No se han comido mucho la cabeza los de MOD Moto para realizar esta sugerente máquina:
Básicamente la han despojado de mucho sobrante, le han añadido un par de detalles retro en forma de cupolino setentero y colín minimalista, y voilá. Buen trabajo de pintura, que a pesar de lo difícil de conseguir con el naranja, han logrado que no sea estridente.
Digno de resaltar el tema del faro desplazado a un lado, le da un toque de moto de resistencia.
Una pena que no tengamos imagen de la trasera para admirar la terminación del escape dos en uno.
La prueba fehaciente de que no es necesario gastar una millonada para tener una moto chula, con personalidad, y perfectamente disfrutable en muchos sentidos.
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