. Otros ni si quiera se interesan por el tema.
Nos aterrorizamos pensando en las consecuencias del desastre ecológico, y al mismo tiempo tenemos toda la costa del país, miles de kilómetros, modificada artificialmente con puertos, rompeolas, espigones, barreras de todo tipo... mantenemos artificialmente a especies que deberían haberse extinguido de forma natural hace décadas, incluso con menoscabo de otras a las que Gea les ha dotado de mejores características para la supervivencia...
No entendemos los tiempos de nuestro planeta, su ritmo milenario. Me descojono del cambio climático y de los falsos hipócritas que se hacen llamar ecologistas y amantes de la naturaleza. La ignorancia es atrevida, siempre lo fue. Siempre lo será.
3) La barra de El Rompido, ese itsmo, esa especie de península que se situa frente a la costa, no siempre estuvo ahí. Viene teniendo unos ciclos de más de trescientos años, o eso era antes. Ya no. Desde la construcción del espigón de Huelva, y el de Punta Umbría hace casi treinta años, no sólo se ha creado una playa extensa en la Punta de los Ingleses de forma artificial, sino que ahora la barra mantiene su estructura mejor. Por no hablar del dragado del canal del Piedras cuando ha lugar.
Ayer un ingeniero de caminos, canales y puertos me explicaba todo esto, y me contó que lo que hoy conocemos como la mayor parte de la playa de Punta Umbría se formó a raiz del gran terremoto de Lisboa.
También me dijo que una simple coincidencia de mareas en unión de un pequeño movimiento sísmico, o una crecida desproporcionada del caudal del Piedras, haría que a su llegada al mar intentara buscar el camino más corto, atravesando la barra por donde sea más estrecha, justo al principio. Si eso ocurriera, en sólo cinco o seis años desaparecería por completo. Así de fácil.
martes, 24 de julio de 2012
domingo, 22 de julio de 2012
miércoles, 18 de julio de 2012
El principio del limite de incompetencia
En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia: la nata sube hasta cortarse.
En otras palabras, afirma que las personas que realizan bien su trabajo son promocionadas a puestos de mayor responsabilidad, hasta que alcanzan su nivel de incompetencia.
Corolario:
1. Con el tiempo, todo puesto tiende a ser ocupado por un empleado que es incompetente para desempeñar sus obligaciones.
Y más importante aún:
2. El trabajo es realizado por aquellos empleados que no han alcanzado todavía su nivel de incompetencia.
De Lawrence J. Peter
En otras palabras, afirma que las personas que realizan bien su trabajo son promocionadas a puestos de mayor responsabilidad, hasta que alcanzan su nivel de incompetencia.
Corolario:
1. Con el tiempo, todo puesto tiende a ser ocupado por un empleado que es incompetente para desempeñar sus obligaciones.
Y más importante aún:
2. El trabajo es realizado por aquellos empleados que no han alcanzado todavía su nivel de incompetencia.
De Lawrence J. Peter
Fit service
Trek ofrece desde hace poco un nuevo servicio a sus clientes, previo pago, claro está. Se trata del rimbombante y markético "Trek Fit Service", o servicio de ajuste, consistente en la toma de medidas corporales, medición de ángulos, elasticidad, y en base a unas tablas ergonómicas se recomiendan los ajustes más adecuados para la práctica del ciclismo.
Claro, para ello hay que ir con tu bici, equipado con culotte y zapatillas para los pedales automáticos.
Todo esto lo hice en Sevilla, en el Trek Bicycle Store Sevilla, antes Cien x Cien Bici.
Allí me planté un martes cualquiera, y me tumbaron en una camilla para tomar medidas y tal, como ya he comentado. La bici en un rodillo, donde después se comprobó lo bien o mal que estaban reguladas la cosas típicas que se pueden regular en una bici: altura de sillín, distancia sillín-manillar, altura del manillar, longitud e inclinación de la potencia, ubicación del sillín respecto del pedalier...
