sábado, 3 de septiembre de 2016

Crash

¿Qué decir de James Graham Ballard? Un autor desconocido para la mayoría, sin duda, pero es uno de los autores de referencia de la ciencia ficción de origen inglesa. 
Especializado en distopías, quizá su obra más famosa es esta que acabo de terminar de leer:



En 1973 publicó Crash, una meditación turbadora y explícita sobre la relación entre el deseo sexual y los coches, y que provocó un tenso debate sobre los límites de la censura contra la «obscenidad» cuando David Cronenberg la adaptó al cine en 1996. La película Crash estuvo a punto de no poder ser estrenada en Inglaterra.

La peli en realidad está basada en el libro, pero su argumento, o falta de él, no se corresponde enteramente con lo creado por Ballard, aunque pienso que sí recoge el ambiente, la idea general. Esa nocturnidad, esa relación sexualmente explícita entre los accidentes de tráfico, las cicatrices, la obsesión... todo eso está presente en uno y otro lugar. Bien es cierto que en la lectura de la obra original hay escenas escabrosas, muy cuidadosamente descritas hasta el más mínimo detalle, y la imaginación del lector es libre de interpretarlo, magníficarlo o quitarle importancia. Al final, tras muchas páginas de lo mismo, uno acaba por no prestar casi atención a lo que es el sexo puro y duro, y me pregunto si realmente es un simple resultado de la obsesión por los coches y el tráfico, los accidentes omnipresentes, con sus mutilaciones, deformaciones de cuerpos y carrocerías... o si en verdad el autor estaba simplemente salidísimo.

Lo cierto y verdad es que no es una lectura fácil, profundiza bastante en los personajes, sobre todo en el protagonista,  un productor de televisión, cuya vida cambia completa y paulatinamente a raíz de un accidente fortuito. Nada volverá a ser igual, y junto a su esposa (en una relación abierta y promiscua, mutuamente aceptada, lo que añade picante y morbo al asunto, si es que se puede añadir más a ese cóctel), se embarca en una búsqueda de las sensaciones máximas. No quiero desgranarles el libro, porque si hablo más... ya se lo he contado todo. 
Efectivamente, el argumento es simple, y casi todo se limita a la descripción meticulosa. Sí, pasan páginas y más páginas contando lo mismo, desde varios puntos de vista, y vuelta a empezar, ahora en tal coche, después con aquella prostituta, o cómo su propia mujer le hace una felación a su alter ego, un maníaco, un loco cuya única meta en la vida es matar a Liz Taylor en un accidente de tráfico previamente preparado al milímetro. 
Menos mal que no es muy largo.

Considero que puede ser prescindible, y no es ciencia ficción al uso. En verdad no sé en qué nicho encuadrar a la criatura, pero más o menos bien parida sí que está, y su lectura queda bastante completa con el visionado del filme aludido.

Suerte y a por ella!!!!

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