Las dos "pastillas" calibradas que pedí a ducatiparts.es tardaron justamente un mes en llegar. Lo achacaremos a que no había stock y venían de Italia, donde la fábrica está bajo mínimos. La verdad es que desconozco quién ni cómo se surte de recambios esta web, que pertenece a los mismos que carbon4us.com.
Un conocido me contó que las piezas las consiguen a través de un concesionario de Málaga, pero no sé si es cierto o no.
Sea como fuere, me disponía a remontar todo, y la parte más peliaguda es el momento de colocar los dos semianillos que dejan fijada la pastilla de cierre impidiendo que ésta se deslice por el vástago de la válvula, un sistema muy ingenioso, muy parecido a los típicos sombreretes que tienen las válvulas que usan muelles para cerrar. El caso es que las desmo tienen un muelle cuya misión es lograr la estanqueidad adecuada a bajas rpm y ralentí, y hay que vencer su resistencia empujando el balancín de cierre para poder colocar la pastilla y sus semianillos. Esto es una tarea truculenta, y aunque yo estaba avisado de que había que tener cuidado porque el retorno del muelle es potente si un semianillo está mal colocado, pues sí, voló por los aires una primera vez.
Previamente yo había intentado bloquear el balancín para que no ocurriera esto, pero no logré dar con la tecla. Vi un par de videos en youtube, pero fue inútil, no lograba introducir un destornillador o una llave allen gruesa (de 8 mm) en el sitio adecuado. Así que lo intenté a la vieja usanza: empujando hacia abajo con un destornillador, y al mismo tiempo intentar poner el semianillo en su alojamiento... pero tuve que desistir.
La primera vez que el semianillo de marras cayó al suelo del garaje tardé unos 25 minutos en encontrarlo. Es diminuto, el garaje no está muy iluminado, y hay multitud de chasca, objetos de diversa índole, muchas sombras, algo de suciedad... pero lo encontré. Me armé de paciencia, y procedí a intentarlo de nuevo, pero esta vez fue peor: salió catapultado como lanzado con un tirachinas a la velocidad de la luz, más o menos, o eso me pareció. Creí escucharlo chocar con el techo, y después caer sobre algo a unos metros de mi posición. Una hora de infructuosa búsqueda más tarde, abandoné toda esperanza. Recogí todo y me dispuse a buscar la manera de hacerme con algunos semianillos nuevos. Lamenté no haber pedido tres o cuatro de repuesto cuando compré las pastillas. Esperar otro mes por esas diminutas piezas de alambre de cuatro milímetros no me hacía mucha chispa, pero es lo que hay. Incluso me puse en contacto con Pepo Rosell para gestinarlo, y ya había consultado dos webs y había memorizado en el móvil el tlfno de Retalbikes, el concesionario más cercano en Sevilla.
Al final de la tarde el limitador me sugirió una idea, así que bajé de nuevo, arranqué el coche y lo moví para que sus luces iluminaran todo el espacio que ocupa mi garaje, y así, medio tendido en el suelo, fijando mucho la vista, enseguida lo encontré ¡eureka!, no me lo podía creer. La alegría fue en mí. Vaya sensación de alivio y gozo me invadió. Así que esta mañana me puse manos a la obra y por fin terminé de montarlo todo, con su correspondiente arrancada a la primera.
En esta primera imagen pueden ver la llave allen de 8 mm que usé para bloquear el balancín de cierre, colocada en su sitio, el balancín abajo del todo, y el vástago de la válvula desnudo:
En la segunda instantánea ya he colocado la pastilla de cierre. Para bloquear la pastilla y que no se deslice hacia arriba hay que ubicar los dos semianillos:
En este último holograma bidimensional con zoom ampliado, se observa perfectamente los semianillos ya colocados en su ranura, impidiendo que la pastilla se salga de su sitio. Pueden observar restos de grasa que he usado para que no se caigan mientras dura el proceso:
Con esta operación termina el mantenimiento previsto de la Monster, a la que ahora le quedan muchos miles de km por delante sin tener que hacer nada importante.
En esta nueva situación de desconfinamiento progresivo, mañana comienza la "fase 1", que es la segunda, en realidad la tercera, no queda claro si podremos usar la moto para dar un paseo. Tampoco si podré ir a la playa a hacer kitesurf. Todo es ambiguo, y a menudo contradictorio. Estamos aquí a verlas venir, y la verdad es que quien ha esperado dos meses puede bien esperar un poco más. No hay prisa ni ansiedad, y la salud y acabar con la epidemia es lo primero.
Saludos y ánimos a todos mis lectores confinados como yo, y a los que incumplen las normas... que les den bien.
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