Y, oh sorpresa, lo que es el montar horas y horas en bici, en varias bicis todas ellas distintas, y con el tiempo y un mínimo de observación ir adaptando cada una a tu propio yo, a tu modo de pedalear, a tu cuerpo. Porque es la bici la que te sirve a tí, o sea, tú no eres un esclavo de la máquina. La sorpresa es que estaba todo casi correcto según un librito de Trek, con multitud de ilustraciones y explicaciones "científicas".
No dudo de la valía de los consejos, supongo que eso lo habrá hecho un médico, o un fisioterapeuta o similar. Quiero creer que es así, los americanos no se andan con tonterías en cuestiones de salud. Bueno, en general no se andan con tonterías en nada de nada, pues es costumbre en esa nación el demandar y exigir por lo que se paga, allí el pueblo no es indolente y conoce sus derechos. Y también sus obligaciones.
Digo todo esto, que parece baladí, porque mi servicio de ajuste fue realizado por el mecánico del establecimiento.
Ignoro si tiene formación médica, y si es así, no se me ha informado. Yo me dejé hacer, soy de natural confiado y pacífico, y aunque usó términos como "troncánter", y parecía conocer por donde pasaban los nervios de las manos y los pies, a veces lo veía yo un poco despistado.
Quizá sea achacable a la falta de práctica, consultaba muchísimo el manual, las interrupciones eran constantes, y su actitud era, a menudo, dubitativa, lo que resta confianza al cliente. No obstante, lo que se tenía que hacer fue hecho. Se podía haber hecho más rápido, es cierto, porque dos horas es mucho tiempo para el resultado final, y todo el mundo no puede perder una mañana entre semana para estos menesteres.
Algunas fotos robadas de ilustraciones ergonómicas:
En resumen, yo algo he aprendido, y eso que tenía la bici casi perfecta para mí. Veo este servicio muy útil para estos supuestos:
1.- te compras una bici nueva, y te ayudará a adaptártela.
2.- eres un negado, y a pesar de llevar años montando, no te diste cuenta de que vas demasiado estirado, con las piernas encogidas, o no comprendes porqué se te duerme la mano o el pie.
3.- eres un novato y no tienes ni puta idea de lo que es montar en bici.
4.- eres un experto, compites, y quieres extraer lo máximo de tí.
5.- tienes algún tipo de lesión y no sabes cómo adaptar la bici a tus condiciones físicas.
Por lo demás, la iniciativa es buena, lo tomo como algo positivo. Todo no es vender bicis, hay que cuidar al cliente, ponérselo fácil, ayudarle a reglar una posición, a tocar suspensiones, aconsejar con honestidad a la hora de vender... el abanico de posibilidades es amplio, y un punto positivo es ofrecer esta posibilidad del servicio de ajuste corporal. ¿A qué precio? Ahí no voy a entrar.
Claro, para ello hay que ir con tu bici, equipado con culotte y zapatillas para los pedales automáticos.
Todo esto lo hice en Sevilla, en el Trek Bicycle Store Sevilla, antes Cien x Cien Bici.
Allí me planté un martes cualquiera, y me tumbaron en una camilla para tomar medidas y tal, como ya he comentado. La bici en un rodillo, donde después se comprobó lo bien o mal que estaban reguladas la cosas típicas que se pueden regular en una bici: altura de sillín, distancia sillín-manillar, altura del manillar, longitud e inclinación de la potencia, ubicación del sillín respecto del pedalier...
Y, oh sorpresa, lo que es el montar horas y horas en bici, en varias bicis todas ellas distintas, y con el tiempo y un mínimo de observación ir adaptando cada una a tu propio yo, a tu modo de pedalear, a tu cuerpo. Porque es la bici la que te sirve a tí, o sea, tú no eres un esclavo de la máquina. La sorpresa es que estaba todo casi correcto según un librito de Trek, con multitud de ilustraciones y explicaciones "científicas".
