Y llegó la hora de darle caña a la rubia. Al principio con las reticencias propias de la situación, pero aunque el asfalto estaba un poco fresco y con parches humedad, y se hizo delicado el manejo sobre todo entre Riotinto y Aracena, y después entre Fuenteheridos y Santa Ana la Real, desviación que tuvimos ir coger para evitar a la benemérita que llevábamos delante.
En la sempiterna venta de cruce nos tomamos unos cafés, y tras un rato de charla (ya pueden imaginar el tema, MOTOS) y saludar a conocidos, amigos, y habituales, emprendimos la bajada a ritmo agradable, ligero pero controlado.
Aquí los tres protagonistas del paseo matutino, servidor, Pedrito Redondo y Antonio Lozano, muchas manos y kilómetros:
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comente, quédese a gusto, pero si firma como anónimo nadie lo verá.