El lunes siguiente a la última cita del Campeonato del Mundo de Superbikes celebrada en el Circuito Angel Nieto de Jerez de la Frontera, Pirelli organizó un día de tandas para aficionados, igual al que fuimos en Portimao en la primera del 2023 cuando se averió la 749.
En esta ocasión, justo un mes más tarde la tanda en la que tanto A.L.A. como yo nos dimos un paseo por la agricultura en Nieto y en Peluqui, respectivamente, no ha habido salidas de pista, y he bajado un par de segundos -sólamente, pues vengo a menos...-. Echamos un buen día de circuito, como en los viejos buenos tiempos, otra vez con A.L.A. y también con J.A. "El Veneno", disfrutando del buen tiempo andaluz y mucho ambiente en el box.
Pero al final del día la moto sonaba diferente, y pronto descubrí porqué:
Muchos años -acaba de cumplir 20 años la abuela-, muchas vibraciones, muchos kilómetros -más de 80.000-, mucha fatiga de material. Y uno se tiene que pensar lo de volver a entrar en pista con esta moto, que tiene sus achaques. Es una máquina fenomenal para carretera de curvas... pero sus días de circuito ya pasaron, por prestaciones y por fiabilidad.
Menos mal que nuestro amiguete Vicente, a quien le gustan estos menesteres, lo ha podido solucionar con su "máquina de soldadura por hilo". Yo eso es un campo que ignoro completamente, y me da mucho respeto. No soy muy amigo de las chispas ni de la electricidad.
Este es el resultado de la reparación:
Este es el resultado de la reparación:
Parece que ha quedado bien reforzado, espero que me aguante hasta el final de la vida útil del resto de la motocicleta... Una junta nueva donde el colector se une al silenciador, y ahora suena flojito, jajajja.
Además, Vicente me grabó un time-lapse de la operación:
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