No dudo de la valía de los consejos, supongo que eso lo habrá hecho un médico, o un fisioterapeuta o similar. Quiero creer que es así, los americanos no se andan con tonterías en cuestiones de salud. Bueno, en general no se andan con tonterías en nada de nada, pues es costumbre en esa nación el demandar y exigir por lo que se paga, allí el pueblo no es indolente y conoce sus derechos. Y también sus obligaciones.
Digo todo esto, que parece baladí, porque mi servicio de ajuste fue realizado por el mecánico del establecimiento.
Ignoro si tiene formación médica, y si es así, no se me ha informado. Yo me dejé hacer, soy de natural confiado y pacífico, y aunque usó términos como "troncánter", y parecía conocer por donde pasaban los nervios de las manos y los pies, a veces lo veía yo un poco despistado.
Quizá sea achacable a la falta de práctica, consultaba muchísimo el manual, las interrupciones eran constantes, y su actitud era, a menudo, dubitativa, lo que resta confianza al cliente. No obstante, lo que se tenía que hacer fue hecho. Se podía haber hecho más rápido, es cierto, porque dos horas es mucho tiempo para el resultado final, y todo el mundo no puede perder una mañana entre semana para estos menesteres.
Algunas fotos robadas de ilustraciones ergonómicas:
En resumen, yo algo he aprendido, y eso que tenía la bici casi perfecta para mí. Veo este servicio muy útil para estos supuestos:
1.- te compras una bici nueva, y te ayudará a adaptártela.
2.- eres un negado, y a pesar de llevar años montando, no te diste cuenta de que vas demasiado estirado, con las piernas encogidas, o no comprendes porqué se te duerme la mano o el pie.
3.- eres un novato y no tienes ni puta idea de lo que es montar en bici.
4.- eres un experto, compites, y quieres extraer lo máximo de tí.
5.- tienes algún tipo de lesión y no sabes cómo adaptar la bici a tus condiciones físicas.
Por lo demás, la iniciativa es buena, lo tomo como algo positivo. Todo no es vender bicis, hay que cuidar al cliente, ponérselo fácil, ayudarle a reglar una posición, a tocar suspensiones, aconsejar con honestidad a la hora de vender... el abanico de posibilidades es amplio, y un punto positivo es ofrecer esta posibilidad del servicio de ajuste corporal. ¿A qué precio? Ahí no voy a entrar.
lunes, 16 de julio de 2012
domingo, 15 de julio de 2012
3x1
Sí, tres por uno en esta entrada.
Tres veces he podido acudir a las salas de Cineápolis Dos Hermanas, que coge cerca de mi ubicación veraniega, y aunque trato de ir siempre al cine en lunes o martes, eso no quita que tenga que soportar a veces a algún incordiante y maleducado espectador. Algunos se quejan del precio, pero yo duplicaría o triplicaría el coste de la entrada para hacer criba de catetos, necios, pollinos y faltos de cualquier tipo de educación y saber estar.
Igualmente, triplicaría el precio del combustible, así se acabaría de un plumazo con los problemas de accidentes, contaminación y sedentarismo que asolan a la sociedad occidental actual. Pero ese es otro tema.
Enmpezaré con la última que he visto, "El Dictador". Sacha Baron Cohen nos obsequia una vez más con una ristra de gags enloquecidos, situaciones surrealistas y, sobre todo, acidez, mucha acidez. Me he partido el culo con sus ocurrencias, tan obvias en las situaciones que se crean como geniales en la valentía de la crítica mordaz a todo lo que se le pone a tiro, no dejando títere con cabeza.
Por supuesto, del primero que se ríe es de sí mismo, pues todos los personajes que ha interpretado hasta la fecha no sólo le vienen como anillo al dedo, sino que viendo su trayectoria uno se puede imaginar que es que el tal Sacha es así. Ni más ni menos.
Con Borat ya me enamoró. Con Brüno se pasó de la raya, lo cual me encantó, por supuesto. Y con esta nueva obra se nota a un actor tan irreverente como maestro absoluto en su papel. Hay más medios, más efectos especiales, un cierto "guión", mínimo pero algo hay. Y ya no es tan escatológico como en las anteriores entregas.
