domingo, 27 de agosto de 2023

Pivot + Fox fork—> 🤟

 Pue sí, oh amigos. Una prueba de campo en su elemento: senderos, raíces , más senderos, alegria!!!

Aunque el campo está más seco que una mojama, los caminitos entre los pinos siguien siendo gratificantes, como siempre. La ruta fue corta, apenas 25 km, pero me han servido para sacar algunas conclusiones. La horquilla me ha encantado. De la bici no digo nada, pues ya está todo dicho hace mucho tiempo. Quedan, de todos modos, algunos detalles por pulir, como cambiar el disco trasero de 180 por uno de 160, quitar el plato grande que no uso, y hacer una revisión al amortiguador trasero. Nunca he hecho mantenimiento de la camara IFP de un Fox, y me parece que éste lo necesita, pues hace el típico silbido o soplido originado por un aceite emulsionado, y eso no debe ocurrir. Aunque funciona aceptablemente, sé por experiencia propia que puede hacerlo mejor, y será mi próximo reto mecánico, pero lo que estoy a la espera de que me llegue una aguja especial para introducir presión en la cámara. Espero hacer algunas fotos para reflejarlo aquí en su momento.

Sin más, les dejo aprovechar tranquilamente estos días que se vienen más frescos. Disfruten y sean todo lo libres que les dejen!!

viernes, 25 de agosto de 2023

Transcurre el verano

 En esta entrada sólo voy a hacer una actualización de pequeñas novedades. 

Por un lado, comentar que le estoy dando mucho uso a la Tiger en estos días playeros: jamás imaginé lo útil que puede ser el baúl trasero para llevar y traer enseres (toalla, bañador de repuesto, bolsita con pertenencias, dejar el casco cuando aparco...), amén de que siempre es gratificante esquivar el tráfico de la Avenida del Océano de Punta Umbría, o aligerar el denso circular por la autovía y el puente de entrada a Huelva. También hago mis buenos paseos de fin de semana, a otros ritmos y disfrutando siempre del manejo y el motor que ofrece. 

En cuanto a mis evoluciones sobre el hidrofoil, no recuerdo haber comentado que he renovado el material. Logré vender mi antiguo Liquid Force que tenía desde 2016 (¿o fue 2015? no recuerdo), y ahora tengo un flamante North que me permite navegar más despacio sin que se hunda, y también usar cometas más pequeñas. Tan es así, que la 12 m² no la he usado aún esta temporada. Para aprovechar la capacidad de la 10 m², he añadido a mi barra "especial" (una que me construí yo mismo hace dos o tres años, con ciertas características particulares) unas extensiones de 4'5 metros. En este deporte todo es probar y experimentar, adaptar el material a tus exigencias y habilidades, y resulta que estos experimentos son también parte del disfrute, al menos para mí.

Por último, ya saben que adquirí una bici hace no mucho, y que la horquilla no acababa de ir bien. Incluso estuve señalando algunas en Wallapop para sustituirla. El tacto inicial era pésimo, como si no tuviera cámara negativa de aire; hacía un clonk en el tope de extensión; no funcionaba el sistema Talas de variación del recorrido (teóricamente se puede dejar en 100, 120 ó 140 mm); no funcionaba el bloqueo). Pero antes de dar el paso de defenestrarla, decidí hacerle un mantenimiento hasta donde mis conocimientos llegan, y con la ayuda de los video tutoriales de youtube. Estos son los que considero más claros por sus explicaciones y tomas. Están en inglés, pero la verdad es que si no se domina el idioma, las imágenes lo dicen todo: 

Parte uno: https://youtu.be/GaWsvH-vheY?si=DNMrEAzZuoCFzAyR

Parte dos: https://youtu.be/vv7yQPftTcc?si=AYCJZVDg_g4LK7Ww

Ahora el Talas funciona, aunque sólo en los recorridos 120 y 140 (en realidad son 145 mm), el tacto es cremoso y fantástico, aunque sigue sin funcionar el bloqueo, pero no me importa mucho porque es algo que rara vez uso, y menos en una bici de este tipo. Veremos lo que dura así. 


