De chico, y de esto hace ya muuuucho tiempo, me encantaban esas pelis del lejano y salvaje Oeste americano.
Oh, que extensiones de terreno, qué llanuras, qué montañas!!!! Todos esos vaqueros y pistoleros a caballo, grandes y épicas aventuras, justicieros y héroes fuera y dentro de la Ley.
En fin, aquello ya pasó.
Mis inquietudes peliculeras son otras hoy día, y me siguen gustando los western. Por eso, hace unas semanas hice una recopilación de títulos que quería ver, algunos por primera vez, y otros repetidos que me causaron impacto en su día y quise comprobar si el efecto iba a ser el mismo hoy... porque el tiempo cambia la perspectiva de las cosas.
Empezaré hablando de una gran desconocida, peli que a pesar de haber ganado dos estatuillas, en verdad ha sido vista por poca gente, y lo comprendo:
Filme del año 2007, ganadora de numerosos premios, pero western atípico. La historia de los últimos días del famoso pistolero es tratada desde un punto de vista atípico, en un ambiente alejado de los tópicos, en el que la presencia del frío invierno es prácticamente omnipresente.
La relación de los hermanos James y sus primos, los Ford, es el eje sobre el que gira toda la peli, y se centra en Jesse (B. Pitt) y Robert (C. Affleck), buscando dar profundidad a la sique de los personajes, cosa que, a mi juicio, se logra en la medida en que ello es posible en un largometraje. Esta película surge de la adaptación de un libro que, al parecer, se acerca bastante a lo que verdaderamente ocurrió durante aquellos tiempos, como ha reconocido la propia familia de Jesse James.
En fin, si a usted le gusta Pitt, y le gustan las pelis del Oeste raras, ésta es su peli. A mí me ha molado bastante.
Seguiré ahora con otro de esos westerns que, curiosamente, no debería llamarse western por no estar localizado en Norteamérica, sino en Australia. Pero participa de todos y cada unos de los tópicos, con algunas cuestiones añadidas dada la naturaleza de la tierra donde se desarrolla la historia:
Guy Pearce, Ray Winstone, y otros, nos deleitan sublimemente con esta fantástica PELÍCULA, con mayúsculas, porque lo es. Y punto.
Australia, a fines del XIX, con unos invasores que se han hecho los amos de todo, unos nativos que ya han sido diezmados y sometidos, un clima hostil, y una autoridad que trata de mantener la cordura como sea para sacar de allí cuanto antes a su amadísima esposa. En medio de todo esto, dos hermanos de los Burns han sido capturados, y el capitán Stanley hace un trato con el hermano mediano: la libertad de su hermano menor a cambio de la del mayor, que ha escapado.
Película con escenas propias de la sicodelia, paisajes impresionantes, diálogos certeros... todo un dechado de maravillas visuales con un final más o menos previsible a pesar de todo. Está presente, como en todo western, la lucha del bien contra el mal, lo que reconforta porque no deja de ser un terreno desconocido. El film tienen grandes dosis de violencia, atípicas en este género, pero que creo deben estar ahí para comprender bien el alcance de las situaciones. Buena no, muy buena.
No podía faltar un gran clásico, precursor de lo que fue, ha sido, es y será, el gran Eastwood:
Quizá el representante más acusado del subgénero spaguetti, a manos del prolífico creador Sergio Leone, nos introduce en una peli quizá larga en exceso, que da vueltas y vueltas sobre sí misma gratuitamente, con auténticos payasos por personajes protagonistas, y con situaciones increíbles rayanas en lo surrealista... Mala de solemnidad, pero hay que verla, en serio. Todo un clásico.
Bueno, hasta aquí por hoy. No hay que aburrir al personal.
sábado, 28 de diciembre de 2013
KTM y el Dakar '14
Marc Coma, Chaleco López y Rubén Faria van a tener en su poder esta poderosa arma para la próxima cita el famoso rally:
La KTM 450 Rally presenta algunas novedades respecto de modelos anteriores, y lo primero que llama la atención es lo masivo que parece el entramado del carenado, cada vez más adelantado. Lleno de parafernalia electrónica para la navegación, y con una araña enteramente construida en fibra de carbono, da un aspecto pesado a la parte delantera, pero aún así la moto no pasa de 140 kg, suponemos que en vacío, sin los 33 litros de combustible que es capaz de albergar en sus cuatro depósitos.
Muchos dirían que no es más que una 450EXC con depósitos suplementarios y un carenado, pero esta moto es MUCHO MÁS que todo eso. El chasis multitubular al estilo 690 o Duke, poco tiene que ver con las enduro de la marca, y geometrías y reparto de pesos son muy diferentes. El motor prescinde del arranque a patada, y toda la máquina está plagada de detalles interesantes y unos acabados dignos de una moto de serie. Es, sencillamente, espectacular.
