confinado, 13

En ésta, la decimotercera entrada dedicada a mi transcurrir por este camino de encerramiento, quiero hacer un breve repaso a las últimas películas de cierto interés que he visto, las tres primeras justo antes del 16 de marzo, y las otras durante el estado de alarma.

Border, que en inglés significa frontera, gräns en el idioma original del filme, es una curiosísima historia basada en mitos y leyendas de mitología nórdica. 

Tina (Eva Melander) es una vigilante de aduanas que posee la extraña habilidad de oler los sentimientos de la gente. Su eficacia es formidable ya que este sexto sentido le permite identificar a los contrabandistas. Pero al encontrarse cara a cara con Vore (Eero Milonoff), un hombre aparentemente sospechoso, sus habilidades se ponen a prueba por primera vez. Sintiendo una extraña atracción por él, Tina irá descubriendo su lado más animal y se verá obligada a lidiar con aterradores revelaciones sobre ella y la humanidad en general.

Inquietante a ratos, y de una plasticidad bella y poco vista, esta trama en la que, ATENCIÓN, SPOILER, la protagonista descubre un terrible secreto que su familia le había ocultado, cuando conoce a otro ser como ella quien le revela lo terrible de su situación, y los planes de venganza contra la humanidad por un agravio de origen histórico.

Película muy interesante y recomendable.

La favorita supone un cambio total de registro, gira en torno a las maquinaciones políticas y ciertas interioridades sentimentales de la corte de Ana de Gran Bretaña, última soberana británica de la Casa de los Estuardo, entre los años 1707 y 1714.3​ La cinta se ganó enseguida el reconocimiento de la crítica por su excepcional valor en diversos apartados: guion, dirección, fotografía, música, diseño de vestuario, complejidad técnica y actuaciones principales.

El director griego, cuyo estilo personal y de factura irreprochable le ha valido hacerse un hueco importante entre la nueva ola del séptimo arte, nos transporta, con una estética y recursos nunca vistos, a las relaciones curiosas de una mujer que no quiere ser reina (o le importa poco o nada el serlo), cuya única preocupación es tirar al pato, jugar con sus conejos (uno por cada uno de los hijos que ha perdido, en total diecisiete), y los devaneos homosexuales con su dama de confianza, primero con Sarah Churchill, la duquesa de Marlborough, quien gobierna efectivamente el país a través de su influencia en la Reina. Pero la posición de ésta se ve amenazada cuando decide acoger a su propia prima, Abigail, que comienza con un empleo de mierda dedicándose a la limpieza de la cocina y otras partes menos nobles de palacio, pero pronto aprende a subir en el escalafón hasta convertirse en la nueva favorita. 

Bastante entretenida y con un sutil sentido del humor.

El sacrificio de un ciervo sagrado nos transporta a la ideal vida de Steven Murphy (Colin Farrell), un cirujano cardiovascular casado con Anna (Nicole Kidman), una oftalmóloga, y padre de dos hijos, que entabla una extraña amistad con Martin, un niño de dieciséis años, huérfano de padre, a quien cuida y protege, pero los acontecimientos dan un giro siniestro debido a errores del pasado. 

Dirigida por Yorgos Lanthimos, el mismo que nos ofreció La favorita, vuelve a regalarnos planos muy personales propios de su estilo, que a mí personalmente me encanta. La historia va ganando en intensidad y acción conforme el metraje avanza, y la situación de los personajes se ve empujada a límites insospechados. Es curioso lo que una persona es capaz de hacer por lograr su salvación o la de sus seres queridos, prácticamente cualquier cosa, y no me refiero sólo al padre de familia, sino a la madre, los hijos, todos. Inquietante y de final algo triste, pero muy muy buena.

Nosotros cambia un poco el tercio, y casi que podría ser una peli de terror o ciencia ficción de serie B de los años 80, pero el formato y la calidad de producción lo aúpan a otra categoría de cine.

