Y seguimos. Terminé de montar la rueda que previamente había desmontado, con cierto éxito. Recuerdo bien la primera que hice algo similar, y no quedó ni la mitad de bien: ahora mucho mejor, todos los radios tensos y con buen centrado y aparaguado. Creo que me puedo dar luz verde para montar mis propias ruedas de 27'5 pulgadas para la Santa Cruz.
Y todo ello sin tener un centrador como mandan los cánones, que total, para una o dos ruedas que voy a montar, tampoco merece la pena el desembolso (por ahora), aunque supongo que si tuviera uno me dedicaría a revisar y ajustar con más frecuencia las ruedas de todas mis bicis y alguna de algún amigo.
Sea como fuere, con el viejo truco de una brida de plástico en la barra de la suspensión, y paciencia sobre todo, sin prisa, buena letra, usando la lógica, y sin ser bruto, al final se consigue algo medianamente potable:
La famosa brida, y mi herramienta para aflojar/apretar las cabecillas |
La rueda ya finalizada decentemente |
Más cosas. He echado una mano a los niños para que la pista de Scalextric que han montado en la buhardilla funcione con más decencia, pues no hallaban la manera de hacer funcionar un cuentavueltas-cronómetro ni un mando. No aparecen algunas pistas especiales, básicamente cruces, ni tampoco los bordes de pista o pianos, sin los cuales es menos placentera la "conducción". Seguiremos indagando, porque patas no tienen, que yo sepa.
Como novedad negativa de estos dos últimos días, blogger ha cambiado (una vez más) la apariencia y el formato para redactar y publicar entradas, lo que afecta sobre todo a mi capacidad de subir fotos desde el celular, que ha devenido en empresa imposible. Ahora tengo que pasarlas del móvil al PC, y de éste a blogger. Un puto coñazo que me ha desmoralizado bastante, la verdad, porque entorpece mucho la edición.
Por la mañana he visto la película "El manantial", versión cinematográfica del libro homónimo de Ayn Rand, quien también se encargó del guión del film, protagonizado por Gary Cooper, un actor un tanto hierático, inexpresivo, quien no supo plasmar la intensidad del personaje. En blanco y negro, dada su antigüedad, y con técnicas de rodaje y diálogos y poco, digamos, especiales, a los que ya no estamos acostumbrados en el cine de hoy, el fondo y el mensaje de la autora están ahí, pero no tan palpable y patente como en el libro, mucho más intenso y glorioso. Decir que "El manantial", y la otra gran obra de Rand, "La rebelión de Atlas", tienen un lugar preferente en mi biblioteca es decir poco. Ambas novelas me sorprendieron, causaron un gran impacto en mi persona, y los recomiendo a todo el mundo por estar muy bien escritos, bien traducidos, y tener un trasfondo filosófico serio, importante, hasta el punto de influir a generaciones enteras de lectores. Ayn Rand es una filósofa de referencia, y toda su vida luchó por abatir el colectivismo y aquellas ideologías basadas en la anulación del yo, y dio pie y fundó la escuela del "objetivismo", en su defensa sin parangón del derecho inalienable del ser humano en su búsqueda de la propia felicidad nunca a costa de otros, sino por el propio esfuerzo de cada uno. En fin, no me quiero enrollar con este tema, hay mucho escrito por ahí, y quien quiera saber más sobre esto, ahí esta la wikipedia.
Otro tema negativo es que he tenido que volver a meter el rodillo en el zulo, dado que estos últimos días las tormentas primaverales desaconsejan hacerlo en el patio. ¡Qué gran verdad esa de "nunca llueve a gusto de todos!"
Seguimos luchando, cada uno en su confinamiento. Les deseo fuerza y ánimo.
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