A pesar de haber cerrado ya las culatas, tenía yo un no sé qué, que qué se yo, sobre el juego del cierre de la válvula de admisión izquierda del cilindro vertical. No hay que ser vago, y sé que jode, mucho, muchísimo, pero mejor comprobar y arreglar. Siempre.
De modo que volví a levantar la tapa de balancines (un coñazo, porque hay que volver a limpiar la pasta de junta que el manual de taller manda poner en ciertos puntos, y volver a aplicarla de nuevo al cerrar...), y previo aflojamiento y desensamblaje de la correa de distribución correspondiente, procedí a medir de nuevo con las galgas y, sorpresa, estaba en el valor adecuado!
No sé porqué tenía yo esa sensación de trabajo mal hecho, pero mejor comprobarlo y confirmar que todo está bien. También esto me recuerda que, cuando se trata de reglaje de válvulas, hay que medir y comprobar dos, tres veces, las que haga falta hasta estar bien seguro. Bueno, pues a cerrar y ajustar la correa otra vez.
Puse a continuación las tapas de las correas, el radiador de aceite, y me dispuse a montar el distribuidor del circuito de refrigeración (que lleva implementado el sensor de temperatura y el termostato, y es una pieza que va atornillada a la culata horizontal, fabricada para lograr espacio para ubicar la bandeja que aloja electrónica y la batería en ese lado de la moto), acoplar un par de manguitos a dicho distribuidor, y recoger y acoplar la susodicha bandeja de la batería y demás componentes eléctricos:
Antes |
Después |
Sólo para descubrir a continuación, cuando ya iba a recoger todo dando por terminada la sesión del día, que se había caído una junta tórica que va entre la culata y el dichoso distribuidor de refrigeración, esta que aparece en la siguiente imagen:
Bueno, pues nada, a volver a desmontar todo, limpiar la junta, añadirle un poco de grasa para que se quede pegadita en su alojamiento y no se vuelva a caer, y cerrar de nuevo, proceso en el que tardé aproximadamente la mitad de tiempo que la vez anterior. Curioso como, una vez que ya se sabe cómo es, uno lo hace todo más rápido. Maravilloso.
Estoy aprendiendo mucho con esta operación. A ser paciente, a pelearme con el vendedor de piezas, a esperar a que lleguen las cosas de Italia o Alemania, a atreverme a meter mano a esta mecánica, a resignarme cuando veo que algo se me olvidó y tengo que repetir la operación. Mecánica zen, un juguete para mayores, horas y horas, entretenimiento, algo de dolor de espalda por la postura...
Ya llevo veintitrés horas y cuarenta minutos invertidos en esto.
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