En resumen, a mí me ha entretenido. No es algo entusiasmante, pero reconozco haber pasado un buen rato visionándola.
En cambio, la segunda peli que les paso a enumerar, me ha dejado frío. Mejor no haber ido a perder el tiempo así. Con la excusa de llevar a los niños, he caído en la trampa de Marvel, y me he tragado dos horas de mierda enlatada en celuloide de tercera o cuarta categoría, como mínimo. El tedio se apoderó de mí mientras veía aburrido y somnoliento "The amazing Spiderman", el asombroso hombre araña, que más bien era el paniaguado hombre garrapata, por no abandonar la familia honrosa de los arácnidos. No comentaré más sobre ella, ni siquiera pondré pictograma alusivo. No merece nada la pena.
Y la primera que ví, un par de días después de su estreno, fue "El mundo es nuestro", la opus maxima de Mundoficción, la productora de los compadres, pero también de los canis del políngano, el Culebra y el Cabeza, que youtube ya se encargó de popularizar hace tiempo. La espera ha merecido la pena, pero desgraciadamente, su humor e idiosincrasia, como en el mismo filme se dice claramente, es difícil que sea comprendido fuera no ya de las fronteras de Andalucía o de Despeñaperros para arriba, sino que dudo siquiera que alguien que no conozca Sevilla en profundidad pueda captar el 60% del tema, del mensaje, del humor, del carácter de los personajes.
Un robo que medio se frustra, y con esto ya dejo de contarles más, que bastante spoiler es por sí solo. Altamente recomendable, cine muy bravo, del que se echa de menos en nuestras pantallas, la verdad.
Tres veces he podido acudir a las salas de Cineápolis Dos Hermanas, que coge cerca de mi ubicación veraniega, y aunque trato de ir siempre al cine en lunes o martes, eso no quita que tenga que soportar a veces a algún incordiante y maleducado espectador. Algunos se quejan del precio, pero yo duplicaría o triplicaría el coste de la entrada para hacer criba de catetos, necios, pollinos y faltos de cualquier tipo de educación y saber estar.
Igualmente, triplicaría el precio del combustible, así se acabaría de un plumazo con los problemas de accidentes, contaminación y sedentarismo que asolan a la sociedad occidental actual. Pero ese es otro tema.
Enmpezaré con la última que he visto, "El Dictador". Sacha Baron Cohen nos obsequia una vez más con una ristra de gags enloquecidos, situaciones surrealistas y, sobre todo, acidez, mucha acidez. Me he partido el culo con sus ocurrencias, tan obvias en las situaciones que se crean como geniales en la valentía de la crítica mordaz a todo lo que se le pone a tiro, no dejando títere con cabeza.
Por supuesto, del primero que se ríe es de sí mismo, pues todos los personajes que ha interpretado hasta la fecha no sólo le vienen como anillo al dedo, sino que viendo su trayectoria uno se puede imaginar que es que el tal Sacha es así. Ni más ni menos.
Con Borat ya me enamoró. Con Brüno se pasó de la raya, lo cual me encantó, por supuesto. Y con esta nueva obra se nota a un actor tan irreverente como maestro absoluto en su papel. Hay más medios, más efectos especiales, un cierto "guión", mínimo pero algo hay. Y ya no es tan escatológico como en las anteriores entregas.
El actor |
En cambio, la segunda peli que les paso a enumerar, me ha dejado frío. Mejor no haber ido a perder el tiempo así. Con la excusa de llevar a los niños, he caído en la trampa de Marvel, y me he tragado dos horas de mierda enlatada en celuloide de tercera o cuarta categoría, como mínimo. El tedio se apoderó de mí mientras veía aburrido y somnoliento "The amazing Spiderman", el asombroso hombre araña, que más bien era el paniaguado hombre garrapata, por no abandonar la familia honrosa de los arácnidos. No comentaré más sobre ella, ni siquiera pondré pictograma alusivo. No merece nada la pena.
