domingo, 20 de octubre de 2019

Por fin

Sí, porque ya era hora. Tener que esperar al 20 de octubre para empezar a ir al campo en moto tiene miga... pero desde el mes de marzo no llueve como es debido, y el polvo y el calor que tuvimos hasta hace pocos días hacían poco recomendable aventurarse con estas máquinas por un campo reseco y duro.

Una EXC350F nos observa allá atrás

Aunque el agua caída ayer mismo ha servido para asentar el polvo y permitirnos circular en grupo sin problemas de visibilidad, el campo todavía está con esos tonos amarillentos, ocres, marrones. El verde está ausente, hace falta menos calor y más humedad, pero pronto llegará, esperamos.


Para entrar en calor tuvimos una exploración alrededor del cauce de un arroyo, con la dificultad añadida de que este verano han vallado una finca en las inmediaciones y nos obliga a buscar alternativas que en un entorno plagado de rocas y desniveles se nos puede llegar a complicar bastante con nuestras motos trail. Sí, ya sé, son trail ligeras... o enduros pesadas, mírenlas como quieran.
El caso es que, con paciencia, un poco de técnica, y a ratos aplicando fuerza física, superamos los obstáculos. 
A partir de ahí nos hemos dedicado a pistear entre Beas y Niebla, un poco de Raboconejo y zonas adyacentes. Mucha diversión en mi reencuentro con el hardtrail, o en-blando, llámenlo como quieran, siempre dentro de nuestras posibilidades de casi cincuentones y un cuasisesentón equipado con una verdadera moto de enduro puro y duro.



Da gusto siempre ir con Perico, que no pierde la oportunidad de sugerir una parada en su casa en medio del campo, sitio estratégico, para hidratarnos y vitaminarnos.


La vida sigue, procuramos pasarlo bien, disfrutar, y creer que somos libres.
Libres.
Libres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comente, quédese a gusto, pero si firma como anónimo nadie lo verá.