Y una tarde aparece por el taller-club esa maravillosa máquina que es la Ducati Panigale V4 (dicen, ojalá yo pudiera dar mi opinión de primera mano).
Con poco más de 4000 km, ambas gomas están en los avisadores, y la trasera casi en la lona por el centro, comprensible dado que monta unos muy blandos Pirelli Supercorsa SP. Neumáticos radicales para una moto radical, eso es así, o así debería ser.
Bella |
Frunce el ceño, como un poco cabreada |
Y una moto radical debería ser poseída por un dueño con ganas de exprimirla, aunque sólo fuera de vez en cuando.
Da pena, sigh sobsss, y un poco de vergüenza (¿por qué no?), cuando ve una máquina de este tipo, que el máximo exponente de la tecnología actual, el verdadero state of the art del motociclismo deportivo, con un neumático trasero gastado por el centro hasta que se ve casi la lona...
... mientras que por los laterales tenemos unos chicken strips de más de dos centímetros y mucha goma por la zona donde se debe abrir el acelerador saliendo de las curvas:
El miedo es libre |
Hay un refrán español que, como casi todos, evoca al evangelio de la moto, y es "Dios da pan a quien no tiene hambre". Pues eso.
No entraré a calificar la idiosincrasia del titular jurídico de la documentación y propiedad del vehículo, porque ni le conozco, ni le quiero conocer, dadas las pocas circunstancias de su vida que se me presentan con sólo ver lo que ya he visto.
P.S.: Para mí, una Harley es un engendro despreciable e inútil, no hay por donde cogerlo, una babosa deleznable normalmente manejada por un desposeído de alma. El dueño de la V4 podría ser feliz sobre una, al menos le daría el uso correcto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comente, quédese a gusto, pero si firma como anónimo nadie lo verá.