Un miércoles cualquiera se puede convertir, casi sin darse uno cuenta, en El Gran Miércoles.
Esta tarde ha sido especial por varios motivos, pero ha dejado en el ambiente un sabor agridulce: se ha echado de menos a algunos, pero sobre todo a mi bro, mi pisha, mi Julio de mi alma, que comparte conmigo esta afición desde los primeros días, y hemos seguido juntos la senda del surf con la cometa.
Esta bellísima instantánea que nos regala el maestro Lolo, queda aquí para dejar constancia de lo sensacional de este deporte/arte, pero lo mejor ha sido estar en el agua con viento más que de sobra para diez metros de kite y disfrutar en las olas, en ese parque acuático de atracciones que es nuestro spot favorito:
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