Ya he hablado antes de este señor, que ha sabido plasmar un trabajo ejemplar de maestría no sólo en el diseño, sino en la ejecución.
Sus máquinas siguen un patrón claro, debido al uso de un mismo chasis manufacturado por él, y las líneas generales de la moto son todas muy afines ya que emplea mismos depósitos y colines, lo que hace que de un leve vistazo podamos identificar sus creaciones.
En esta ocasión traigo al blog una moto exenta de carenado protector, lo que elimina quizá el aire de moto de competición deportiva del pasado. No obstante, una naked monoplaza con carácter como ésta, es deportiva lo quiera o no:
No sobra ni falta nada. Está todo ahí. Incluso su, a primera vista, sobrio esquema de pintura me parece perfecto, huyendo de lo estridente. Esta motocicleta no necesita recurrir a subterfugios más propios del mundo custom que busca impactar visualmente a cambio de ser inconducible. Y lo más grande es que, sin duda, este Leggero es muy conducible, eficaz, y maravillosa.
Podría estar horas observando únicamente el depósito, que es la pieza que definitivamente más moldea la personalidad de esta creación. Sus proporciones, la conjunción con el resto de la moto, con el colín, y las perfectas proporciones generales entre las que nada sobresale, hacen que nos demos cuenta de que el señor Siegl no es ningún novato. Antes bien, es claramente un estudioso de los cánones más clásicos, y es por ello que este trabajo maravilloso hay que admirarlo y elevarlo a categorías olímpicas, entendido esto, claro está, como digno de pertenecer al Olimpo.
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