Por ahora esto es todo. Espero poder entretenerles con algo más ameno próximamente, pero el calor agobiante hace que pase mucho tiempo encerrado bajo el ventilador (ni si quiera voy a la playa si no hay viento suficiente), leyendo o viendo videos y pelis, y en esas circunstancias es difícil que ocurran cosas interesantes.

Mucho ánimo y libertad para vivir les deseo a todos mis escasos pero valiosos lectores.

P. S.: he probado la horquilla brevemente y me he quedado prendado con la suavidad y absorción, funciona magníficamente. En cuanto al Talas, decir que no es 100-120-140, sino el modelo 110-140. Dado que tiene un recorrido real de casi 150 mm, la otra posición es de más o menos 120, todo cuadra y el sistema funciona bien. Solo había que hacer un poco de mantenimiento y limpieza. 

domingo, 20 de agosto de 2023

Aprilia SL1000 Falco

 Un caluroso día a mediados de agosto, desde las 8:30 de la mañana, es buena ocasión para dar un paseo en moto con Antonio L y su Falco, una máquina desconocida para el gran público, incluso para los más aficionados, diría yo. 

Fuimos a ritmo tranquilo hasta Zufre, un bonito pueblo de la sierra, donde desayunamos en el restaurante-bar junto al mirador de la plaza, con vistas preciosas. Allí nos intercambiamos las motos, y pude disfrutar de la conducción de esta atípica y muy buena moto. Y digo atípica principalmente por la configuración de su motor de dos cilindros en uve a 60°, y su programa objetivo, su estilo de sport-turismo, dentro del amplio catálogo que ofrecía Aprilia en aquella época, utilizando el mismo motor, aunque con diferentes características de potencia y suavidad, para equipar a deportivas radicales (RSV Mille), seminaked deportivas (Tuono), la sport-turismo que ahora nos ocupa, y una aún menos conocida máquina de turismo (Futura).

El objeto de la prueba

Y es que Aprilia, famosa por sus logros deportivos, no podía hacer una sport-turismo al uso. Porque esta Falco es más sport que turismo, sin duda alguna, tanto por protección aerodinámica (con una pantalla relativamente baja), por postura (con los manillares alejados y bajos, y también por el carácter de su motor, que se encuentra cómodo girando arriba, inusual en un bicilíndrico. No quiero con esto decir que con esta moto no se pueda circular despacio o en ciudad, si eres capaz de aguantar la postura mucho rato a baja velocidad, pero sinceramente creo que no está cómoda en este ámbito: se calienta rápidamente, y las muñecas pueden molestar.
En cambio, en carretera abierta, meter sexta y dejarla correr haciendo que su motor ronronee en sexta velocidad te llevará al maravilloso mundo del transporte personal a alta velocidad de una manera cómoda y segura. Corre, y corre mucho, más de lo que su inofensivo aspecto pueda insinuar. Pero pide a gritos unos escapes algo más "sonoros", con los que la experiencia sería más completa. Vibra poco a bajas revoluciones, lo que es una sorpresa, y se nota que es un motor muy estudiado y evolucionado, y arriba estira y anda mucho, pero tiene un bache ostensible a medio régimen. Seguro que no es difícil de eliminar con la programación o los escapes adecuados, pero es lo que hay. Sólo hay que saberlo y actuar en consecuencia con el acelerador para sacar buen rendimiento de la Falco, cuyo chasis y suspensiones son deliciosos. El primero es predecible y noble, y las amortiguaciones son sensibles y regulables, de calidad. 
Aunque no tiene una potencia exagerada, sus alrededor de 120 cv dan juego de sobra no sólo para divertirse en carretera de curvas (cosa que hicimos y hemos hecho muchas veces), sino que además, gracias a las "patas largas" del bicilíndrico, muy válido para viajar largas tiradas con equipaje y todo. 
En cuanto a otras sensaciones de conducción, sólo puedo decir que la postura incita a entrar alegre en curva, su peso no es excesivo (pues no se deja notar, lo que es siempre buena señal), los frenos cumplen sobradamente dadas las características y el uso al que están destinados (montaje típico de moto italiana, garantía de calidad). Es una moto con la que me he sentido a gusto nada más recorrer cien metros con ella, intiuitiva y fácil de conducir, y aunque los relojes pueden parecer de juguete (son prácticamente iguales a los de sus primas de 125 2T), dan información sobrada y son fácilmente legibles. El asiento es cómodo, y tiene un buen hueco bajo el colín para meter todas esas cosas que de otro modo harían tremendo bulto en la chaqueta o el mono. 