Y la primera que ví, un par de días después de su estreno, fue "El mundo es nuestro", la opus maxima de Mundoficción, la productora de los compadres, pero también de los canis del políngano, el Culebra y el Cabeza, que youtube ya se encargó de popularizar hace tiempo. La espera ha merecido la pena, pero desgraciadamente, su humor e idiosincrasia, como en el mismo filme se dice claramente, es difícil que sea comprendido fuera no ya de las fronteras de Andalucía o de Despeñaperros para arriba, sino que dudo siquiera que alguien que no conozca Sevilla en profundidad pueda captar el 60% del tema, del mensaje, del humor, del carácter de los personajes.
Un robo que medio se frustra, y con esto ya dejo de contarles más, que bastante spoiler es por sí solo. Altamente recomendable, cine muy bravo, del que se echa de menos en nuestras pantallas, la verdad.
sábado, 14 de julio de 2012
viernes, 13 de julio de 2012
hobby = pasta
Pozí, hace ya bastante tiempo que no contesto a la pregunta, recurrente y obsesiva para los demás (por lo que he podido comprobar), de cuánto me ha costado tal bici o aquel reloj o esas gafas de sol, por no hablar del destechable motorizado.
¿A quién le importa eso? ¿Para qué lo quiere saber uno? Quizá, quién sabe, con ello se hacen una idea de mi poderío económico, o de mi nivel de chifladura... Craso error. Nadie puede saber mi nivel de chifladura, creo que podría engañar hasta a un siquiatra si me lo propusiera, en caso de que me interesara engañarlo, que pa qué, digo yo. Y mucho menos mi nivel económico, si es que lo tengo.
Mi capacidad de comprar objetos que me causan enorme satisfacción viene de dos máximas que sigo a rajatabla y que la experiencia de 40 años me ha enseñado: no comprar nunca nada a plazos (salvo la casa, claro), lo que me lleva a la segunda, que es ahorrar, y siempre se puede ahorrar un poco (sólo hay que tener verdadero interés y proponérselo).
Y es que el mundo de los hobbys es eso, un mundo aparte. Lo que se puede gastar, madre mía, un aficionado a los coches a radiocontrol, o al scalextric, o un radioaficionado, o un pescador, por no hablar de un cazador, un motorista, un coleccionista de relojes, o un ciclista.
Mi padre es un aficionado al estudio, a la filosofía, al arte, y se gasta la intemerata en libros. Tengo amigos que atesoran verdaderas fortunas (literalmente se gastan todo lo que ganan) en comics y en música. Porque sí, hay gente que sigue coleccionando cedés, aunque parezca increíble, que lo parece.
Así que, ya saben, no me vuelvan a preguntar cuanto costó el bisturí, por cuánto me ha salido el viajecito a Nurburgring, cómo se llama el Submariner o el Seamaster, y que nunca pagarían un euro por un Seiko de 40 años.
¿A quién le importa eso? ¿Para qué lo quiere saber uno? Quizá, quién sabe, con ello se hacen una idea de mi poderío económico, o de mi nivel de chifladura... Craso error. Nadie puede saber mi nivel de chifladura, creo que podría engañar hasta a un siquiatra si me lo propusiera, en caso de que me interesara engañarlo, que pa qué, digo yo. Y mucho menos mi nivel económico, si es que lo tengo.
Mi capacidad de comprar objetos que me causan enorme satisfacción viene de dos máximas que sigo a rajatabla y que la experiencia de 40 años me ha enseñado: no comprar nunca nada a plazos (salvo la casa, claro), lo que me lleva a la segunda, que es ahorrar, y siempre se puede ahorrar un poco (sólo hay que tener verdadero interés y proponérselo).
Y es que el mundo de los hobbys es eso, un mundo aparte. Lo que se puede gastar, madre mía, un aficionado a los coches a radiocontrol, o al scalextric, o un radioaficionado, o un pescador, por no hablar de un cazador, un motorista, un coleccionista de relojes, o un ciclista.
