Cincuenta y cuatro, 54, km caerían por mi lado, apenas 40 por el suyo, diferencia derivada del tramo entre la capital y el punto de reunión. Ritmo tranquilo, buena temperatura con no demasiado calor conforme avanzó la mañana. Buenas sensaciones y diversión asegurada, como siempre que se circula por las sendas en las que cabe sólo una bici, con la alegría, además, de haber descubierto un nuevo y larguísimo singletrack de reciente construcción.
Aquí pueden ver a los dos felices rodadores:
Un servidor posando con las máquinas, leyendas vivas de otras épocas, velocípedos de btt perfectamente válidas hoy día, muy a pesar de los mandatos de los técnicos en mercadeo, y otros proselitistas de la obsolescencia programada, quiá!:
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