Encuentro, por los cauces habituales de las redes que frecuento, esta máquina que no parece otra cosa sino una 749 que ha tenido un accidente y el dueño ha decido reconvertirla a algo más básico, algo más bruto, algo más de locos:
Un curioso trabajo de pintura en chasis, tapas de motor y llantas, creando el contraste blanco-negro, junto al toque turquesa de tapicería y puños, dan un resultado curioso, más que correcto.
El faro, aunque de proporciones casi adecuadas, presenta una desubicación extraña, creo que podría estar mejor colocado, igual que se tenía que haber hecho un pequeño esfuerzo por esconder un poco los depósitos de líquidos de freno y embrague, por ejemplo.
Pero hay que prestar especial atención a detalles magníficos, curiosos, como el guardabarros delantero (una pequeña obra de arte, sin duda), y el escape, integrado en el minimalista colín que, a su vez, encaja correctamente, tanto en línea como en tamaño, con el conjunto al que pertenece junto a un depósito asimismo bastante trabajado en el sentido de suavizar las agudas líneas de Terblanche.
Me pregunto si el fin último de esta bella máquina será algún día circular por vías públicas o no, y enseguida me percato del portamatrícula, piloto e intermitentes, muy discretos. No veo espejos ni velocímetro, pero son detalles menores fácilmente subsanables
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