He encontrado el campo perfecto, con agarre, sin polvo, bonito después de las ultimas lluvias caídas que, aunque breve, han dado algo de vida a nuestros pinares.
La escogida esta vez fue la Santa Cruz, que se mueve en estos senderos como pez en el agua, muy ágil y de pedaleo eficiente.
He disfrutado muchísimo, he gritado, he reído. Dos meses más tarde por fin he podido rodar como es debido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comente, quédese a gusto, pero si firma como anónimo nadie lo verá.