En resumen, un motor indestructible, fiable y potente, una buena geomtería, detalles estéticos y manejo más que decente. No entiendo cómo no se vendieron más por aquí... pero ya sabemos qué es lo que le gusta y quiere el aficionado español medio.

Mis enhorabuenas a Antonio L. por tener esa gran moto, y gracias por dejármela probar.

martes, 15 de agosto de 2023

1991

Mil novecientos noventa y uno después de JC fue un año que cambió mi vida, y a muchos de mi generación. El Rock hizo aparición de una forma más o menos popular, con el "grunge", y con la consolidación de alguna otra banda de heavy metal. 
Tan fuerte nos dio, que con unos amigos llegamos a montar un grupo llamado "Marylubric", nos lo pasábamos bien haciendo versiones de nuestros preferidos conjuntos, y algunos temas propios. Eran tiempos felices, aún lejos de entrar en la carrera de ratas, la rueda del hamster, en la que se ha convertido nuestra vida.
Les debemos mucho. Muchísimo, y a día de hoy los sigo escuchando casi diariamente, no han podido sustituirlos:


 

viernes, 4 de agosto de 2023

29-6-3

 Después de muchos días, he podido encontrar un hueco que me cuadraba para montar un poco en bici, y la Emonda fue la elegida hoy. He aprovechado para tomar por primera vez el flamante nuevo carril bici de la carretera del Dique Juan Carlos I, que llega hasta un poco más allá de La Calatilla, y después la sempiterna ruta de carril bici hasta carretera de Malpica, donde me dia la vuelta en la segunda rotonda.

Feliz encuentro con el siempre simpático y entusiasta ciclista Juan M., con quien tuve un ratito de charla, no mucho porque después el calor aprieta, y las piernas se enfrían.


Nuevo carril bici

He aprovechado en el tramo de carretera para hacer un conteo de los vehículos que me iban adelantando, y si lo hacían bien, mal o regular. De ahí el título de la entrada. 
Conviene, sin embargo, hacer un breve recordatorio de las normas más elementales que entran en juego en esta cuestión. La primera es obedecer la limitación de velocidad, que en todo la carretera de Malpica es de 60 km/h, salvo en algunos sitios que se reduce a 40 km/h. Los conductores de vehículos de más de dos ruedas deberían, asimismo, prestar atención a sendas señales que hay a la entada de la carretera en sus dos extremos, que señalizan  que se trata de una vía paisajística, y una señal de advertencia por la presencia de ciclistas. Amén de la sempiterna obligación de dejar, al menos, un metro y medio de separación al adelantar a un ciclista.
Otras cosas que poca gente sabe son obligatorias hace mucho tiempo, y otras desde el año pasado. Por ejemplo, no se permite adelanter a un ciclista cuando se está llegando a un semáforo, un cruce o una glorieta (rotonda), y tiene su lógica, pues los vehículos grandes tienden a cerrar el interior de las curvas y pueden aplastar sin darse cuenta al ciclista, y es frecuente que al sobrepasar a una bici llegando a una rotonda o cruce o semáforo con giro a 90 grados, obliguen al ciclista a frenar más de lo deseable eliminando la inercia que tanto trabajo le cuesta alcanzar y mantener, eliminando la distancia de seguridad y creando situación de peligro.
Pero hay otras dos normas muy interesantes que entraron en vigor en marzo de 2022. Una es que, en carretera, al adelantar a un ciclista, un coche, furgoneta o camión debe apartarse a su izquierda al menos lo suficiente para pisar el carril contrario con las ruedas del lado izquierdo de su vehículo (además de la limitación general del metro y medio), y la otra es que, en ciudad, cuando la vía tenga más de un carril para el sentido de la marcha, el coche que vaya a adelantar a una bicicleta debe trasladarse al carril siguiente al que ocupa el ciclista, como si éste se tratara de un vehículo que ocupa todo el carril por el que circula. Estas dos últimas reglas son desconocidas por la mayoría de los conductores, y es algo aterrador el desconocimiento de estas y otras muchas otras normas que nos obligan a todos. 
Y es que, conducir no se acaba con sacarse el carnet hace la pila de años, sino que exige una formación contínua, y una adaptación a los tiempos y las nuevas formas de desplazarse. El reciclaje es necesario en éste como en tantísimos aspectos de la vida. 

