Los planes estaban hechos hacía cuatro o cinco días atrás, y mientras, yo observaba que la previsión se iba tornando más y más desfavorable.
Aún así, a la hora acordada tomamos dirección Caños de Meca para un glorioso miércoles más, esos días de otoño o invierno que nos ayudan a cargar las pilas lejos del mundanal ruido. Disfrutar del viento, la costa y sus paisajes, lo salvaje, lo auténtico. Eso tiene un precio, que normalmente se cobra en tiempo, algunos desengaños y, porqué no decirlo, dinero también. Pero como ocurre con la cara gasolina que empleo en mis motos, disfruto cada céntimo, ¡no lo duden!
Llegamos al Cabo de Trafalgar sobre medio día, pero el panorama era el de un perfecto día de primavera para disfrutar del Sol en solaz y calmado sosiego. Una morena en topless llamativo nos hizo más llevadera la espera, pero finalmente decidimos, creo que acertadamente, acercarnos a Tarifa, 60 km más de ruta...
A pesar del espectacular panorama junto a la duna de Valdevaqueros, no había demasiados kiters, aunque casi todos alemanes. Hay una verdadera invasión teutona, atraídos sin duda por el clima y las condiciones, que aunque no son las ideales para cometear, menos es nada, y menos con el frío del centro y el Norte de Europa.
Decidimos montar 7 metros, y echamos un buen rato. Quizá hubiéramos ido mejor con 9 metros, pero es que en Tarifa... bueno, yo personalmente prefiero ir corto y dar alguna remada de vez en cuando, a ir pasado cada vez que entra la racha. Buena temperatura de agua, viento un poco anortado y por lo tanto offshore, pero se pudo aprovechar. Sólo por el entorno y los colores merece la pena ir de vez en cuando.
Hacía exactamente un año que estuve por allí, y tampoco es que lo haya echado de menos. Hicimos nuestras cuentas, y determinamos que Tarifa estaría en quinto o incluso en sexto lugar en un hipotético ranking de spots...
Dimos la sesión por terminada, contentos, quedándonos quizá con ganas de más y, sobre todo, de mejor calidad. Pero es que Tarifa es así. Hay cantidad, pero no calidad.
Un merecido almuerzo en La Tribu, con deliciosas pizzas y postres caseros, y después una vuelta por alguna tienda donde pudimos ver y tocar material de última hornada.
¿Cuándo volveremos a la Meca? No tengo prisa, no está entre mi top five, pero no le hago ascos porque no Tarifa no es sólo la playa y el viento, y hay mucho que ver, visitar, pasear y disfrutar por allí.
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