La KTM 450 Rally presenta algunas novedades respecto de modelos anteriores, y lo primero que llama la atención es lo masivo que parece el entramado del carenado, cada vez más adelantado. Lleno de parafernalia electrónica para la navegación, y con una araña enteramente construida en fibra de carbono, da un aspecto pesado a la parte delantera, pero aún así la moto no pasa de 140 kg, suponemos que en vacío, sin los 33 litros de combustible que es capaz de albergar en sus cuatro depósitos.
Muchos dirían que no es más que una 450EXC con depósitos suplementarios y un carenado, pero esta moto es MUCHO MÁS que todo eso. El chasis multitubular al estilo 690 o Duke, poco tiene que ver con las enduro de la marca, y geometrías y reparto de pesos son muy diferentes. El motor prescinde del arranque a patada, y toda la máquina está plagada de detalles interesantes y unos acabados dignos de una moto de serie. Es, sencillamente, espectacular.
miércoles, 25 de diciembre de 2013
borrasquita otoñal
Un footage que fue grabado con la primera borrasca del Otoño, y que hasta hace un par de días no he podido terminar de editar.
¿Cómo resumir mucho en unos pocos minutos? Colgar un video en yutub es fácil. Pero hay que tener en cuenta unas cuantas reglas elementales: que la duración no sea excesiva (creo que todo lo que supere los cuatro o cinco minutos aburre demasiado); introducir cambios de punto de vista; una musica adecuada y no muy escuchada...
En fin, tampoco uno quiere ganar el pulitzer o un Oscar, y esto simplemente queda para el recuerdo de amigos y compañeros, o para una autobiografía. Dentro de unos años lo veré y me reiré.
¿Cómo resumir mucho en unos pocos minutos? Colgar un video en yutub es fácil. Pero hay que tener en cuenta unas cuantas reglas elementales: que la duración no sea excesiva (creo que todo lo que supere los cuatro o cinco minutos aburre demasiado); introducir cambios de punto de vista; una musica adecuada y no muy escuchada...
En fin, tampoco uno quiere ganar el pulitzer o un Oscar, y esto simplemente queda para el recuerdo de amigos y compañeros, o para una autobiografía. Dentro de unos años lo veré y me reiré.
domingo, 22 de diciembre de 2013
novedades
Bueno, ya era hora. He actualizado algunas funciones del bloc.
Ahora, a la derecha tienen un nuevo apartado, "etiquetas". La idea es etiquetar cada entrada que haga por temas, en alguna de las categorías que ahí se pueden ver, para que se pueda tener acceso rápidamente, si tienen curiosidad, a las pertenecientes a un tema en particular.
Al menos las cien entradas más modernas ya están etiquetadas, y otras tantas como mínimo de las antiguas.
Hacer lo propio con el resto es una tarea que me llevará tiempo, pero la intención es hacerlo. Cada día meto unas cuantas, y poquito a poco, cuando menos lo espere, habré terminado.
Me está sirviendo para reparar algunos enlaces rotos, fotos que han desaparecido, o eliminar entradas que cuando las veo ahora, la verdad, no tienen mucho sentido.
Es curioso cómo ha ido evolucionando el bloc, los temas tratados, y el enfoque dado a esos temas.
También he eliminado esas casillas que había al final de cada entrada para que ustedes valoraran las mismas, dado el poco éxito. Es normal, no me preocupa, no suele haber mucho feedback en esto de los blogs, y para que haya una mínima respuesta los lectores deben ser cientos, según he observado en otros blogs que también sigo.
Por último, y dada la globalización que nos envuelve, he decidido añadir un minidesplegable para traducir las entradas con el gúguel translator a personas pertenecientes a ámbitos lingüisticos ajenos al hispanohablante.
Por lo demás, tengan buena noche y pasen unas fiestas agradables.
Ahora, a la derecha tienen un nuevo apartado, "etiquetas". La idea es etiquetar cada entrada que haga por temas, en alguna de las categorías que ahí se pueden ver, para que se pueda tener acceso rápidamente, si tienen curiosidad, a las pertenecientes a un tema en particular.
Al menos las cien entradas más modernas ya están etiquetadas, y otras tantas como mínimo de las antiguas.
Hacer lo propio con el resto es una tarea que me llevará tiempo, pero la intención es hacerlo. Cada día meto unas cuantas, y poquito a poco, cuando menos lo espere, habré terminado.
Me está sirviendo para reparar algunos enlaces rotos, fotos que han desaparecido, o eliminar entradas que cuando las veo ahora, la verdad, no tienen mucho sentido.
Es curioso cómo ha ido evolucionando el bloc, los temas tratados, y el enfoque dado a esos temas.
También he eliminado esas casillas que había al final de cada entrada para que ustedes valoraran las mismas, dado el poco éxito. Es normal, no me preocupa, no suele haber mucho feedback en esto de los blogs, y para que haya una mínima respuesta los lectores deben ser cientos, según he observado en otros blogs que también sigo.
