"The most common error of a smart engineer is to optimise a thing that should not exist".
E.Musk
Con la excusa de probar las nuevas ruedas que ya presenté en la anterior entrada, este domingo salí temprano a dar una vuelta en modo exploratorio y "multi terreno".
Lo primero que noté es que creo que tengo que hincharlas más. El fabricante recomienda, mediante una inscripción en el flanco del neumático, que la presión debe encontrarse entre 3 y 6 bares. Yo puse 2'5 atrás y 2'2 delante, buscando un mayor agarre y comodidad en campo. Detrás casi acerté. Delante fue demasiado blando (0'3 bares pueden parecer poco, pero cada neumático tiene un punto en el que pasar de un par de decimales arriba o abajo marca la diferencia, y en este caso ronda los 2'5 bares). Iba perfecta en campo, pero creo que puedo aprovechar mucho más sus cualidades en carretera si subo un poco más las presiones, no mucho. Aún así, mucho más cómoda y rodadora en asfalto ahora que con las anteriores gomas 100% btt.
Aproveché para hacer pista hacia Gibraleón, con la idea de enlazar la Vía Verde Litoral, que une esta localidad con Ayamonte, de la que ya he hecho otros tramos con anterioridad. Pero el trozo que va hasta Cartaya está muy descuidado, por no decir absolutamente preterido, radicalmente abandonado, atrozmente devorado por todo tipo de arbustos, ramas, hierbas y roderas viejas. Toda una aventura los pocos kilómetros que llegué a realizar, teniendo que bajarme y avanzar a pie en alguna ocasión. Me hubiera venido bien un machete para avanzar, como si fuera una tupida jungla del sudoeste asiático.
Perdí tanto tiempo en ese trance, que cuando llegué a los aledaños de Cartaya decidí abortar lo que tenía planeado en mente, algo más largo y placentero, entre pinares del Campo Común de Arriba, y tomé por el Camino de la Guijarrosa hacia los pinares de Aljaraque y el canal de abastecimiento, zona que conozco bien y no presenta sorpresas, y todo porque no quería quedarme sin ver en directo el Gran Premio de Reino Unido de motociclismo.
Les dejo esta imagen donde pueden apreciar qué buen día hizo, perfecto para el ciclismo:
Esta fue la Carbonframes Lemonster de Greg Lemond, un unicornio para cualquier coleccionista de bicicletas de mtb, pues sólo se fabricaron seis de ellas, construidas para Lemond para correr en el Chequamegon Fat Tire Festival.
Algunos componentes notables montados en este ejemplar son los pedales de carretera Time, unos tempranos frenos de llanta Magura hidráulicos, y el sillín siempre elegido por Greg: San Marco Regal.
Aunque el diseño de las bicis de montaña ha recorrido un largo camino desde 1991, esta LeMonster capturó la forma avanzada de pensar de Lemond hace treinta años.
En esta siguiente imagen podemos ver al legendario campeón en otro certamen y en esa ocasión con un cuadro de titanio y un curioso manillar:
Cuando algún motorista me dice que nunca usa el freno trasero... siempre esbozo una sonrisa. Incluso tandistas habituales se jactan de ello hinchando el pecho, y mirando con desprecio a quien dice que sí lo usa. Es algo llamativo, y dice mucho de la persona, cuando el individuo no sólo está dando muestras de su escaso nivel técnico, sino de su idea monolítica y preconcebida, inamovible e irreconciliable con el sentido común, la experiencia y el buen hacer.
Sobre todo cuando se rueda rápido en circuito, y esto es extrapolable a la carretera (y te puede salvar la vida el dominar esta técnica), tocar el freno trasero ayuda a entrar en curva, pues produce el efecto contrario a frenar en medio de la curva con el delantero. Si frenas con el delantero cuando ya la moto está tumbada, no sólo puede perder adherencia la rueda y provocar una caída, sino que la moto tiende a levantarse y por tanto a sacarte por la tangente. Es una consecuencia del efecto giroscópico de la rueda. Si se frena la trasera en las mismas circunstancias, ocurre el efecto contrario: la moto tiene a tumbar más y, por tanto, trazará la curva con más facilidad. Obviamente, y esto lo ha podido comprobar todo el mundo, ocurre exactamente lo contrario cuando aceleras en medio de la curva: la moto tiene a levantarse y a abrir la trayectoria, pues si nos fijamos, estamos haciendo lo contrario a frenar con la rueda trasera. Por eso es tan importante controlar el llamado "freno motor", pues ya solo el mero hecho de cerrar el acelerador hace que la rueda trasera frene, y así ayuda a entrar en la curva. Es más fácil tomar la curva con marchas cortas que con marchas largas por lo mismo. El efecto es tan interesante y percibible, que en MotoGP, las motos llevan un GPS y son capaces de aplicar distinto nivel de freno motor en cada curva para ayudar al piloto.
Pasemos a mi caso. Yo siempre he tocado el freno trasero, pero de un tiempo a esta parte lo hago más, hasta el punto que no tengo ya ni que pensarlo, me sale solo.
Mi Ducati Monster, prácticamente desde que la compré, tenía un pequeño defecto que con el tiempo se ha ido agravando: al usar el pedal de freno, éste no volvía con normalidad a su posición natural, quedando la moto un poco frenada, algo casi imperceptible en marca, pero que se notaba al manejarla para aparcarla, por ejemplo. Poco a poco se ha ido acrecentando, hasta que hace un par de semanas, entre la salida por carretera de curvas exigente unido al calor veraniego, hizo que prácticamente me quedara sin freno trasero. El pedal se quedó abajo, no volvía a su sitio, ni siquiera cuando el sistema se enfrió.
Decidí, por fin, meter mano al asunto. Hace un año, pensando que el problema podía estar en la pinza, compré un kit de reparación consistente en unos retenes nuevos para los pistones, un par de o-rings, y aceite especial para el montaje. Lo instalé, y para mi pesar la cosa no mejoró. Ya entonces me di cuenta de que el problema estaba en la bomba, y no en la pinza. Entre medio, varios sangrados y cambios de líquido, pero seguía igual.
De modo que cogí eBay y busqué un kit de reparación para la bomba de freno, pero viendo el coste, y la diferencia de precio con una bomba nueva, opté por esta segunda: una bomba nueva original, que ha tardado una semana en venir desde Italia, embalada en su caja original Brembo, con su libreto de instrucciones y todo. Fetén. Pues nada, manos a la obra:
Quitar la bomba vieja y poner la nueva es un juego de niños, y sólo hay que tener un poco de cuidado para ubicar el latiguillo y el tubito que viene del depósito separado de líquido en una posición tal que no viertan el contenido de su interior. La pinza hay que desmontarla porque en esta moto va por debajo del basculante, unida a un tirante de reacción, y si se hace el sangrado sin moverla es difícil que quede bien porque el latiguillo hace una curva y quedan burbujas en su interior. De modo que la coloco por encima del nivel de la bomba para que el aire del circuito salga sin problemas por el purgador: