De cómo se narra la vida a bordo de una inmensísima nave espacial que vaga por la galaxia, todo ello desde el punto de vista de una chica preadolescente. De cómo para ser considerados como mayor de edad y tener plenitud de derechos, a la edad de 14 años han de pasar una prueba consistente en sobrevivir un mes abandonados a su suerte en cualquier planeta. Y de cómo este planteamiento sirve para desarrollar el tema de las castas sociales, la filosofía del poder, la moral, el bien y el mal.
El señor Panshin publicó en 1968 la novela que ganaría el premio Nebula, y sería nominada al Hugo.
Escrita desde el punto de vista personal de la protagonista, una niña en su transición al estado de mujer, presenta un contenido a ratos infantil, y en ocasiones se mete en vericuetos sobre ética kantiana y dilemas políticos un poco increíbles para una chica de su edad, aunque todo hay que creerlo en el contexto en que se desarrolla la acción... (no sabemos cómo será la educación en un par de siglos).
La novela es entretenida, se lee bien y rápido, aunque verdaderamente no creo que sea un hito o aporte nada novedoso a este mundo ficticio futurista.
El autor, un tipo curioso y bohemio, sin duda:
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