Iniciamos la temporada de paseos por senderos con una breve ruta con salida y llegada a Galaroza. Cogeríamos por el camino que va a Castaño del Robledo, y comenzamos pronto a subir entre zarzamoras y todo tipo de árboles y arbustos. En la subida nos desviamos un momento por un desvío a la derecha, en busca de un pino centenario enorme que hace unos años se partió en dos. Aquí pueden ver a la Espe sentada sobre el tronco que cayó al suelo y sigue allí no sabemos hasta cuando:
Volvemos a la ruta principal, y pronto nos desviamos en un cruce en dirección a Jabugo, camino un poco roto para vehículos pero perfecto para peatones campestres. Un par de km más adelante tomaríamos nuevamente a la derecha hacia Galaroza por un bellísimo y estrecho sendero que sigue el curso de la ribera de Jabugo, sombreado, con algunos helechos, líquenes en los troncos de los árboles, más moras y bayas silvestres de diversos tipos... Todo el camino fuimos acompañados por un teckel que iba y venía a nuestro lado, feliz como él solo, curioseando todo tipo de agujeros y desvíos. Llevaba un collar con una chapa en la que constaba su nombre, Gyndell, y un par de números de teléfono móvil, y ya estábamos hechos a la idea de que cuando llegáramos al pueblo íbamos a llamar para que lo recogieran... pero casi al final de la ruta nos cruzamos con una familia de senderistas que venían en sentido contrario y se fue con ellos.
Algunos pequeños helechos entre piedras cubiertas de musgo:
Pastora improvisada:
Líquenes en plena simbiosis, ribera de Jabugo, poca agua, pero inundando el entorno de frescor y humedad:
Gyndell fue testigo de nuestra alegre y amena marcha:
Buen humor cachonero:
Por supuesto, no podía faltar la birra al acabar:
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