viernes, 31 de diciembre de 2021
Alfa Romeo Disco Volante
miércoles, 29 de diciembre de 2021
Matrix: Resurrections
¿Por qué?, me preguntaba una y otra vez. Y aunque yo estaba mentalmente preparado para lo que pudiera surgir de esa pantalla, qué gran verdad es esa de que la realidad acaba siempre superando a la ficción.
La propia película nos va dando pistas, y lanza misivas a nuestro cerebro sin parar, como cuando la nueva versión del agente Smith (que ahora no es agente ni se llama Smith), un tipo edulcorado, hasta simpático y guapo, cuya subsistencia simbiótica con Neo (que ahora ya no es Neo, o no el mismo Neo, y si lo es ya hay muchos que no creen en él) le lleva lo mismo a pelearse a muerte con su némesis como a ayudarle cuando más lo necesita (¿¡cóóóómoooooo!?)... la lucha del hombre contra la máquina, y en su máxima expresión entre Neo contra el recalcitrante agente, parece pasar a un segundo plano, los papeles del bien y el mal (siempre tan relativos), no parecen quedar claros, y mientras tanto, en un momento dado, el nuevo e intrigante personaje llamado Sicoanalista le dice al señor Anderson que el código para "esperanza" y "desesperación" es el mismo... y yo me encontraba así realmente, esperanzado porque la cosa fuera a mejor, y desesperado por que no lo hacía.
Encontramos un nuevo Morfeo, que parece tener las funciones del anterior, pero también es un poco diferente, más activo, más definitivo en la acción. La historia de Morfeo tras Revolutions, y posteriormente con Animatrix y Segundo Renacimiento, choca con lo que nos encontramos en la nueva entrega de la saga, sobre todo en lo que respecta a causa de su muerte (que no queda clara), y acciones posteriores en cuanto a la creación de una doctrina para mayor gloria y fe ciega en los actos de El Elegido. Y el nuevo Morfeo sigue siendo de raza negra, por dar continidad a la idea.
En cuanto al asunto de la continuidad, Lana Wachowski no es tonta, y sitúa la acción unos sesenta años más tarde del final de Revolutions, y tal y como transcurren las cosas en una era tan tecnológica podemos notar ciertos cambios lógicos: la nueva especie de "sintiéticos" (programas que en Matrix tienen forma humana, cosa que no es nueva pues todas la trilogía anterior estaba plagado de ellos, aunque ahora son capaces de materializarse en el mundo real gracias a unas estructuras de diminutas esferas que pueden replicar cualquier volumen); robots que se pasaron al bando de los humanos; robots enfrentados entre sí en una guerra que no hemos visto; Sión despareció y ahora hay una nueva ciudad "humana", Io, dirigida por una anciana Niobe al frente de un régimen militar estricto; desaparición definitiva (por ahora) del Oráculo...
Pero lo más intrigante es la aparición de un nuevo personaje, el Sicoanalista, que se configura, a mi modo de ver, como un Arquitecto evolucionado, aunque quizá pueda ser una mezcla entre los programas del citado Arquitecto y la desaparecida Oráculo, surgiendo este nuevo e inquietante sintiético que quiere erigirse en tirano dirigente de Matrix sea como sea y a cualquier precio, y aunque es conocedor de que hay "algo" o "alguien" por encima, refiriéndose a ellos como "los trajeados", su parcela de poder es enorme y, aparentemente, suficiente para sus fines de dominación.
el sicólogo |
No quiero seguir desvelando elementos cruciales y argumentales, y para finalizar solo decir que esta película, sin haber visto las tres anteriores, costará entenderla (por no decir que sería imposible), y que, curiosa y paradójicamente, puede tomarse como un refrito de dichas tres películas en las que el planteamiento ya se hizo con las susodichas, y ahora se nos presenta el nudo y el desenlace, todo en uno.