Por último, y dada la globalización que nos envuelve, he decidido añadir un minidesplegable para traducir las entradas con el gúguel translator a personas pertenecientes a ámbitos lingüisticos ajenos al hispanohablante.
Por lo demás, tengan buena noche y pasen unas fiestas agradables.
Bautismo
Con serias dudas sobre mi preparación para tamaña aventura, quedé hoy, a las 8:30 de la mañana, con Antuan, un simpático y extrovertido miembro del CTA (Club Trail Andalucía), para hacer una rutita de unos 100 km fuera de carretera.
Lo que yo haya hecho y relatado en este bloc sobre trail se queda absolutamente corto respecto a lo que hemos hecho hoy. Pequeños paseos de máximo una hora y escasos 15 ó 20 km de pisteo apenas sirven de calentamiento para lo que me esperaba.
A la cita se presentan el nombrado Antuan con su BMW GX650 Challenge, que es como mi moto pero endurizada, un poco más potente, más ligera y con mejores suspensiones; José Manuel, con quien coincidía hace diez años o más en tandas en Jerez, que hoy traía una Sherco 450 de enduro; y Alberto, con una KTM 520 Rally-Raid, un bicho muy serio.
Un poquito de carretera hasta Palos de la Frontera, donde ya nos metemos por pista hasta Moguer, y de ahí vamos enlazando una revirada y arenosa pista mezclada con caminos a semiasfaltar hasta que cogemos el Camino de Moguer al Rocío.El termómetro marca 6ºC, y las manos sufren, y de qué manera. Para rematar el tempranismo, el sol se está levantando y en ciertos rumbos nos ciega completamente, hasta el punto de que yo, que voy sin visera en el casco, casi tengo que parar, y voy a ratos conduciendo con una mano en el manillar y la otra haciendo de parasol.
Pronto pillamos un desvío por una ancha ¿pista? que coincide con el conocido como El Gasoducto, y del que hacemos varios kilómetros en línea recta, a ratos con terreno compactado, a ratos un verdadero arenal propio de un desierto, además lleno de roderas de los todoterrenos de los cazadores. En un momento dado me veo obligado a salirme por el margen izquierdo empujado por una rodera. Pero me repongo, salgo fácilmente de las arenas tenebrosas remando como puedo, y vuelvo al camino, por llamarlo de algún modo. Los endureros han tirado delante escarbando a lo bestia, y me sigue Antuan, que vela por mí en todo momento. Me cuida y acompaña, no muy seguro de mi nivel de conducción, por si hay algún percance. Sobre las 11 llegamos a Almonte, donde paramos a desayunar tranquilamente.
Ya hemos entrado en calor, el Lorenzo empieza a hacer su efecto.
A las doce, con un día magnífico, espléndido, radiante, salimos de Almonte con dirección Niebla. Hemos dejado las arenas del precoto detrás, y salvo un pequeño tramo alrededor del circuito de Monteblanco en que me veo obligado a ir en primera velocidad y con mucho cuidadín por la cantidad de arena suelta, que aquello parecía una playa, el resto es pista, buena pista en general, a ratos trozos de asfalto de viejas carreteras comarcales sin mantener, a ratos auténticas pistas de gravilla gris, y otras veces típicas pistas que atraviesan sembrados en las que nos lanzamos a buena velocidad levantando una polvareda.
Espectacular. Cada uno a su ritmo, pero sin perder la referencia de los demás. Los más rápidos esperan de vez en cuando. El más lento, yo, muy atento a todo.
Un diez para Antuán, siempre vigilante y dando consejos sobre algunos obstáculos. Con gente así da gusto, de verdad, emprender una ruta de este tipo. Estoy verdaderamente encantado.
De Niebla a Trigueros; de Trigueros por rápida pista, volando entre barbechos, hasta la cárcel, y ya de ahí entramos en Huelva por la carretera del Cementerio. Nos vamos separando, y acabamos ruta en la gasolinera de la Avenida de Andalucía donde damos un manguerazo a las máquinas a pesar de no estar muy sucias.
Cien kilómetros más sabio. Cuatro horas y media más viejo. Mucho más libre y grandemente satisfecho por la experiencia que espero poder repetir pronto.
Postdata: la Sertao se ha portado como una campeona, ha perdonado muchos de mis errores de conducción, y ha tragado innumerables obstáculos casi sin inmutarse. De motor va sobrada, al menos para mí y por ahora.
Lo que yo haya hecho y relatado en este bloc sobre trail se queda absolutamente corto respecto a lo que hemos hecho hoy. Pequeños paseos de máximo una hora y escasos 15 ó 20 km de pisteo apenas sirven de calentamiento para lo que me esperaba.
A la cita se presentan el nombrado Antuan con su BMW GX650 Challenge, que es como mi moto pero endurizada, un poco más potente, más ligera y con mejores suspensiones; José Manuel, con quien coincidía hace diez años o más en tandas en Jerez, que hoy traía una Sherco 450 de enduro; y Alberto, con una KTM 520 Rally-Raid, un bicho muy serio.
