Excursión pospuesta largamente, siempre hay algo que me impide discurrir por esos caminos que tanto me gustan...
Pero hoy, de una vez por todas, me resarcí, y además acompañado!
Mi pequeño se obstinó en acompañarme, sin saber muy bien de lo que iba esto del ciclomontañismo venido a menos (porque esto de los pinares de Aljaraque no es verdadero ciclomontañismo, sino, en todo caso, ciclocampismo). El no hacía más que insistirme, que si ya estaba harto de ir con sus amigos hasta el Colón, que si a su edad tiene que hacer mucho deporte, y tal y tal.
En fin, bueno, como yo sólo tengo material para mí, tuve que dejarle mi casco, y él fue con un culotte debajo de unas calzonas y una camiseta de algodón. Los guantes se los regalé hace dos navidades, pero como los compré grandes, aún le quedan bien.
La bici, una Kona Scrap, en realidad una campillera de libro, en aluminio, bici de geometrías un poco radicales y realmente poco adecuadas para el campo a través, aunque a mí me ha dado muchísimas tardes de gloria de enduro hardtail por la zona del Río Piedras. Es decir, el cuadro tiene tela de kilometros campeados.
En algún repechillo tuvo que echar pie a tierra. Es su primera incursión en el bosque, y debe cultivar el arte de la anticipación a los obstáculos, y los cambios precisos de piñones y platos. También, el conocer los caminos ayuda mucho.
Cansado ya, pero sin perder la sonrisa!!! |
Hacía mucho que no montaba por la zona, que he visto algo cambiada, como casi siempre que estoy tiempo sin ir. El bosque, la naturaleza, todo vive, respira, y cambia. El cambio es consustancial a la vida, y entre zonas quemadas, caminos que se van cerrando, otros que se abrieron recientemente, el desbroce...
Pero el caso es que finalmente me orienté bien y echamos una rutita bonita, aunque quizá más larga de lo deseable para mi retoño que acabó totalmente agotado.
Yo, con mi polivalente Santa Cruz Chameleo, siempre feliz. Un gorro de lana sustituye al preceptivo casco por los motivos ya señalados, y la verdad es que he ido cómodo con él. No descarto su uso para el invierno venidero.
A continuación, una pequeña composición casi pictórica, del tipo bodegón velocípedo:
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