Aún no había yo cumplido cinco añitos cuando, en 1976, le fue otorgado el premio Hugo a la novela "Homo PLus", de Frederik Pohl.
Ya me encantó su fantástica y brutal "Pórtico", clásico entre los clásicos, cuya lectura recomiendo a todos. Y en ésta no me ha defraudado ni lo más mínimo.
Sin duda, una obra inquietante, que relata la historia de un hombre al que convierten en un ciborg con la finalidad de la conquista y colonización del planeta Marte.
Ahondando en los problemas sicológicos que supone la pérdida de la identidad como ser humano al convertirse en un ser cibernético en el que prácticamente sólo se conserva su cerebro, hay muchas más cosas que rodean esta línea argumental principal: la relación con su bella esposa, de la que está profundamente enamorado, pero que le pone los cuernos; la relación con sus médicos, técnicos informáticos, el mismísimo Presidente de los EEUU; las enfermeras; la evolución de su yo; el viaje a Marte, la colonización... pero sobre todo el final apoteósico e inesperado, que hace que la novela, si ya era buena, culmine con una traca final que pocas veces he disfrutado tanto.
Escrita con sencillez, pero genialmente entramada, es de fácil lectura y, prácticamente del tirón, sin que decaiga en ningún momento, uno se la acaba dejando un magnífico sabor de boca.
Recomiendo que acometan el estudio de este trabajo escrito por uno de los grandes, Pohl, sin más dilación.
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