Un poquito de carretera hasta Palos de la Frontera, donde ya nos metemos por pista hasta Moguer, y de ahí vamos enlazando una revirada y arenosa pista mezclada con caminos a semiasfaltar hasta que cogemos el Camino de Moguer al Rocío.El termómetro marca 6ºC, y las manos sufren, y de qué manera. Para rematar el tempranismo, el sol se está levantando y en ciertos rumbos nos ciega completamente, hasta el punto de que yo, que voy sin visera en el casco, casi tengo que parar, y voy a ratos conduciendo con una mano en el manillar y la otra haciendo de parasol.
Pronto pillamos un desvío por una ancha ¿pista? que coincide con el conocido como El Gasoducto, y del que hacemos varios kilómetros en línea recta, a ratos con terreno compactado, a ratos un verdadero arenal propio de un desierto, además lleno de roderas de los todoterrenos de los cazadores. En un momento dado me veo obligado a salirme por el margen izquierdo empujado por una rodera. Pero me repongo, salgo fácilmente de las arenas tenebrosas remando como puedo, y vuelvo al camino, por llamarlo de algún modo. Los endureros han tirado delante escarbando a lo bestia, y me sigue Antuan, que vela por mí en todo momento. Me cuida y acompaña, no muy seguro de mi nivel de conducción, por si hay algún percance. Sobre las 11 llegamos a Almonte, donde paramos a desayunar tranquilamente.
Ya hemos entrado en calor, el Lorenzo empieza a hacer su efecto.
Parte de la minipandi. Alberto nos saca la foto. Yo tenía tanto frío que ni me quité el casco. |
Espectacular. Cada uno a su ritmo, pero sin perder la referencia de los demás. Los más rápidos esperan de vez en cuando. El más lento, yo, muy atento a todo.
Un diez para Antuán, siempre vigilante y dando consejos sobre algunos obstáculos. Con gente así da gusto, de verdad, emprender una ruta de este tipo. Estoy verdaderamente encantado.
De Niebla a Trigueros; de Trigueros por rápida pista, volando entre barbechos, hasta la cárcel, y ya de ahí entramos en Huelva por la carretera del Cementerio. Nos vamos separando, y acabamos ruta en la gasolinera de la Avenida de Andalucía donde damos un manguerazo a las máquinas a pesar de no estar muy sucias.
Cien kilómetros más sabio. Cuatro horas y media más viejo. Mucho más libre y grandemente satisfecho por la experiencia que espero poder repetir pronto.
Postdata: la Sertao se ha portado como una campeona, ha perdonado muchos de mis errores de conducción, y ha tragado innumerables obstáculos casi sin inmutarse. De motor va sobrada, al menos para mí y por ahora.
martes, 17 de diciembre de 2013
lunes, 16 de diciembre de 2013
una nueva era
Han pasado décadas, muchos años, demasiados. Recuerdo mi temprana adolescencia, esos años 80 en los que todos conocíamos a los maravillosos supercars del momento.
Quien más, quien menos, teníamos pósters, fotografías, o simples imágenes mentales de los maravillosos Countach, F-40 y, un poco más tarde, el McLaren F1. Coches que marcaron una época, paradigma de lo espectacular, la belleza, el poder, lo inalcanzable...
Entre medias hasta hoy ha habido otros coches, pero ninguno, lo tenemos que reconocer, con el carisma de aquéllos.
Porsche y sus sucesivas versiones de GT3 y Turbos siempre estaban ahí, cada vez más bestias, pero aún así les faltaba algo para catalogarlos como supercars.
Surgieron novedosas marcas, series limitadas, algunas excentricidades, pero al final se trataban de meros GT, y no auténticos deportivos puros y duros, coches para hombres. Se llegó al exceso, el poder por el poder, la fuerza de los cv, los precios fuera de órbita, y los deportivos de salón, vehículos que jamás veríamos en un circuito y rara vez por la calle. Koenissegggggg, SLR, Veyron, Murciélagos, Diablos, Astons todos iguales, Maseratis cada vez menos Maseratis... una pena de panorama.
Pero hoy, treinta años más tarde, la alegría me invade. Después de 360, 430 y el actual 458, por fin Ferrari pone en la calle al digno sucesor del Enzo: el LaFerrari. Asimismo, coincidiendo en el tiempo, McLaren nos asombra con su última creación, el P1, sucesor ideológico del añorado y casi perfecto F1. Y por último, Porsche, después de un Carrera GT que pasó sin pena ni gloria y con algunos problemillas que ahora empiezan a hacerse públicos, asombra con el vanguardista 918.
Se quieren medir, o les quiere medir las fuerzas el cuarto poder, antaño la prensa, hoy todo un maremágnum de bloggers, webs dedicadas al mundo del motor, foros especializados y revistas virtuales on-line, en el que se ha constituido como la única arena posible para vehículos de este calibre, el ring de los autos desmesurados, la meca de los petrolheads, el infierno verde: Nurburgring.