Yo salí del cine hace veinte años maravillado con la primera Matrix, y sus dos sucesivas secuelas me parecieron cojonudas y lógicas, todo un espectáculo visual y temático, pelis que te hicieron pensar y te alucinaron, y fueron un hito en el cine de ciencia ficción. Eso me ha ocurrido recientemente con obras maestras como Tenet, o por hablar de secuelas o remakes, con la nueva Dune y Blade Runner 2048... pero lamentable y previsiblemente no con Resurrections, en la que no aguanté hasta el final de los créditos (mientras sonaba una extraña versión del famoso tema de RHCP), y por tanto me perdí la escena postcrédito que yo pensaba que no existiría...
martes, 28 de diciembre de 2021
sábado, 25 de diciembre de 2021
Gallinas
Siempre que compraba una gallina la ataba dos días a un árbol, para imponerle mi domicilio, destruyendo en su memoria frágil el amor a su antigua residencia. Remendé el cerco de mi patio, con el fin de evitar la evasión de mis aves, y la invasión de zorros de cuatro y dos pies. Me aislé, fortifiqué la frontera, tracé una línea diabólica entre mi prójimo y yo. Dividí la humanidad en dos categorías; yo, dueño de mis gallinas, y los demás que podían quitármelas. Definí el delito. El mundo se llenó para mí de presuntos ladrones, y por primera vez lancé del otro lado del cerco una mirada hostil.
Mi gallo era demasiado joven. El gallo del vecino saltó el cerco y se puso a hacer la corte a mis gallinas y a amargar la existencia de mi gallo. Despedí a pedradas al intruso, pero saltaban el cerco y aovaron en la casa del vecino. Reclamé los huevos y mi vecino me aborreció. Desde entonces vi su cara sobre el cerco, su mirada inquisidora y hostil, idéntica a la mía. Sus pollos pasaban el cerco, y devoraban el maíz mojado que consagraba a los míos. Los pollos ajenos me parecieron criminales. Los perseguí, y cegado por la rabia maté a uno. El vecino atribuyó una importancia enorme al atentado. No quiso aceptar una indemnización pecuniaria. Retiró gravemente el cadáver de su pollo, y en lugar de comérselo, se lo mostró a sus amigos, con lo cual empezó a circular por el pueblo la leyenda de mi brutalidad imperialista. Tuve que reforzar el cerco, aumentar la vigilancia, elevar, en una palabra, mi presupuesto de guerra. El vecino dispone de un perro decidido a todo; yo pienso adquirir un revólver.
¿Dónde está mi vieja tranquilidad? Estoy envenenado por la desconfianza y por el odio. El espíritu del mal se ha apoderado de mí.
Antes era un hombre.
Ahora soy un propietario.
-"Gallinas", del anarquista Rafael Barrett, Paraguay, 1910.
viernes, 24 de diciembre de 2021
EL SÍNDROME STEPHEN CANDIE
En 2012 se estrenó la película "Django desencadenado", escrita y dirigida por Quentin Tarantino. Es una violenta película sobre la esclavitud que ganó dos Oscar de la Academia.
El actor Samuel L Jackson interpreta allí a Stephen, el mayordomo negro del amo blanco, mister Calvin J Candie (Leonardo DiCaprio). Un mayordomo negro que no sólo odia a la gente de su raza, sino que se cree blanco, rubio y de ojos azules. Stephen no tiene apellido, pero está convencido de pertenecer a la famila Candie. Y como al amo blanco le conviene, deja que Stephen se crea un Candie.
En tiempos donde los esclavos no podían andar a caballo, hay una escena en la película donde Stephen se enfurece al ver llegar a un hombre negro montado a caballo, y se enfurece más que sus amos blancos.
Ese es el síndrome Stephen Candie.
El síndrome de aquellos que defienden los privilegios del patrón, más que el mismo patrón. Sobran jefes, capataces, capangas, rompehuelgas, alcahuetes, carneros, sirvientes, vigilantes, policías represores, rastreros, chupamedias, arrastrados y lameculos con este síndrome en la clase trabajadora.
Usted los conoce... Los ha visto cuando el patrón aparece en escena y con un trotecito servil, corren a saludar a su eminencia. Y lo secundan sonriendo por la fábrica, la empresa, el campo, el edificio en construcción, la oficina. Y son felices si el patrón amaneció contento ese día. Tan felices que si los Stephen tuvieran cola, la agitarían como un perro.
