sábado, 4 de enero de 2020

Singletrack fury: expedición, exploración

Empezamos el 2020 con energía. Cogí mi ligera y veloz Scalpel, una de esas anticuallas de 26" que ya nadie quiere (y que yo adoro), y me dispuse a llegar al hotel ese que hay al final de El Rompido, el del campo de golf. Hay un sendero que rodea medio campo de juego y que hacía de vez en cuando hace ya algunos años.
No podía disponer de coche, de modo que estaba preparado mentalmente para una buena kilometrada, casi 55 salieron al final.



Para llegar lo más rápido posible tuve que echar mano de mis archivos mentales, ya obsoletos, y orientarme más o menos. La cosa salió bien, y llegué pronto y fácil, aunque supongo que si lo tuviera que hacer mañana seguramente no sabría repetir la ruta y usaría algunos carriles y senderos diferentes. Da igual, eso es lo bonito, experimentar, explorar, llegar. Al final casi siempre llegas. Con el tiempo acabas por conocer casi todos los caminos de la zona, son ya muchos años, y es más cuestión de tiempo que otra cosa el que llegues a tu destino.

Un mirador en el sendero "Río Piedras". Al fondo, el faro de El Rompido.
Superada la prueba de los kilómetros, en buen estado físico y mental (tampoco es para tanto, eh, jejejejje), sigo pensando que la Scalpel es una gran máquina, muy buena, con ella todo es fácil y sirve para todo, una auténtica bici todo terreno (BTT).




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