Dicen que tienes veneno en la piel
y es que estás hecha de plástico fino.
Dicen que tienes un tacto divino
y quien te toca se queda con él.
Tomar una instantánea del velocípedo dentro del trastero carece del glamour y la dedicación que este artefacto merece. No hay alternativa. Es lo que ahora hay. Les pido mil perdones, pero recordé el estribillo de aquella canción de Radio Futura, y no sé porqué me recordó, inevitablemente, al bisturí.
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