viernes, 13 de julio de 2012

¿Singletrack fury?

En estos quince días de estancia en Dos Hermanas, a 100 km de mi Huelva acogedora, he estado practicando esa odioso y deleznable variedad de mal llamada muntainbaik. Sí, se lo pueden imaginar: he probado en mis carnes el pisteo puerco puro y duro.
Fuera aparte un par de incursiones exploratorias para comprobar in situ el desfavorecedor panorama campestre que me rodeaba, he realizado una ruta corta, pero intensa, de unos 24 km. Tan intensa como uno quiere que sea, está claro. La mala suerte ha querido que me tocara una brisa tan poco molona como molesta, y más acrecentada la sensación horrible por la alta temperatura.
Para estos fines he usado mi Kona Fire Mountain del 93, hierraco bueno donde los haya. Pero hoy he ido por otros derroteros filosóficos -sí, en esto del ciclismo la filosofía juega un papel muy importante-.
He usado la otra bici que tengo exiliada en casa de mis papás:


Mi Hei Hei Neo Retro del 96 me ha provocado uno de los mayores placeres en estas dos semanas de vacaciones. El día prometía calor, de modo que he salido por la mañana en vez de a última hora de la tarde como viene siendo mi costumbre.
El hecho de que sea monomarcha, con un desarrollo más bien corto para estos lares, 32x16, ha propiciado que el esfuerzo físico sea más bien moderado tirando a bajo, un paseo de abuelita. Un llaneo despreocupado a una media de entre 19 y 20 por hora, de 26 km de largo, que me ha permitido contemplar cómo un enorme milano o águila -disculpen mi ignorancia sobre rapaces- vigilaba a la busca y captura de un conejo sobrevolándome y acompañándome largo rato; ánades varios, solos o en desbandada y de todos los tamaños; innumerables conejos...
Mi reencuentro con la titánica SS ha sido muy bonito.
La ruta: