domingo, 26 de julio de 2020

Singletrack fury: se estrecha

Va acabando el mes de julio y el calor aprieta, unos días más, otros días peor. Es lo que toca en verano, y aún así, este año extraño he rodado más que nunca en época estival... quizá consecuencia del estallido post confinamiento. 
El miedo (racionalizado y justificado) a un nuevo confinamiento en septiembre hace que aprovechemos más cada momento de ocio posible en el exterior, y uno no se arredra por unos grados celsius de más. 


El campo amarillea, y los caminos que no están muy transitados son a veces difíciles de seguir. Hay que madrugar si se quiere disfrutar, y a las 8:15 ya estaba yo dando pedales hasta completar los 47 km de hoy. Feliz por haber transitado un par de nuevos senderos, y la alegría de haber descubierto estos trazados desconocidos para mí me llena de esperanza y ganas de seguir reconociendo el terreno y aprendiendo el mapa, el laberinto, la tela de araña que forman los singletracks de nuestros pinares.
¡Qué suerte tenemos!


sábado, 25 de julio de 2020

Eslabones


Desde que compré la Monster he estado sintiendo un clack clack clack en la transmisión. Lo he achacado a diversas procedencias, pero es verdad que no daba con la tecla. Como los tirones y ruidos se han ido agravando con el paso de los kilómetros, decidí hacer una investigación más seria, y con la ayuda de Monkey Road Workshop pudimos descubrir el origen: había una elongación localizada en unos eslabones concretos: al llegar ese eslabón al piñón o a la corona se producía un salto, a veces brusco, que era lo que yo notaba. Me resultan increíble dos cosas: en primer lugar, los miles de km que ha durado la cadena en ese estado sin romper, y que yo, por desidia, ignorancia o no sé porqué, no haya atacado este asunto antes, poniendo mi propia vida en peligro.
Pueden ver el daño en las siguientes imágenes. 
En la primera pueden ver la ovalización del hueco que debería ser perfectamente redondo, y en el que debería entrar ajustado, sin holguras, el pin o rodillo:

Los pines dañados, en los que se aprecia que falta bastante material en el punto de giro, y además estaban deformados por el esfuerzo, que en esta siguiente imagen, por perspectiva, no se aprecia:


Toma más cercana de la holgura o juego que había en el hueco que aloja el pin:


El eslabón totalmente deformado: un milímetro aquí, otro allá, la cadena que no gira como debe... el desastre era inminente:


Para unir cadenas y hacer reparaciones, afortunadamente se venden eslabones sueltos. Se ha podido apañar una solución eficaz y válida, como he podido comprobar en una tórrida subida a la sierra hoy mismo. Una gran sonrisa debajo del casco, una suavidad como hasta ahora no había disfrutado en esta moto... FELICIDAD.

He aprendido mucho estos días, siempre trato de aprender cosas de estas situaciones. Siempre se puede aprender. Y saber es lo que más te puede ayudar a ser libre. 
En los últimos días han pasado algunas cosas, prácticamente sin importancia para el público en general, pero la noticia más impactante para mí es el avance aparentemente implacable e inevitable de la segunda oleada de la enfermedad. La pandemia se ceba ahora sobre todo en la juventud, en cuya desidia, ignorancia, o falta de civismo ha encontrado una ruta de acceso hacia una situación que sólo puede tener como final un nuevo confinamiento, si no se toman a tiempo las medidas restrictivas y profilácticas adecuadas. Las reuniones nocturnas en locales de ocio, fiestas, celebraciones multitudinarias, están dando lugar a cientos de brotes de personas infectadas, en su mayoría asintomáticos que a su vez contagian a sus núcleos familiares, y así la cadena se alarga más y más en un efecto piramidal de difícil control a la larga.

Mientras tanto, llegó el esperado momento de la primera carrera de MotoGP de la temporada, esta extraña temporada con siete grandes premios en la península, en la que ha acabado venciendo con autoridad Fabio Quartararo. El que fuera rookie del año en la pasada temporada puso su Yamaha satélite en lo más alto del podio, con una carrera impecable de principio a fin, sólo empañada por la caída y lesión del favorito MM93.

Fabio, cuya escuela ha sido prácticamente española, ha ido pasando por multitud de categorías, currándoselo paso a paso. Aquí le vemos con el cinco veces Campeón del Mundo, el finísimo Lorenzo:



Pero volvamos al inicio de la carrera, cuando ya en la formación de la parrilla un fotógrafo pudo captar esta imagen terrible de Márquez, Marc, no Alex. Adivinen qué está mirando de esa enfurecida manera:


A su izquierda y un poco más adelante se encontraban dos Yamahas, dos pilotos a los que no fue capaz de superar, por pocas milésimas, en la segunda sesión de calificación. El piloto catalán destila odio, hambre insaciable, presión, y diatribas sicológicas que sólo él conoce, y aunque está más calmado en cuanto a sus acciones contra sus compañeros de batalla (o rivales), al menos en el inicio de la temporada en el que aún no está en juego el título directamente, salió a por todas. No quería que nadie se escapase, y en un temprano momento perdió la rueda delantera en la curva Doohan del trazado jerezano (que es el giro que más miedo me da: curva larga, contraperaltada, y muy rápida), pero en una de sus milagrosas salvadas logró mantener la compostura y regresar a la pista sin daños aunque en la posición decimosexta. 
Tenía prácticamente toda la carrera para remontar algo y coger puntos, pero MM93 es mucho Marc, y hizo lo que ya vimos en otras categorías anteriormente, devorar a sus rivales como si fueran pastelitos, meros comparsas en una obra de teatro que sólo puede tener un protagonista. La sensación de superioridad de ese centauro, esa unión máquina-hombre, es tan elevada que pocas veces se ha visto algo no ya igual, sino meramente semejante. Pareciera que los otros pilotos fueran sobre una moto2, y que se tratara de meros aficionados en unas tandas domingueras para aficionados, tal era el desfase de calidad y velocidad entre Márquez y los otros. 
¡Qué sensación de vergüenza y horror! Menudo campeonato de pacotilla, vaya teatro pudimos presenciar. 
La monumental faena, como muchísimas faenas toreras, acabo como tenía que acabar, con una inesperada (o no) cogida, un high-side, una volada sobrecogedora, en la que además del costalazo propio, tuvo un remate en forma de golpe de su propia montura que dañó su brazo derecho. Se habló de fractura de húmero.
Yo no me lo creo. Sé bien lo que es la total rotura de un hueso tan fundamental como un húmero, y nadie puede creer que operado con una placa y seis tornillos (como si fuera una simple fractura de clavícula) el martes, pueda presentarse de nuevo en Jerez para calificar el sábado siguiente, por muy atiborrado de anti-inflamatorios y analgésicos que estuviera (cosa que, por otro lado, no debería estar permitido porque podría considerarse dopaje: no entiendo nada). No ha habido fractura total, sino fisura y un fuerte traumatismo con tejidos musculares y nerviosos dañados, y aún así, con "solo" eso, todo cuerpo humano necesita un tiempo para recuperarse, por mucho que la más avanzada medicina esté al cargo. Los milagros no existen. Los supermanes tampoco.



He aprovechado esta semana, además, para hacer mantenimiento periódico a la KTM, con cambio de retenes y aceite de horquilla, aceite de motor, filtros y líquido refrigerante, y a la 749, aceite, filtro, limpieza de filtros de aire y cambio de correas de distribución. 

Mis días de vacaciones se acaban, ya el lunes 27 me incorporo a la rutina laboral, y me costará olvidar estas dos semanas de madrugones para aprovechar el fresquito de la mañana para montar en bici o en moto, y las interminables tardes en la playa sin pensar que hay que volver pronto para cenar y acostarse no demasiado tarde. Así es la vida, y este verano atípico y extraño, con normas especiales para todo, hasta para pedir una cerveza en el chiringuito, he dejado de lado la lectura y otras actividades menos físicas o lúdicas, a cambio de ver cine y series y hacer ejercicio.

sábado, 18 de julio de 2020

Alternativos

Por qué conformarse con el sistema de tubos telescópicos de toda la vida? Desde el inicio de los tiempos de la motocicleta ha habido técnicos que han querido lograr algo más efectivo, ligero, algo que aporte ventajas y haga desaparecer los defectos de la horquilla convencional que conforma, hasta nuestros días, la suspensión delantera. Y en el mundo de la bicicleta no iba a ser diferente:











desmoengendro: Flying Podenco, por XTR Pepo

Hace muchos años conocí a Pepo. Entonces trabajaba en SRD, un pequeño taller-tienda en Madrid. Yo buscaba una pieza para hacer más minimalista el punto más débil de mi entonces Ducati M750. En cinco minutos de conversación me transmitió más pasión y dedicación a la moto, y en especial a las Ducati, que todas las personas que yo conocía del entorno de la moto.

Sin duda, un tipo especial.

Tras su paso por SRD, y la posterior fundación, auge y caída de RADical Ducati, ahora quiero pensar que tiene un gran éxito con su nueva "marca", XTR, dedicado a extremar toda máquina que cae en sus redes, ya sea una tranquila SR250, una Bultaco cincuentenaria, japonesa, italiana... es lo de menos. Lo que siempre hay, lo que destaca en cada creación de Pepo es, sin duda, la pasión.

Inspirada en motos de competición, de resistencia, asistimos a una nueva era en la que se ha elevado, por méritos propios, a lo más alto del panorama nacional y más allá nuestra fronteras. Me gustan casi todas sus preparaciones, pero sobre todo, no podía ser de otro modo, las basadas en Ducatis.

Les traigo aquí y ahora esta maravilla:

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La eterna pregunta que surge cada vez que veo una cosa así es ¿de dónde coño saca las donantes? Debe conocer a mucha gente. Ha estado sembrando durante décadas, y obviamente recoge frutos. Una persona que lleva quinquenios dedicada a lo que se ha estado dedicando, obviamente tiene acceso a material que los profanos sólo podemos soñar.

Bravo, Pepo Rosell, bravo.

Bendiciones


miércoles, 15 de julio de 2020

Hot singletracks

Quince de julio, hay que madrugar si quiero montar en bici con garantías de que no desfalleceré en el intento. 
El campo está agostado en pleno mes de junio, normal aquí. Zonas en las que notas como vapor subiendo desde el suelo. Busco sombra, senderos entre pinos. Polvo, arena suelta, agarre escaso. Hay que adaptarse o renunciar.
 La Chameleon va de fábula, siempre predecible, ágil, reactiva... un tiro.




Olvidé comentar hace dos entradas que Blogger ya hizo algunos cambios más en la interfaz y ahora ya puedo subir fotos desde el celular, lo que me facilita mucho la vida: bravo!

lunes, 13 de julio de 2020

cosas que pasan

Comienzan un par de semanas de vacaciones, y mi lunes amanece a la hora habitual, quizá un poco antes de las 7 de la mañana, siendo el plan salir con la flaca a hacer unos km en un paseo que llegará hasta el karting de Cartaya por Malpica, El Rompido, El Portil, Punta Umbría donde daré la vuelta en la mega-rotonda del hotel Barceló, y vuelta por el carril bici, poco más de sesenta kilómetros.
Mucha bici incluso en la carretera, se nota que es verano y hay mucho ocioso.
Mencionar que mi idea era tomármelo con calma, prefiriendo alta cadencia y ritmo tranquilo, pero uno propone y después los elementos se alían para poner en tu camino a un par de picados (en el ciclismo son legión), y como a veces yo también lo soy, me gusta dejar las cosas en su sitio, y es que hay que gente que es muuuuuuu toooonta.


Pero saludo siempre a todos los ciclistas, aunque vayan en bicis distintas o raras. Por ejemplo, a la altura de la playa de la Bota he adelantado a un curioso especímen con una bici de carretera sin marchas y manillar plano. El ciclista parecía sacado de una playa californiana de los años setenta, con pelo largo, grandes barbas, y un mochilón a la espalda. Por supuesto, me ha devuelto el saludo. Todo tipo de ciclistas iban y venían: mayores, jovenzuelos en pandilla, profesionales (o lo parecían por sus semblantes serios y equipación tope plus), siempre veo algunos señores vejetes pero felices. Uno de estos últimos paró a charlar mientras cambiaba el tubular delantero, que una vez más había pinchado con una de esas molestas bolitas con pinchos asesinos que salen de los matojos secos. Ya jubilé, por tanto, el tubular Vittoria con 15 ó 20 años, y ahora llevo Tufo en ambas ruedas, a los que puedo introducir un liquido antipinchazos que es muy eficaz (a los tubulares antiguos no podía). 

Mucho más tarde, mientras recogía la cocina después de almorzar unas magníficas hamburguesas a la barbacoa (que yo mismo he cocinado en nuestro patio particular), escuché, asombrado y complacido a la par, que los albañiles tenían puesto en su mega-radiocasette un tema del álbum Ten, de Pearl Jam. Seguramente se habrán equivocado, porque yo siempre les oigo poner trapeo y reguetón. Mi limitador me corrige y me informa de que hay un obrero que es rockero y que de vez en cuando ponen temas dignos de ser llamados Música, así, con mayúscula. Curiosa cosa esa, me gustaría saber cómo gestionan eso de poner musiquita para hacerse más llevadera la dura tarea.

Por lo demás, haciendo cosas que he ido posponiendo para estos días de asueto, como cambiar pequeñas bombillas, comprar polvo venenoso para hormigas, dejar el hueso de jamón bien pelado para aprovechar los trocitos finales para hacer croquetas... nada importante, pero todo necesario. 

lunes, 6 de julio de 2020

desmoengendro: CC-Racing

Esta es la moto que ganó el campeonato de preparaciones de la World Ducati Week 2016.
Estamos hartos de ver SS900 desnudadas, con mayor o menor acierto, pero la verdad es que las ideas empiezan a faltar. Es por ello, seguramente, aparte del impecable trabajo de CC-Racing, sacar jugo de donde es difícil, por lo que ha vencido.

Ducati Hyperside con base 1198 S (Suiza)

Un chasis muy modificado en su parte trasera desmontable (gran detalle), radiador customizado, igual que la horquilla, a la que se ha dado un tratamiento antifricción, por no hablar de impresionante escape en titanio, que considero uno de los más significativos detalles junto con el colín enano.
Acierto en los colores, y buen trabajo pintando el basculante (adaptado de una SS1000) y las barras de horquilla en negro.
Trabajo impecable de principio a fin, moto espectacular, compacta, pequeña y, como a mí me gusta, utilizable al cien por cien.

domingo, 5 de julio de 2020

Singletrack fury: el infierno amarillo

Yo había ya notado que las rulinas, ruletas, o como quiera que se llamen esas ruedecillas que guían la cadena en su paso por el desviador trasero, estaban un poco desgastadas, se habían afilado hasta llegar a pinchar al tacto. 
Lo que no sabía era que podía ser tal la causa de que aunque la bici subía y bajaba velocidades perfectamente, en determinadas ocasiones podía dar lugar a una mínima variación (a modo de holgura) en el ajuste puntual cuando se aplicaba potencia de verdad, sobre todo al pedalear de pie para superar un repecho: en esos momentos ocurría un ligero desplazamiento de la cadena como si estuviera a medio cambiar, lo que producía un enganche dando lugar a doblar algún eslabón. 
Hubo una salida en que me ocurrió tres veces, y sólo pedaleando con sumo cuidado logré terminar la ruta. 
Como todo estaba bien ajustado, supuse que la única causa podría ser esa, aunque no descartaba que la piñonera estuviera gastada, o la cadena ya vieja, por ejemplo. 
De modo que compré un repuesto de las rulinas, piezas originales SRAM para el desviador X-9, y aquí pueden ver la diferencia, a la izquierda una gastada, y la derecha la nueva:


Para probar si era eso o no lo era, qué mejor que hacer una ruta para explorar la zona de más allá de la carretera forestal de Las Cumbres, digamos la zona norte del pinar del Campo Común de Abajo, que salvo un par de largos senderos que descubrí hace un par de semanas, nunca he investigado a fondo, o si lo hice no me acuerdo. Se trata de la zona que se encuentra dentro del sector perfilado en color rojo de la siguiente imágen:


Para guiarme decidí utilizar el track de la VI Media Maratón Pinares de Aljaraque del que se pueden encontrar varias unidades en Wikiloc.

Pero para mi desgracia, me encontré con cosas tan incomprensibles como habituales en estos parajes. Nada más desviarme hacia la derecha en busca del canal de abastecimiento para llegar a la zona a explorar, compruebo horrorizado que han desbrozado varias hectáreas produciendo lo que se percibe como un auténtico desastre o destrozo ecológico. No sólo es borrar senderos, sino verdaderos caminos ancestrales y de servidumbre pública, haciendo imposible la circulación libre por el entorno natural. El paso y trasiego de maquinaria pesada, las labores de tala y destrucción de la madera, el posterior transporte... Suponen meses de polvo, ruidos, y el cambio absoluto del paraje tal y como lo conocíamos, para convertirse en un paisaje apocalíptico. Pareciera que una terrible batalla se hubiera librado allí. 


Imposible transitar. Empujando la bici logré salir de la trampa en que se convirtió aquel emplazamiento, y fui directamente a la carretera de servicio del canal, donde me incorporé al track por el lado más septentrional de la ruta, que era, en verdad, donde residía mi mayor interés.
Pero pronto descubrí que el 90 por ciento transcurría por un enduro de motos, lleno de terribles bancos de arena (problema agravado por lo seco del terreno), y repechos con profundas rodadas y más arena, algunos con una pendiente que los hacen imposible para subir en bicicleta que no sea con asistencia eléctrica, o sea, con motos. 
Me hubiera gustado presenciar la carrera cuando se realizó allá por febrero o marzo del año pasado, a ver quién y como subía por estos sitios:



En las fotos quizá no se aprecia la inclinación, pero creo que hasta me costaría superarlas con mi KTM... No digo que no pudiera subir algún máquina del btt local, top ten del campeonato de Andalucía o similar. No. Pero yo me considero en la media en técnica, y subir un repecho no iba a suponer un derroche de energía del que yo no dispusiera. Y si de la media para abajo no iba a superar eso, ¿cómo se le ocurre a los organizadores poner tales obstáculos en una ruta competitiva? Dudo que el 90% de los participantes sean capaz de subir pedaleando por los varios repechos de similares características que encontré, hasta que desistí de seguir por el track y me interné en la zona que mejor conozco, al Sur de la Carretera Forestal, con sus senderos perfectamente ciclables, agradables, sombreados y muy entretenidos.
Quizá se quiso dar el punto de dureza que se creía necesaria para una ruta competitiva, pero hay que contar con que el terreno que hay en el pinar es el que es: no hay grandes cuestas que agoten las piernas de los ciclistas, ni sucesiones de sube-bajas como en el enduro de Cartaya, también llamados "rompepiernas". Si no se puede, no se debe forzar la situación creando un track que es una sucesión de puntos en los que hay que echar pie a tierra y pegarse un pateo en un terreno resbaladizo lleno de arena y roderas. Eso no es btt, eso es cicloalpinismo, es otra cosa. Es endurecer artificialmente y sin sentido. Pero desde luego no es montar en bici.

Como consecuencia del tiempo perdido en el campo de batalla del desbroce, y en los pateos y porteos varios, tuve que recortar la ruta y finalmente salieron menos km que los que quería hacer.

Bueno, hay que sacar el lado positivo de todo, y he aprendido un par de cosas: que las rulinas hay que cuidarlas un poco más; que la zona al Norte no es adecuada salvo un par de singletracks.