Al turrón. Ventinueve veces fui adelantado correctamente, o al menos alejándose el coche hasta ocupar el carril contrario con sus ruedas izquierdas, y algunos completamente. Seis veces fui adelantado sin que vehículo se moviera de su carril, aunque manteniendo la distancia mínima reglamentaria. Tres veces no se guardó dicha distancia, una de ellas a gran velocidad (tanto que se me movió la bicicleta), y otra entrando en una rotonda que casi me tuve que tirar contra el guardarrail, y a pesar de mis gritos la conductora ni se inmutó.
Sólo uno redujo la velocidad y pasó a velocidad muy moderada y guardando los 1'5 metros. El resto sobrepasaba, la mayoría con creces, el límite de 60 km/h.

Esto es lo que hay en nuestras carreteras locales. Cuando casi el 25% incumple la normativa, por desconocimiento o por falta de sentido común, algo falla. En una vía que tiene buena señalización, excelente visibilidad, con mi luz trasera que te deja ciego si la miras fijamente, ¿tan difícil es extremar un poco la precaución y velar por la seguridad de todos? Parece que sí, que cuesta. El verano, el calor, los conductores de temparada o domingueros... ¿quién sabe? No hay excusa cuando la vida de otros está en nuestras manos. No me valen las lamentaciones a posteriori, sino las medidas a priori, no es nada difícil. Yo estoy a ambos lados, y no cuesta nada.

No obstante, el sentido común (que jamás entenderé la manía de llamar así al menos común de los sentidos...), es lo que debería informar la actitud al volante y al manillar

jueves, 3 de agosto de 2023

Ruta trail Vicentina

   En la Semana Santa de 2019, los tres Pedros hicimos una ruta por el Algarve portugués. La idea era llegar a Sagres, cosa que hicimos, el segundo día por la costa atlántica hasta la península de Troia, y el tercer día se dedicaría a la vuelta por carretera. Todo ello a bordo de nuestras monocilíndricas. 

Pero el clima truncó nuestras intenciones, y el segundo dia, tras diversos avatares relativos a Pedrito y su XR650, las trampas de arena y, sobre todo, la tormenta que se avecinaba, decidimos tras un intenso debate mientras almorzábamos en Odexeice, volvernos a España en ese mismo momento. Hicimos bien, porque al día siguiente cayó la mundial. 

En esta ocasión, un poco de forma imprevista para mí, me uní a Perico y su flamante Norden, para terminar a nuestro modo lo que empezamos hace más de cuatro años. Así, fuimos por carreteras secundarias, terciarias, y alguna cuaternaria, hasta Sao Bartolomeu de Messines, donde enlazaríamos con el track offroad, más o menos por donde lo dejamos la otra vez el primer día porque se nos echaba la noche encima. Yo me dejé guiar por Perico y sus dos móviles con navegador integrado. Mi vetusta Tiger 955i se defendía como podía, y yo la guiaba con pies de plomo, guardando muchísimo cuidado porque iba con ruedas lisas, la bicha pesa casi 260 kg con gasolina, y su suspensión delantera es, digamos, meramente anecdótica... pero iba yendo con todas esas limitaciones, superando los diversos obstáculos una y otra vez, para nuestra sorpresa!!

buscando el track en el GPS

No sin alguna duda sobre tirar por aquí o no, habrá arena o no, eso parece demasiado escarpado... en fin, las cosas típicas del trail cuando no se conoce el camino y más con estas grandes motos, pudimos llegar al Cabo San Vicente, no sin antes casi matarnos en un tramo arenero con enormes roderas, en el que estuve a punto de irme al suelo cinco veces en treinta metros. Pasé auténtico pavor, y comprendí que la Triumph no está hecha para eso: la combinación de peso, geometrías inadecuadas, neumáticos lisos y poca experiencia es un cóctel fatal.

