Hay momentos en que la imaginación se vuelve realidad, se produce la sublimación. Los sueños afloran y hay quienes, gozosos, son capaces de plasmarlos en objetos palpables, y lo que antes era una idea, una simple imagen en el fondo del cerebro, se vuelve en algo que arranca, se mueve, brama:
Esta no es sino una Sport Classic más, despojada de todo lo necesario para circular por la vía pública. Una auténtica trackday moto para caprichosos de altos vuelos.
Esta otra es "circulable" por la vía pública, aunque su estética está poco conseguida por culpa de una combinación de colores de dudoso gusto, o quizá lo es el esquema de aplicación. El faro le pega más a una Triumph sesentera, sería el que llevara Brando en Salvaje, por ejemplo, pero jamás iría montado en una moto de diseño italiano, y queda igual de horrendo que el color de las llantas. Y ese asiento... Fabio Taglioni se volvería a la tumba si al salir de ella lo viera en directo. Sin duda.
Un vivo ejemplo de que aunque tengas una Sport Classic original, también puedes cagarla hasta el fondo.
Incluso el hoy reputado Walt Siegel tuvo sus escarceos de dudosa calidad estética hace algunos años, cuando se atrevió a realizar trabajitos como éste:
Sobre la base de una Monster con el Verlicchi cromado (oh, anatema!), instaló un colín tapizado en un estilo que parece de primeros del siglo XX, y un semicarenado desmesurado en tamaño que me recuerda a esas BMW "deportivas" que eran cualquier cosa menos eso. Lo cual contrasta con otros detalles de modernidad acuciante, como la masiva horquilla invertida que tiene tratamiento deslizante de cromo negro y cogida para las pinzas radiales (Tokiko, todo un delito en una moto italiana que, como todo el mundo sabe, debería llevar Brembo o, a lo sumo, Discaciati), procedente de una Suzuki GSXR1000R moderna. Un diseño tiene que tener una proporción, un estilo. No se puede mezclar un colín retro de principios del siglo pasado con una horquilla que es lo último. Eso da pellizcos al sentido del gusto.
Termino la entrada de hoy con este ejemplar de una Sport Classic Sport Biposto carenada de las últimas, repasada por NCR, importante preparador durante décadas. Decir "NCR" es como apelar a AMG o Brabus para Mercedes, o "M" en BMW:
Quitando aparte el tapizado fuera de lugar del asiento reconvertido a monoposto (que seguramente en vivo sera la rehostia), esta máquina tiene un importantísimo (y carísimo) trabajo de adelgazamiento, y eso sin entrar en la preparación del motor que, viniendo de donde viene, no debe ser moco de pavo. Sólo las llantas y la horquilla deben costar como una Monster original...
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