Traidores a la clase trabajadora, son ellos, los Stephen, los que denuncian y despiden a los obreros que se quieren sindicalizar.
Son ellos, los que controlan hasta los minutos que tardan las obreras en ir al baño a orinar. Son ellos los que piden trabajadores inmigrantes porque son más baratos y fáciles de humillar y explotar.
Usted conoce a los Stephen Candie.
Son los que vuelven a casa y a la hora de cenar, con una sonrisa llena de satisfacción, como si fuera lo mejor que les pasó en el día, suspiran y dicen: "Andaba muy contento mi patrón hoy”.
jueves, 23 de diciembre de 2021
Marte Rojo, Marte Verde, Marte Azul
Marte rojo es la primera parte de la Trilogía marciana de Kim Stanley Robinson; una novela de ciencia ficción ganadora del premio Nébula y del British Science Fiction Award, y elogiada por Arthur C. Clarke como la mejor novela sobre la colonización de Marte jamás escrita. Publicada en 1992, fue enseguida elogiada por la crítica y por, entre otros autores de renombre, Arthur C. Clarke (lógico, teniendo en cuenta su estilo de ciencia ficción "dura").
La novela narra la historia de los primeros 35 años de vida humana en Marte, desde 2026 hasta 2061; la historia seguirá en Marte verde, y posteriormente en Marte azul, abarcando en estos dos libros el período posterior a 2061. Esta historia se relata desde los ojos de algunos de los integrantes del primer grupo que pisa la superficie del planeta rojo con intención de quedarse, compuesto por cien personas de distintos países (en especial norteamericanos y rusos, pero también algún japonés, español, e incluso jamaicano). Este grupo se denomina en el libro "Los Primeros Cien". El libro está dividido en ocho partes, cada una de las cuales está contada desde el punto de vista de uno de "Los Primeros Cien", centrándose especialmente en sus acciones, sentimientos e ideologías contrapuestas. Y es que este libro, enmarcado geográficamente en el planeta a conquistar, no deja de ser un aburrido y más que visto y leído debate entre ideologías y formas de ver la sociedad.
Sicología y sociología son la clave argumental, aderezados con amoríos, asesinatos, traiciones entre ellos y a quienes los mandaron allí, desastres naturales, revoluciones políticas... Marte es la excusa, y la colonización y adaptación al medio son temas ya tratados con anterioridad, aunque es cierto que no tan profundamente como en Marte rojo, cuya descripción y explicación de soluciones es tan completa y detallada que aburre. No me extenderé más.
A pesar de la fama de la trilogía, considerada un must para el buen aficionado a la ciencia ficción, tengo que reconocer que me ha resultado un tostón infumable, viéndome obligado una y otra vez a terminarlo, por comprobar si al final ocurriera algo que mereciera la pena. No ocurrió nada reseñable.
Como soy masoca, emprendí la lectura de Marte verde, por ver si la cosa mejoraba algo, pero no hizo sino empeorar. Marte poco importa ya en la trama, y sí los nacionalismos, separatismos, la distanciación y separación en modos de vida, religiones y costumbres de los colonos, quienes a pesar de dejar su origen a millones de kilómetros, no pueden dejar de pretender seguir ejerciendo sus diferencias como parte de su identidad irrechazable. Vover a empezar y nunca acabar. ABURRE. Lo dejé, claro está.
viernes, 17 de diciembre de 2021
jueves, 16 de diciembre de 2021
Mi Ibiza privada
sábado, 11 de diciembre de 2021
cita:
Hay que entender que obedecer cualquier ley injusta es convertirse en cómplice de su iniquidad.
Una de las muchísimas perlas que nos dejó Antonio Escohotado Espinosa. Leído en su libro "Mi Ibiza privada", aunque ya escuchada de su boca mucho antes y numerosas veces además.
Es cierto, y hay que reconocerlo, que la frase seguramente no sea suya, y me ha llegado por muchas otras vías, lo que no le quita importancia y veracidad.