La semana pasada un repentino dolor de cabeza truncó nuestro recorrido por la Vía Verde de los Molinos de Agua cuando llevábamos pedaleados apenas cuatro km y pico. Con la vuelta llegamos a casi 8'5 km.
Esta vez cambiamos el paisaje, y escogimos el Camino Verde de Mazagón a Matalascañas, bastante llano y bien cuidado, al menos el tramo que hicimos, en total, entre ida y vuelta, 23 km, que no está mal para el limitador que no ha hecho ciclismo en su vida.
Hacer algo juntos, a ritmo pausado, charlando, comentando lo que vemos y lo que sentimos, es más importante para mí en estas ocasiones que el puro deporte (ni sudé, el terreno es llano, hacía algo de fresco, y el esfuerzo mínimo).
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