Llegamos con tiempo de sobra a Sagres, donde nos instalamos en "Orange House", en una pequeña habitación dos camas y acceso directo a piscina. Correcto, pero con soluciones arquitectónicas de dudosa calidad... Suficiente para dormir y salir pitando a la mañana siguiente, que era nuestra intención. Sin más. 

Cenaríamos en Pizzeria D'Italia, que tan buenos recuerdos nos trae, unas buenas pizzas precedidas de remarcable carpaccio con todos sus avíos, que aliñé siguiendo los consejos del limitador de velocidad, pues realmente no sabíamos qué hacer cuando nos llegó este plato: 

Y esto es lo que quedó:


Joder, nos comimos hasta la rúcula, estábamos hambrientos!!!

La mañana siguiente hicimos un buen desayuno sin prisas, tras un paseo por el pueblo buscando algo abierto, y partimos hacia lo que iba a ser el plato fuerte del viaje: la costa Vicentina por pistas lo más cerca posible del océano, una experiencia que recomiendo a todos los aficionados a la moto trail.

Pronto aparecieron las primeras dudas, pues el track comenzaba con lo que podía ser otra trampa de arena más, pero nos hicimos los valientes y tiramos... y menos mal que lo hicimos, porque con poca arena pudimos hasta disfrutar del camino, en un entorno de belleza singular a la que no estamos acostumbrados. Mientras tanto, un fuerte viento, la típica Nortada de estas costas, nos acompañó durante todo el viaje, a veces con rachas importantes y traicioneras, que añadían no tanta emoción como peligro a la conducción.

En la playa de Amado, famosa por el surf, hicimos la primera pausa. Allí nos encontramos con unos cuantos de Huelva con los que charlamos de moto y nos hicieron algunas fotos. Muchas campers, y muchas de ellas no eran ni surferos, estaban allí por la belleza del paraje y por el ambiente:

El camino siguió sin incidencias, seguimos subiendo por la costa, pasando de largo algunos tramos del track porque ya lo hicimos y no presentaban interés, y nuestra meta era llegar a un trozo justo después de Zambujeira do Mar, un sitio chulísimos donde paramos a tomar un café y un refresco. Previamente ya habíamos almorzado, como el día anterior, un par de sandwiches y algunas galletas, donde nos vino bien, a la sombra de un pino, pues hemos comprobado que en los almuerzos se puede perder mucho tiempo y después, si son copiosos, no apetece montar en moto. Pasado Zambujeira, como decía, y hasta el Cabo Sardao, vino un sector francamente espectacular, y quizá me quedo corto si digo que todo el viaje merece la pensa sólo por estos pocos kilómetros de pista que bordea los acantilados, en una ruta señalizada y compartida por senderistas, ciclistas, motoristas y coches 4x4 en perfecta armonía, con respecto hacia los demás usuarios y al medio ambiente. Algo único.

Estábamos avisados de que el último tramo, unos diez kilómetros hasta Vila Nova de Milfontes (que era nuestra meta final), eran de pura arena para la que ni nostros, ni nuestras máquinas, estábamos preparados. Así que lo hicimos por carretera, y no sin poca aventura logramos habitación para pernoctar en pleno centro, pero en un lugar tranquilo y apartado... aunque con puertas literalmente a la calle.

Habitación vistas... a la calle, literalmente.
La cena fue el colofón final para un día lleno de emociones, un espectacular tartar de atún, el mejor que jamás probé, y unas hamburquesas, que nos dejaron plenamente satisfechos para irnos a la piltra bien repuestos, tras los paseos que dimos por Vila Nova, un pueblo muy turístico y lleno de gente de diversa procedencia, con un enclave verdaderamente precioso que hay que ver detenidamente: entra el mar como un brazo, creando dos playas hermosas, flanqueadas por acantilados y enormes formaciones rocosas que salpican las aguas. Incomparable.