Hoy, día 21 de abril, me he reincorporado a mi puesto laboral. Ha venido bien salir un poco, volver a la rutina, ver a los compañeros, caminar por la calle. Aunque el grueso de la actividad laboral sigue en el dique seco, hay como una intención, una gana, un querer volver.
Y tenemos a nuestra disposición en la oficina tanto mascarillas quirúrgicas de un solo uso, como pantallas de acetato que se han repartido, amén de geles de hidroalcohol. La carga de trabajo ha aumentado, lo que obliga a la reincorporación inmediata de toda la plantilla de forma inminente, lo cual es bueno, creo.
Llevo varios días sin escribir sobre mis actividades del confinamiento, y es porque las jornadas pasaban rápidamente, sin mucha variación: leer, ver películas, algo de bricolaje casero y mecánica de bicis... cosas de no mucho interés. Mis días de rodillo han seguido, pero he tenido que espaciar la actividad: al principio lo hacía día sí, día no. Pero he descubierto que mi casi medio siglo de castigo corporal necesita un poquito más de tiempo para recuperarse. El rodillo es una actividad intensa y exigente, aunque no lo parezca a primera vista, o quizá es que uno es muy burro y mete más resistencia de la debida... pero es que si no meto resistencia tengo la impresión de que no estoy trabajando!!! En fin, sea como fuere, ahora a veces intercalo dos días de descanso en vez de solo uno. A veces, eh, no siempre.
Una cosa que quería hacer desde hacía bastante tiempo era desmontar uno de mis bujes Chris King para hacer un mantenimiento, pero siempre me ha echado para atrás la necesidad de una herramienta especial para ello que yo no tengo, ni creo que tenga dado su algo precio. Dicha herramienta, que más bien es una multiherramienta porque sirve para diversos cometidos y está muy bien estudiada y trabajada, tiene su principal intríngulis en su función de extractor de rodamiento, que es necsario para el total desmontaje del conjunto del "ring drive", que son los dos anillos dentados cuya limpieza y engrase es parte esencial del proceso, y el motivo por el que yo lo quería hacer. Pero, en fin, uno hizo acopio de valor y tiró de inventiva usando el viejo método de usar un puntero romo y un martillo, con suavidad relativa, para hacer lo mismo pero en modo low-cost. Juas. El caso es que el truco ha funcionado y he podido limpiar todo bien, y dejarlo con el toque justo de engrase que este sistema necesita. Más de diez años que lo compré, ya era hora que lo hubiera hecho, creo yo. Ahora suena como debe sonar, con su zumbido característico.
La duda más grande vino con qué aceite usar, pues claro está el fabricante recomienda su propio lubricante que no es caro, pero sí difícil de encontrar, y mucho más en Españistán. Pero después de consultar foros y google, di con un boletín técnico técnico de la marca que arrojó bastante luz:
Es decir, que un aceite sintético SAE 10w30 es más que suficiente sin meterse en más líos. Fácil.
Seguimos en la brecha, dando el callo. Muchos nos preguntamos cuánto nos quedará en verdad, y qué necesidad real hay de tener unas medidas tan radicales con nuestros derechos para frenar a la enfermedad. Dudamos de que todo lo que nos cuentan sea verdad. También dudamos que sea mentira. Lo que es cierto es que después de tanto tiempo está claro que el bicho ya no puede tener el mismo devastador efecto que al principio. Sea como fuere, pronto veremos si esto es cierto o no.
Mientras tanto, intentad seguir siendo libres, aunque sea solo de mente...
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