Un recorrido un poco más largo de lo habitual en compañía de Pedrito Redondo, que nos llevó al extremo más occidental de la zona acuática del Rompido. Allí encontramos este curioso cartel que me llamó mucho la atención:
El campo, el terreno, perfecto y en todo su esplendor, como corresponde a las fechas. Setenta km me salieron, no está mal, prueba de que se puede andar mucha distancia por los senderos habituales.
Cambiando de tercio, después de varias sesiones de lijadas y limadas, pruebas, ensayo y error, pude por fin introducir el mando de cambio SLX de 10 velocidades en el manillar de carretera. Ha requerido un poco más de tuneo del inicialmente previsto, pues he eliminado el display que indica la velocidad engranada, que no tiene apenas dificultad, pero había que decirlo.
El siguiente paso, además de encintar de nuevo el manillar (veremos si puedo reutilizar la misma cinta que tenía, es encontrar los tensores para los cables de freno que usé en su día con la Frankenbike, imprescindibles para poner a punto los V-brake accionados con las manetas de carretera: es imperativo tenerlos perfectamente regulados con las zapatas muy muy cerca de la llanta para que funciones debidamente dado que el tiro de las manetas de mtb es distinto al de las de carretera. Tengo unos adaptadores de "Problem solvers" a base de poleas, pero es un sistema engorroso que no llegó a gustarme en su día...
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