Mi padre es un aficionado al estudio, a la filosofía, al arte, y se gasta la intemerata en libros. Tengo amigos que atesoran verdaderas fortunas (literalmente se gastan todo lo que ganan) en comics y en música. Porque sí, hay gente que sigue coleccionando cedés, aunque parezca increíble, que lo parece.
Así que, ya saben, no me vuelvan a preguntar cuanto costó el bisturí, por cuánto me ha salido el viajecito a Nurburgring, cómo se llama el Submariner o el Seamaster, y que nunca pagarían un euro por un Seiko de 40 años.
cita:
Nunca le atribuyas a la maldad lo que puede ser explicado por la estupidez.
Principio de Hanlon.
Principio de Hanlon.
¿Singletrack fury?
En estos quince días de estancia en Dos Hermanas, a 100 km de mi Huelva acogedora, he estado practicando esa odioso y deleznable variedad de mal llamada muntainbaik. Sí, se lo pueden imaginar: he probado en mis carnes el pisteo puerco puro y duro.
Fuera aparte un par de incursiones exploratorias para comprobar in situ el desfavorecedor panorama campestre que me rodeaba, he realizado una ruta corta, pero intensa, de unos 24 km. Tan intensa como uno quiere que sea, está claro. La mala suerte ha querido que me tocara una brisa tan poco molona como molesta, y más acrecentada la sensación horrible por la alta temperatura.
Para estos fines he usado mi Kona Fire Mountain del 93, hierraco bueno donde los haya. Pero hoy he ido por otros derroteros filosóficos -sí, en esto del ciclismo la filosofía juega un papel muy importante-.
He usado la otra bici que tengo exiliada en casa de mis papás:
Mi Hei Hei Neo Retro del 96 me ha provocado uno de los mayores placeres en estas dos semanas de vacaciones. El día prometía calor, de modo que he salido por la mañana en vez de a última hora de la tarde como viene siendo mi costumbre.
El hecho de que sea monomarcha, con un desarrollo más bien corto para estos lares, 32x16, ha propiciado que el esfuerzo físico sea más bien moderado tirando a bajo, un paseo de abuelita. Un llaneo despreocupado a una media de entre 19 y 20 por hora, de 26 km de largo, que me ha permitido contemplar cómo un enorme milano o águila -disculpen mi ignorancia sobre rapaces- vigilaba a la busca y captura de un conejo sobrevolándome y acompañándome largo rato; ánades varios, solos o en desbandada y de todos los tamaños; innumerables conejos...
Mi reencuentro con la titánica SS ha sido muy bonito.
La ruta:
Fuera aparte un par de incursiones exploratorias para comprobar in situ el desfavorecedor panorama campestre que me rodeaba, he realizado una ruta corta, pero intensa, de unos 24 km. Tan intensa como uno quiere que sea, está claro. La mala suerte ha querido que me tocara una brisa tan poco molona como molesta, y más acrecentada la sensación horrible por la alta temperatura.
Para estos fines he usado mi Kona Fire Mountain del 93, hierraco bueno donde los haya. Pero hoy he ido por otros derroteros filosóficos -sí, en esto del ciclismo la filosofía juega un papel muy importante-.
He usado la otra bici que tengo exiliada en casa de mis papás:
Mi Hei Hei Neo Retro del 96 me ha provocado uno de los mayores placeres en estas dos semanas de vacaciones. El día prometía calor, de modo que he salido por la mañana en vez de a última hora de la tarde como viene siendo mi costumbre.
El hecho de que sea monomarcha, con un desarrollo más bien corto para estos lares, 32x16, ha propiciado que el esfuerzo físico sea más bien moderado tirando a bajo, un paseo de abuelita. Un llaneo despreocupado a una media de entre 19 y 20 por hora, de 26 km de largo, que me ha permitido contemplar cómo un enorme milano o águila -disculpen mi ignorancia sobre rapaces- vigilaba a la busca y captura de un conejo sobrevolándome y acompañándome largo rato; ánades varios, solos o en desbandada y de todos los tamaños; innumerables conejos...
Mi reencuentro con la titánica SS ha sido muy bonito.
La ruta:
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