Adelaide (Lupita Nyong'o) y Gabe Wilson (Winston Duke) son una pareja que decide llevar a sus hijos a su casa en la playa, esperando pasar unas vacaciones y desconectar junto a unos amigos. Pero al llegar la noche, algo terrorífico les ocurre. Delante de la casa, aparecen cuatro personas. Esas personas son físicamente y emocionalmente iguales que ellos mismos, algo así como su propia versión maligna. Entonces se darán cuenta de que la única salida será acabar con esa familia impostora, antes de que acaben con ellos.

Pasamos ahora a un par de pelis españolas, una de ellas, El hoyo, ciencia ficción de terror, suspense, distópica, que recuerda a otras muchas realizaciones americanas, aunque con ligeras variaciones: 

Parece ser que ha sido el film de moda en el inicio de la cuarentena, por exhibirse en la plataforma Netflix, así que paso de dar más vueltas a este trabajo que sólo se ha puesto de moda por ser española. Si hubiera sido guiri, nadie le hubiera hecho ni puto caso, pues no aporta nada que no hayamos visto antes. Para pasar el rato no está mal, pero sólo si no encuentras otras cosas.

La otra españolada es más del tipo "españolada", más fiel al estilo ibérico de cine, con sus momentos cañí que no pueden faltar en ninguna españolada que se precie: Hogar.

Javier Muñoz solía ser un ejecutivo publicitario de gran éxito, pero, ahora que lleva un año en el paro, se ve obligado a mudarse a otro piso junto a su familia. Un día, descubre que aún tiene un juego de llevas de su antiguo apartamento de lujo y decide espiar a los nuevos inquilinos, fraguándose en su torturada mente la idea de recuperar todo aquello que perdió, que fue mucho más que un puesto de trabajo...

Sin ánimo de hacer SPOILER, la película tiene interés sobre todo porque al final gana el malo, y eso siempre me ha gustado. Es buena, o me lo ha parecido.

Damos ahora un salto a obras más internacionales y de distinto corte, la primera dirigida por Luc Besson, un artista francés con larga trayectoria sobre todo en cine de acción: Anna:

Bajo la increíble belleza de la supermodelo Anna Poliatova (Sasha Luss) se esconde un secreto que la obligará a sacar toda su fuerza y habilidad en el crimen. Con una mente fría y calculadora, y un entrenamiento militar que no deja lugar a error, la joven terminará por convertirse en una de las asesinas al servicio del gobierno más letales del mundo. Con una manera peculiar de presentar la historia en la que se nos presenta un hecho, y a posteriori se salta al pasado para explicar lo que ha ocurrido, y así las cosas no son lo que parecen y se van abriendo puertas que de otro modo estarían cerradas a nuestro entendimiento. Bien hecha, escenas de peleas y tiros de impecable factura, actores buenos, ciudades bellas, guión estudiado. Peli de espías, CIA, KGB, promesas incumplidas, amores imposibles... aunque la solución final es quizá demasiado predecible. Merece la pena verla. 

Para terminar la lista, hoy mismo he visto Freaks, otra de ciencia ficción, una especie de peli de los X-men pero más mundana, en la que los mutantes con poderes no están tan bien organizados, sino que son perseguidos para su exterminio o usarlos como armas para la guerra, y en la que el argumento gira en torno a un padre que quiere proteger a toda costa a su hija pequeña de siete años que aún no es consciente ni de su poder ni de la realidad que la rodea.

Muy entretenida, ciencia ficción de la buena, de alta calidad técnica, con héroes y villanos terrenales y auténticos, a la par que atípicos, que al principio te tiene en vilo, pareciendo que vaya a ser una de esas pelis de terror que tanto odio, pero pronto las cosas empiezan a cuadrar y te envuelve y engancha hasta el desenlace final. La niña, el padre, el abuelo, personajes interesantes y logrados. La historia no es que sea nada del otro mundo, pero sí la forma de contarla, el ambiente y los efectos cojonudos.