El señor Panshin publicó en 1968 la novela que ganaría el premio Nebula, y sería nominada al Hugo.
Escrita desde el punto de vista personal de la protagonista, una niña en su transición al estado de mujer, presenta un contenido a ratos infantil, y en ocasiones se mete en vericuetos sobre ética kantiana y dilemas políticos un poco increíbles para una chica de su edad, aunque todo hay que creerlo en el contexto en que se desarrolla la acción... (no sabemos cómo será la educación en un par de siglos).
La novela es entretenida, se lee bien y rápido, aunque verdaderamente no creo que sea un hito o aporte nada novedoso a este mundo ficticio futurista.
El autor, un tipo curioso y bohemio, sin duda:
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