Adentrándome en la lectura de obras dedicadas a viajes en el tiempo, me encontré con el señor Michael Moorcok, que en 1966 publicó "Behold the man", traducido al castellano como "He aquí el hombre". Ganó el Nebula el año siguiente.
Karl Glogauer, un neurótico sujeto educado en el cristianismo por una madre solitaria, con serios problemas para relacionarse con sus semejantes, que intenta encontrar consuelo y sentido en la religión, el esoterismo, y finalmente en las tesis de Jung, conoce a un científico que le propone la posibilidad de viajar en el tiempo. Acepta finalmente, pero exige ser llevado al justo antes de la llegada de Jesucristo a Jerusalem. Quiere comprobar por sí mismo la veracidad de los hechos y conocer personalmente al Mesías. Pero una vez allí se encuentra con que las cosas no son como él creía...
No debo desvelar más. Sólo que alterna pasajes de su estancia en el pasado, con flashbacks de su vida que ayudan a comprender su sicología, sus traumas, sus neuras y fijaciones.
La novela se hace bastante entretenida, pero hay que tener en cuenta que el autor pertenece a la nueva ola inglesa, anarquista, un destroyer antisistema literario, y hay que estar preparado para lo que uno va a encontrar.
Recomendable, diferente, provocadora. Y bien escrita, que no es poco.
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