martes, 11 de febrero de 2020

Singletrack fury: ligera y veloz

El principal lema de un visionario, un gurú de automovilismo de competición, era que prefería un coche ligero a un coche potente. 
Colin Chapman, alma creadora, ideólogo, fundador de Lotus Cars, piloto de aviones, ingeniero de estructuras, inventor, mente preclara... lo tenía muy claro.



Un coche muy potente necesita sobredimensionar todos sus componentes para asimilar y controlar dicha potencia: frenos más grandes, chasis más robusto, suspensiones reforzadas... que equivale a peso, peso, peso. Más peso significa mayores inercias, mayor fuerza centrífuga en las curvas, peor aceleración y frenada, mayor consumo, menos eficacia en suma.
Esto es aplicable a todas las actividades en las que la velocidad tenga una implicación vital. El mundo de la bicicleta no escapa a este asunto, pues las leyes físicas son las que son, y no otras (lo que constituye uno de los misterios sin resolver más grandes de nuestro Universo, y uno de los principales argumentos para creer en la existencia de un Ser superior, Dios... pero dejemos ese tema por ahora). 

De entre todas las bicicletas de mi cuadra, quizá la más especial para mí es la de hoy, y por varios motivos. Para empezar es una KONA, y ya sabéis lo que dicen: "cuando una bici sueña, sueña que es una Kona". Esta en concreto es una Hei Hei de 1997. Es la bici más ligera que tengo, creo que no llega a 8500 gramos de peso, merced a un cuadro de titanio, ruedas montadas a la carta sin pasarse de presupuesto, horquilla de carbono con cabeza y punteras de magnesio, frenos Hope tallados en la masa, tija y manillar ligeros medio exóticos hasta cierto punto, y el truco más genial con el que llevo experimentando más de diez años: una transmisión monomarcha (singlespeed). Para tensar la cadena utilizo un sistema de rodamientos de pedalier excéntrico. Se sale de toda norma convencional, y podría tacharse su montaje como neoretro, o retromod, para ir con los vientos que soplan en esta época de revival de lo viejuno. A mí me vale, ¡y de qué manera!

El resultado es una bici ideal para el terreno de los pinares de Aljaraque y aledaños, donde no es necesaria una suspensión demasiado absorbente ni tampoco existen cuestas largas, sino más bien repechos que se salvan más o menos bien con inercia y pedaleando de pie si las circunstancias lo exigen. Es el mismo concepto de mi Kona Explosif amarilla, pero todo más tope de gama. 

En su entorno

Intenta esconderse

No necesita comentarse


Una máquina simple, pero que tiene sus intríngulis, como el método de tensado de la cadena, un poco engorroso. Por eso no la llevaba lo tensa que debería, y en una bajada rápida con algunas raíces se ha descolocado un poco la cadena sobre el piñón, y al retomar el pedaleo se ha producido esto:


Llevo siempre el tronchacadenas y algunos eslabones de repuesto en la mochila, de modo que aparte del fastidio de cortar el ritmo cuando ya empezaba a sentirme cómodo después de calentar, subsané la avería satisfactoriamente. La cadena, una KMC ligera (y débil, por lo que se ve), tiene ahora un injerto de un par de eslabones de otra cadena distina, y así se va a quedar de momento, a falta de ajustar el pedalier para que no me vuelva a ocurrir el desastre de hoy.
Subsanado ello, he seguido con lo que yo pretendía que fuera un paseo tranquilo después de las últimas incursiones "deportivas" en la sierra y con el senderismo extremo... pero la verdad es que me fui animando, y para nada podía esperar los números que vi en el navegador cuando acabé, con una media de velocidad que no esperaba, y un récord personal en la distancia de 20 km.
Lo achaco a la ligereza, por supuesto.
Bendito sea Colin Chapman, el Leonardo da Vinci de la Fórmula Uno le llamaban.
Entiendo ahora la obsesión de muchos ciclistas con el peso. 



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