El aficionado a los deportes de vela, tan dependientes de las condiciones meteorólogicas, sufrimos diversos incovenientes.
Otra vez fui hoy a Matalascañas, en busca de ese Noroeste frío, demoledor, en un spot que habitualmente permite aprovecharlo.
Pero hoy no, no pudo ser, se anortaba demasiado. Era impracticable, inkiteable si se me permite el exabrupto.
Pero hay que ir. Si no se va, no se navega. Y no vale que te lo cuenten después.
La rectilínea carretera, bien preparada para la fauna sobreprotegida de ese invento deleznable llamado medio ambiente. Esa vía es mi compañera. Con un paisaje típico, que puede enamorar seguramente.
Pinos que acompañan el camino. Poco o nulo tráfico. Buen día, mucho sol.
Bueno, el premio fue el rato de charla junto al chirinquito al final del todo, junto a los palos que limitan la playa con el Coto de Doñana, charla con Luiki y Jesurf.
Todo ok. Todo bien. Es parte del juego con los elementos, y veo, como siempre, lo positivo. Que lo hay, aunque no lo crean o lo sepan vds.
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