Sobre la base de un chasis de Ducati Pantah de 1983, Pepo Rosell, antaño alma páter de Radical Ducati, y mucho mucho antes de SRD, recientemente ha finalizado esta obra maestra de la interpretación del ducatismo más extremo, radical y neo-retro.
Ese chasis es único, muy distinto a los multitubulares posteriores encumbrados por Tamburini y Terblanche, y hoy día prácticamente defenestrados por el grupo VAG. Triste y cruel, decepcionante, pero cierto. De todos modos ¿a quién le importan estos detalles?
Solo una minoría (¿me atreveré a llamarla "selecta"?) valora tales cuestiones, como valora el bicilindrismo refrigerado por aire de un 900 de dos válvulas y embrague en seco, o ese depósito de fibra de inspiración NCR style...
Es necesario hacer hincapié en la importancia del especial chasis que se configura como la espina dorsal, o mejor aún, como el entero esqueleto que aguanta el cuerpo, la anatomía atlética de esta belleza que fue decorada en el bermellón guerrero propio de la marca original.
Hubo un antes y un después de la Pantah, y eso es por algo.
El basculante empleado, una concesión a la modernidad y lo asequible quizá, procedente de una Monster 696, estimula la creatividad al desplazar el único amortiguador trasero hacia la izquierda, obligando a modificar un poco el chasis para reforzar su asentamiento, y permitiendo un hueco que es muy bienvenido para ubicar el escape del cilindro trasero de una manera que de otro modo hubiera sido muy difícil, si no imposible.
En la siguiente congelación pictográfica de un momento y espacio determinados en dos dimensiones, a todo color, tenemos detalle de las bocas de llenado, recordándonos que el origen de la idea de esta maravilla es la resistencia:
Muchas más imágenes y checklist sobre el origen de las piezas en el blog de XTR.
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