Si un deportivo no es rápido en Nurburgring, no vale para nada...
Todavía están recientes las heridas abiertas entre Porsche y Nissan sobre el rendimiento de sus Turbo y GT-R allí. Y otros auténticos deportivos verdaderos, auténticas obras maestras artesanales dedicadas a la lujuria de la velocidad y a la loa de lo excepcionalmente concebido y manufacturado como los sucesivos Zonda, que desde su versión de calle primigenia, llamada F, hasta las más rádicales para uso track only, han arrasado allí, ora por tiempos imposibles, ora por sensaciones impresionantes, sonidos que hacen temblar las almas, estéticas impactantes. Otros fueron también los Ferrari FXX o los 599GTB, algunas versiones SV de Lamborghini, y ciertas preparaciones menores de fabricantes artesanales de cortas tiradas.
Pero hoy, ahora, con esta nueva tríada, la emoción invade nuestros corazones otra vez. La tecnología usada es tanta, la electrónica lo invade todo, las soluciones de ingeniería, la mezcla de recursos energéticos, la lucha por la aerodinámica, y además de todo ello, aunque no lo crean, son conducibles en el día a día.
Oh, maravilla. No hablemos de euros aquí, por favor, no caigamos en semejante chabacanería. Es impropio, como lo es quejarse de su consumo, del desgaste de neumáticos, o de precio del seguro.
Dejémonos de cháchara y pasemos a la realidad, y para ilustrar tamaña parrafada, ¿qué mejor que un montaje perfectamente realizado sobre el citado P1?
Ea pues:
domingo, 15 de diciembre de 2013
jueves, 12 de diciembre de 2013
Tarifa!
Mi relación con Tarifa era de amor-odio.
Y digo era, porque parece que la cosa ha cambiado.
Hace más de viente años comencé a practicar windsurf y, claro, había que ir sí o sí a la Meca del Viento. Eran otros tiempos, y a la menor oportunidad nos juntábamos unos amigos y cometíamos locuras como ir a Sierra Nevada y volver en el día para hacer snowboard unas pocas horas. Lo mismo, con prácticamente lo puesto, íbamos a Tarifa a un camping, aunque lo de navegar era, quizá, lo de menos.
Y es que Tarifa tiene un gran ambiente nocturno...
Sea como fuere, en uno de esos viajes hacía tanto tanto tanto viento que tuvimos que recorrernos toda la costa gaditana hacia el Oeste hasta encontrar un sitio donde pegara menos fuerte, y acabamos navegando en Valdelagrana... Sólo teníamos una vela, y la mía era de 5'7, y recuerdo que iba pasadísimo de vela, pero era la primera vez que navegaba en agua plana y flipé de lo lindo. Corría el año 89 ó 90.
Tras esa experiencia, he vuelto otras cinco veces a Tarifa, de las cuales una navegué con Poniente flojísimo, nada de disfrutar. Y las otras pinché vilmente.
Yo ya no quería ir a Tarifa. Dos veces fui a Bolonia recientemente, y en ambas falló Eolo también.
Pero por fin había buena previsión para el puente de diciembre, y decidido, reservé en el hotel Dos Mares, famoso por su ubicación privilegiada a orillas de la playa de Los Lances. Al final, hablando con unos y con otros, nos juntamos unos cuantos, y así la estancia fue más agradable y provechosa.
Porque Tarifa no sólo es viento y playa, que es importante y para eso se va, al fin y al cabo. Pero ofrece un interés turístico, una oferta de ocio y gastronómica que no se puede obviar.
Un paseo por el casco antiguo de la ciudad es inevitable, como lo es tapear en sus bares, perderse por sus estrechas callejuelas, mirar en tiendas surferas...
Han sido cuatro días estupendos, inolvidables, en una compañía magnífica. Se nos descubrió por los más sabios del lugar un sitio para comer, llamado El Tesoro, tan escondido en medio de la montaña y con unas vistas maravillosas, que ahora mismo no sabría llegar allí. El ágape fue cojonudo. Y caro, pero cojonudo.
La mayoría de las veces comimos en el mismo hotel, en cuya cafetería servían un sandwich club muy completo (aunque ganaría mucho tostando el pan), y una hamburguesa de 9 euros que... estaba tan buena como el precio hacía presagiar.
Nos alojamos en bungalows con vista al mar, un acierto total por su orientación al Sur, a escasos metros de la playa. Habitación grande y cómoda, cama de metro ochenta, baño espacioso, y un trastero para guardar el material.
En cuanto al viento, chapeau! Por fin triunfé, y navegué cuatro de cuatro días, aunque bueno, el primero fue un poco del tipo "por mis cojones que me meto ahí": estaba tan desatado en Valdevaqueros que nos fuimos a Bolonia buscando un poco de menos potencia... y fue algo brutal, viento muy racheado que pasaba de 40 nudos a 5, y lo mismo salías catapultado que se te caía la cometa. Parece que de eso se trata el Levante, que además era bastante de tierra y, por tanto, con peligro añadido, pero como se metieron espoleados por mí (jejejeje) Abellán y Sergio, yo me sentía seguro. Los demás no quisieron mojarse, cada uno tenía sus motivos.
Pero los otros tres días, madre mía, qué tres días! El sábado de 25 nudos casi constantes, el domingo para cometa grande y pudimos rascar más de una hora en condiciones, y el lunes, ya solo quedábamos Julio y yo, cometa de 7 metros (las de Marisa y Manu) durante un par de horitas, y tuvimos que cortar porque la cosa iba in crescendo: más de 30 nudos casi todo el rato, bastante fuerte, pero disfrutamos como borricos.
Como colofón del viaje, y ya de vuelta, paramos a almorzar en Barbate, en El Campero, lugar que ya visité en mi viaje romántico con el limitador, y que relaté en este blog: no pudo ser mejor, y aunque MUY caro, la verdad, para una vez que salimos de viaje nos pegamos el homenaje. La experiencia fue impresionante, con entradas a base de atún en diversas maneras de preparación, y luego un pescado a medias con Espe, un bocinegro, que quitaba to el sentío. En un momento dado Julio me dio a probar su tarantela con foie y oporto... y se me escaparon un par de lagrimitas, producto del cúmulo de emociones vividas todo el largo fin de semana.
Doy las gracias a mis amigos por acompañarme y hacerme disfrutar tanto, y al amor de mi vida por supuesto.
Unas imágenes positivadas a color para ilustrar esta larga entrada en la que, como siempre, no he sabido reflejar las sensaciones fantásticas, la compañía ideal, los buenos ratos, y la emoción del kitesurf:
Y digo era, porque parece que la cosa ha cambiado.
Hace más de viente años comencé a practicar windsurf y, claro, había que ir sí o sí a la Meca del Viento. Eran otros tiempos, y a la menor oportunidad nos juntábamos unos amigos y cometíamos locuras como ir a Sierra Nevada y volver en el día para hacer snowboard unas pocas horas. Lo mismo, con prácticamente lo puesto, íbamos a Tarifa a un camping, aunque lo de navegar era, quizá, lo de menos.
Y es que Tarifa tiene un gran ambiente nocturno...
Sea como fuere, en uno de esos viajes hacía tanto tanto tanto viento que tuvimos que recorrernos toda la costa gaditana hacia el Oeste hasta encontrar un sitio donde pegara menos fuerte, y acabamos navegando en Valdelagrana... Sólo teníamos una vela, y la mía era de 5'7, y recuerdo que iba pasadísimo de vela, pero era la primera vez que navegaba en agua plana y flipé de lo lindo. Corría el año 89 ó 90.
Tras esa experiencia, he vuelto otras cinco veces a Tarifa, de las cuales una navegué con Poniente flojísimo, nada de disfrutar. Y las otras pinché vilmente.
Yo ya no quería ir a Tarifa. Dos veces fui a Bolonia recientemente, y en ambas falló Eolo también.
Pero por fin había buena previsión para el puente de diciembre, y decidido, reservé en el hotel Dos Mares, famoso por su ubicación privilegiada a orillas de la playa de Los Lances. Al final, hablando con unos y con otros, nos juntamos unos cuantos, y así la estancia fue más agradable y provechosa.
Porque Tarifa no sólo es viento y playa, que es importante y para eso se va, al fin y al cabo. Pero ofrece un interés turístico, una oferta de ocio y gastronómica que no se puede obviar.
Un paseo por el casco antiguo de la ciudad es inevitable, como lo es tapear en sus bares, perderse por sus estrechas callejuelas, mirar en tiendas surferas...
Han sido cuatro días estupendos, inolvidables, en una compañía magnífica. Se nos descubrió por los más sabios del lugar un sitio para comer, llamado El Tesoro, tan escondido en medio de la montaña y con unas vistas maravillosas, que ahora mismo no sabría llegar allí. El ágape fue cojonudo. Y caro, pero cojonudo.
La mayoría de las veces comimos en el mismo hotel, en cuya cafetería servían un sandwich club muy completo (aunque ganaría mucho tostando el pan), y una hamburguesa de 9 euros que... estaba tan buena como el precio hacía presagiar.
Nos alojamos en bungalows con vista al mar, un acierto total por su orientación al Sur, a escasos metros de la playa. Habitación grande y cómoda, cama de metro ochenta, baño espacioso, y un trastero para guardar el material.
