lunes, 7 de abril de 2014

EL SITIO, una vez más

Es la playa de la provincia más alejada, pero tiene algo especial. ¿Será su bajamar extrema? ¿Será su combinación de agua tranquila junto a una zona de olas? ¿Será la posibilidad de navegar con casi todas las posibilidades de dirección de viento que suelen darse por aquí?

¡Qué más da! Lo que está claro es que cuando en Isla Canela hay un día bueno, puede ser un día MUY BUENO. Realmente.

"Papá, ha sido mi mejor día de kite", me decía Manu entre cansado y emocionado al final de la sesión, tomando un Aquarius y una tostada con tomate y jamón (de york).
La carita del Julen de mi alma era otro poema. Casi lloró de las sensaciones que tuvo. Le ví reír, gritar, saltar, agacharse, retozar, caer de morros, salir volando sin control, y deslizarse a velocidad terminar, entre otras lindezas. Juntos hemos compartido una tarde surfeadas constantes, una tras otra.

Soy MUY feliz de ver a estas dos personas tan queridas disfrutando de ese modo. Es algo que me cuesta describir, me faltan palabras. Una tarde gloriosa.


En primer plano, cometa verde y azul, prestada por el Maestro (The Kite Whisperer), yo mismo. Justo por detrás, Julen y Diego con sus Cabrinhas gay edition, y al fondo, entre olas, Manu, que ha adquirido una independencia insultante.

Momento review: dadas las condiciones de viento, entre 20 y 25 nudos, y durante un rato bastante más, tuve la oportunidad de probar un par de cometas de la gama 2014 de Cabrinha en 9 metros. La Vector, que es la de la foto, un kite todoterreno, supuesta gama básica... pero con un rendimiento sorprendente. Gira bien, no tan rápido quizá como mi Drifter del 2012, pero tiene una diferencia clara: una vez que coge potencia tras un par de remadas, se lanza, es muy rápida, corre mucho. Esta cometa tiene un drag mínimo, y se nota. Fácil de usar, predecible, con un buen hangtime y un relanzamiento instantáneo (como pude comprobar en un lance fallido haciendo kiteloops entre olas...).
También pude usar durante un buen rato, calculo 45 minutos, una Switchblade de las nuevas, cortesía de Abraham, el fisio del grupo, un simpático joven. A esta le tenía yo ganas desde que vi las primeras fotos allá por el verano pasado. Fue soltar la Vector y coger ésta y sufrí un shock inmediato: la potencia que transmite es, y quizá me quedo corto, brutal. No es cometa para viejos, oiga. Esto es artillería pesada, es el Bugatti Veyron de las cometas. Tuve que trimarla frenándola casi al máximo para hacerme con ella, y aún así, en cuanto la lancé aprovechando la rampa de una pequeña ola, el empuje vertical que sentí fue enooooorme, y la sustentación una vez en el aire se me antojaba eterna. Pero todo no es perfecto, surfeando no se comporta como la Drifter, ni acaso como la Vector (que me ha sorprendido), pues tiene tendencia a colapsarse si no estás MUY antento, y le costaba girar sobre todo cuando ibas con la ola a favor del viento. Vale, quizá no es su medio, pero hay que decirlo.
Deseandito estoy de poder catar su hermana mayor de 12 metros, que también tiene Abraham, para ver si merece la pena darle el pase a la mía del 2013 con un plan renove...

Gracias a Manolo y a Abraham por dejarme disfrutar así de su material, ha merecido mucho la pena, tengo una nueva visión de la gama y lo diferente que pueden ser unas cometas de otras.