Joder con el palabro...
Dícese cuando se va con la postura cambiada, de manera inversa a la normal o propicia de cada persona. En mi caso, lo normal cuando hago trucos o surfeo es hacerlo con la pierna derecha delante y la izquierda detrás. Lo mismo en monopatín, snowboard, bici (sí, también en la bici hay posturas), o toda aquella actividad en la que en ciertos momentos hay que decantare por un lado dominante del cuerpo.
Se achaca a hemisferio contrario dominante. No soy neurólogo, no lo sé. Tampoco es que importe.
En esta inmortalización a todo color me encuentro navegando grácilmente en mi postura "débil", con el pie izquierdo delante. No es problema el hecho de hacerlo para simplemente ir o venir, pues tal hecho no entraña dificultad técnica, y al fin y al cabo, en el kitesurf, si vas, tienes que volver, y finalmente se aprende a hacerlo eficazmente en ambos sentidos:
Con el hydrofoil todo es más complicado. Recuerdo cuando empezaba a aprender, que el mero hecho de ir recto con un mínimo de control era una experienca, digamos, que provocaba pánico, terror. Pero no hay mal que cien años dure. Uno acaba aprendiendo a ir, volver, girar, ceñir, ir al largo, lento, rápido, con agua lisa y con olas.
Y después, empecé a hacer mis primeros giros, siempre con el lado dominante, me ponía de toeside y volvíamos a empezar el proceso: errores, caídas, dolor, pánico, miedo, sustos... y finalmente control. Después unas transiciones chapuceras sobre el agua, a veces salen, a veces no.
Y este verano he empezado a hacerlo todo desde mi lado "desfavorecido", con la postura cambiada (switch stance): girar con el pie izquierdo delante y manenerme navegando "al revés", llamado toeside, o como vulgarmente se dice por aquí, de fakie (producto de la confusión de términos procedentes del skate), lo que es realmente gratificante. El viento más frecuente en nuestro spot es el poniente, que por la orientación de la playa propicia el surf de derechas. Una ola de derechas, para surfearla dignamente, hay que hacerlo con el pie izquierdo delante. Y eso es lo que estuve haciendo hace unas tardes con el foil, porque con el foil se surfea también, es algo extraño, y casi mágico, el empuje de las olas y su efecto en un foil.
Grité, aullé, reí, me carcajeé, disfruté en suma de sensaciones que me animaron y ensalzaron mi espíritu, si es que lo tengo. Fui feliz.
Quiero más.
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