En cuanto al viento, chapeau! Por fin triunfé, y navegué cuatro de cuatro días, aunque bueno, el primero fue un poco del tipo "por mis cojones que me meto ahí": estaba tan desatado en Valdevaqueros que nos fuimos a Bolonia buscando un poco de menos potencia... y fue algo brutal, viento muy racheado que pasaba de 40 nudos a 5, y lo mismo salías catapultado que se te caía la cometa. Parece que de eso se trata el Levante, que además era bastante de tierra y, por tanto, con peligro añadido, pero como se metieron espoleados por mí (jejejeje) Abellán y Sergio, yo me sentía seguro. Los demás no quisieron mojarse, cada uno tenía sus motivos.
Pero los otros tres días, madre mía, qué tres días! El sábado de 25 nudos casi constantes, el domingo para cometa grande y pudimos rascar más de una hora en condiciones, y el lunes, ya solo quedábamos Julio y yo, cometa de 7 metros (las de Marisa y Manu) durante un par de horitas, y tuvimos que cortar porque la cosa iba in crescendo: más de 30 nudos casi todo el rato, bastante fuerte, pero disfrutamos como borricos.
Como colofón del viaje, y ya de vuelta, paramos a almorzar en Barbate, en El Campero, lugar que ya visité en mi viaje romántico con el limitador, y que relaté en este blog: no pudo ser mejor, y aunque MUY caro, la verdad, para una vez que salimos de viaje nos pegamos el homenaje. La experiencia fue impresionante, con entradas a base de atún en diversas maneras de preparación, y luego un pescado a medias con Espe, un bocinegro, que quitaba to el sentío. En un momento dado Julio me dio a probar su tarantela con foie y oporto... y se me escaparon un par de lagrimitas, producto del cúmulo de emociones vividas todo el largo fin de semana.
Doy las gracias a mis amigos por acompañarme y hacerme disfrutar tanto, y al amor de mi vida por supuesto.
Unas imágenes positivadas a color para ilustrar esta larga entrada en la que, como siempre, no he sabido reflejar las sensaciones fantásticas, la compañía ideal, los buenos ratos, y la emoción del kitesurf:
Bolonia, el único con neopreno ya ven ustedes quién es... |
Lo que me econtraba al salir del bungalow |
Relaxing cup of coffe en Dos Mares |
Celebrando la puesta de sol |
El limitador deslimitado, bastante achispada ella. Tarifa la nuit |
Tarde del sábado, punto final |
Atardecer tras una navegada suave |
La Duna de Valdevaqueros, la que quieren urbanizar, al fondo |
Otra panorámica de la Duna con los kites aparcados |
Los últimos guerreros preparando el tema para la última navegada |
El de la izquierda, cometa en primer plano, yo |
Julito flipando |
Personas felices |
Tataki en El Campero |
Viva imagen de la satisfacción |
Vuelta en el S-Max, de categoría. |
Faro!
En poco tiempo he visitado dos veces un spot del que he oído mucho, pero en el que nunca estuve. Y mira que lo tenemos más o menos cerca, a horita y cuarto más o menos.
Faro es popular entre los kiteros de Sevilla y Huelva porque cuando entra Levante fuerte en el estrecho, es el único lugar, Tarifa aparte (claro está), en el que se puede navegar. Pero hay otras consideraciones a tener en cuenta: se trata de un sitio poco urbanizado, apenas unas casas de pescadores, y toda una barra de arena de más de un kilómetro en estado prácticamente virgen, con la ría de Faro a un lado, y la playa de mar abierto al otro.
La ría es como todas las rías: sometida a las mareas entrantes y salientes, y al principio de la misma, que es por donde aparcamos los coches, se encuentran diversos botes y barquitos de pesca, muertos, boyas, y todo tipo de obstáculos flotantes que pueden ser peligrosos para la navegación. Pero sólo en la parte inicial, porque a medida que avanzamos hacia el final de la barra, todo se vuelve diáfano y precioso y perfectamente plano. Hay espacio de sobra, sobre todo con la marea alta. Se hace pie en casi todas partes, lo que es un plus para aprender a navegar o lanzarse a tirar nuevos trucos, con la seguridad que da para levantar la cometa si ésta se estrella, o facilidad para recuperar la tabla. No obstante, mucho ojo porque hay zonas de arena y otras de algas plagadas de conchas, ostiones y otros bichejos que no tendrán piedad con la planta de tus pies.
El Levante que pega aquí es un poco offshore, viento terral, y navegar en el mar puede ser peligroso. Pero hay otra complicación añadida: las olas. Si se dan las condiciones, se forman unas buenas olas surfeables, que rompen de izquierda a derecha, ordenadamente... ¡y con fondo de arena!
¿Qué más se puede pedir? Pues sí, se puede pedir, jajajjaa. Si hay Levante, que es lo normal, hay que darse un paseo de veinte minutos por un camino de tablas para llegar a la zona buena, pero se pasa en un plis-plas.
Yo he navegado aquí con ese Levante, que estuvo para cometa grande, más bien flojo pero se pudo aprovechar, sobre todo cuando bajó del todo, gracias al skimmy del maestro Oliveira. Desde aquí mi agradecimiento por compartir el juguetito mientras él cogía un resfriado dando clases a un par de cursillistas.
Pero el primer día que fui allí, con el maestro y Javi, fue prácticamente una experiencia orgásmica. El viento venía bastante anortado, y fuerte, y nos permitió remontar la ría navegando, hartarnos durante tres horas, y volver por la misma ría haciendo un downwind. ESPECTACULAR.
Sin más dilación, paso a colgar unas instantáneas inmortalizadoras de la experiencia del segundo día:
Faro es popular entre los kiteros de Sevilla y Huelva porque cuando entra Levante fuerte en el estrecho, es el único lugar, Tarifa aparte (claro está), en el que se puede navegar. Pero hay otras consideraciones a tener en cuenta: se trata de un sitio poco urbanizado, apenas unas casas de pescadores, y toda una barra de arena de más de un kilómetro en estado prácticamente virgen, con la ría de Faro a un lado, y la playa de mar abierto al otro.
La ría es como todas las rías: sometida a las mareas entrantes y salientes, y al principio de la misma, que es por donde aparcamos los coches, se encuentran diversos botes y barquitos de pesca, muertos, boyas, y todo tipo de obstáculos flotantes que pueden ser peligrosos para la navegación. Pero sólo en la parte inicial, porque a medida que avanzamos hacia el final de la barra, todo se vuelve diáfano y precioso y perfectamente plano. Hay espacio de sobra, sobre todo con la marea alta. Se hace pie en casi todas partes, lo que es un plus para aprender a navegar o lanzarse a tirar nuevos trucos, con la seguridad que da para levantar la cometa si ésta se estrella, o facilidad para recuperar la tabla. No obstante, mucho ojo porque hay zonas de arena y otras de algas plagadas de conchas, ostiones y otros bichejos que no tendrán piedad con la planta de tus pies.
El Levante que pega aquí es un poco offshore, viento terral, y navegar en el mar puede ser peligroso. Pero hay otra complicación añadida: las olas. Si se dan las condiciones, se forman unas buenas olas surfeables, que rompen de izquierda a derecha, ordenadamente... ¡y con fondo de arena!
¿Qué más se puede pedir? Pues sí, se puede pedir, jajajjaa. Si hay Levante, que es lo normal, hay que darse un paseo de veinte minutos por un camino de tablas para llegar a la zona buena, pero se pasa en un plis-plas.
Yo he navegado aquí con ese Levante, que estuvo para cometa grande, más bien flojo pero se pudo aprovechar, sobre todo cuando bajó del todo, gracias al skimmy del maestro Oliveira. Desde aquí mi agradecimiento por compartir el juguetito mientras él cogía un resfriado dando clases a un par de cursillistas.
Pero el primer día que fui allí, con el maestro y Javi, fue prácticamente una experiencia orgásmica. El viento venía bastante anortado, y fuerte, y nos permitió remontar la ría navegando, hartarnos durante tres horas, y volver por la misma ría haciendo un downwind. ESPECTACULAR.
Sin más dilación, paso a colgar unas instantáneas inmortalizadoras de la experiencia del segundo día:
Abraham, Manolo, un par de cursillistas, Julen y el menda con gorrito para cuidar la calva del frío |
Panorámica hacia el lado contrario. Desde las casas del fondo tuvimos que caminar. |
Bodegón: colección de Switchblades |
Tres tercios me tomé, para reponer sales. Se nos ve felices. |
martes, 10 de diciembre de 2013
El amo
Estilo, fuerza, simpatía, visión, potencia...
Un italiano negro y con los ojos azules ya es bastante raro de por sí, pero si además les digo que es el amo, ¿cómo se quedan?
Para muestra, un botón:
Un italiano negro y con los ojos azules ya es bastante raro de por sí, pero si además les digo que es el amo, ¿cómo se quedan?
Para muestra, un botón:
miércoles, 4 de diciembre de 2013
Laia Sanz
Laia con su nueva moto para ir a por el cuarto Dakar en su vitrina:
Honda CRF450 Rally |
A punto de cumplir 28 años, la trece veces ganadora del Campeonato del Mundo de Trial Femenino, así como diez veces del Campeonato Europeo de Trial Femenino y ganadora Rally Dakar en la clase de motociclistas femeninas tres veces en 2011, 2012 y 2013, acaba de recibir la que va a proporcionarle, espero grandes días de gloria.
Por primera vez acomete el rally más duro del Mundo con una máquina verdaderamente competitiva.
En los X Games de este año obtuvo tres medallas de oro y una de plata en enduro femenino y también obtuvo el Campeonato del Mundo de Enduro Femenino de 2012 y 2013.
Muchos somos los que queremos ver aumentar el increíble palmarés de esta simpática barcelonesa.
¡¡Animo, Laia!!
lunes, 2 de diciembre de 2013
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