Este verano que nos ocupa he hecho algunos cambios en mi ciclismo. A raíz de usar mas la bici de ruta, me he acostumbrado a usar los botelleros. Yo nunca fui muy asiduo a los bidones de líquido, pues siempre me ha parecido más cómodo llevar la mochila Camelback, con su tubo para beber siempre a mano y lejos de polvo y salpicaduras de barro, que además me permite llevar herramientas y repuestos varios, y de propina puede hacer cierta función de protección de la columna. Pero también es cierto que llevo un tiempo pensando en sustituirlo por una riñonera (moda importada de los runners), sobre todo en estas épocas tan calurosas, en las que no es agradable llevar pegado esa especie de caparazón a la espalda.
El caso es que he adquirido algunos portabidones de fibra de carbono en Aliexpress, nada caros y muy ligeros, y he ido equipando mis bicis poco a poco con estos elementos que, aunque antiestéticos, cumplen su función.
Ahora voy con el maillot totalmente al aire, y se nota mucho el mayor frescor. El agua aguanta menos tiempo fresquita... pero es un mal menor porque en rutas de dos o tres horas (que es lo mínimo que hago), al final siempre acaba por ponerse a temperatura ambiente...
La última en estrenar el accesorio ha sido la Scalpel, que hacía mucho que no rodaba con ella... y qué fantástica bicicleta es!!!
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