Lunes, 16 de marzo.
Hoy he ido a la oficina. Hubo una reunión y se tomó una decisión, cuanto menos, curiosa: se han hecho tres grupos de personas, y mientras uno se queda trabajando en horario reducido de 9 a 14 horas, los otros dos grupos "de reserva" se van a su casa, confinados. De este modo habrá menos posibilidades de contagio. Me ha tocado el primer grupo. Veo cosas positivas, siempre: salgo de casa, me despejo un poco, sigo con la rutina laboral (cosa que algo ayuda a dar un tinte de normalidad a la crisis del Covid-19).
Por la tarde he solucionado un roce del tubular trasero con el puente de freno de la flaca (el tubular nuevo es de 24 mm, y el antiguo de 21 mm, y rozaba un poco). Al desmontar el freno para estudiar el caso me he dado cuenta de lo bien hecho que está el Campagnolo Delta de casi treinta años. Bello.
También he hecho una ñapa al amortiguador de la bici de "enduro", que en uno de sus múltiples traslados se perdió una palanquita que sirve para bloquearlo.
Después un poco de lectura.
Estoy muy extrañado por la no comparecencia pública del Jefe de Estado, en algún tipo de discurso o charla como la que dio en su día con lo de la independencia de Cataluña, o la "felicitación" navideña anual. Esto da que pensar. Desde que se preguntó en el Congreso sobre el asunto de los 65 millones de euros de Corina, parece que Felipe VI tiene como único objetivo el blanqueamiento de la institución, y la única noticia de la Corona, que tuvimos ayer domingo, fue su renuncia a los derechos que puedan corresponder en la herencia al futuro fallecimiento de don Juan Carlos I, así como la retirada de la asignación a su favor.
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