Uno tiene que fiarse de uno mismo. Tiene que comprender, que aprender a aceptarse, que evolucionar.
El análisis, la observación de uno mismo, tus propios actos y sus consecuencias, es importante.
La felicidad es algo tan difuminado a veces...
Son las pequeñas cosas, detalles, los que a menudo marcan la diferencia. ¿Por qué ayer todo era fetén y hoy no doy pie con bola? Estudia, pormenorizadamente, los eventos distintivos, los porqués, las causas y los efectos subyacentes.
Crea una ideología en ti mismo, en tu interior, aférrate a ella, sé fiel a tu persona. Poco, nada importa lo que digan o piensen los demás. Hazlo y punto. Vive al servicio de un compromiso personal, tu compromiso, tu vida. Ordena los pensamientos, extrae conclusiones y enseñanza incluso de lo que aparece como negativo.
Toma decisiones, apechuga con las consecuencias, aprende de los errores, actúa en consonancia.
Vive la vida en comunión absoluta con la naturaleza. Huye de lo artificial, fluye con la mar y el aire. Disfruta de la arena, del frío y del calor.
Medita, piensa, encuentra un rato para ti mismo. No es tan difícil. Lo necesitas. Lo sepas o no, lo necesitas.
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