O lo que es lo mismo, la tercera edición de la ruta propuesta por Antuán, miembro del CTA que en su día me acogió con los brazos abiertos en el pequeño grupo de Huelva para hacer y compartir rutas en motos trail por la provincia.
Gracias a el y otros compañeros del Comando Choquero, he ido aprendiendo las mieles de esta atractiva actividad, una forma agradable y muy provechosa de seguir con mi afición a las motos. Me quito, así, la espinita de rozar rodilla por esos circuitos, y la adrenalina fluye por mis venas al tiempo que mantengo la sensación de libertad en un entorno bello y, por qué no decirlo, tan adecuado que Huelva nos ofrece.
A menudo me siento un privilegiado, un tipo con suerte. Suerte por tener buena gente que me ayuda y me enseña, que me aconseja, y siempre sin pedir nada a cambio. Suerte por haber escogido finalmente una máquina que no me ha dado ni el más mínimo problema y que, por ahora, cumple con las expectativas de lo que yo quería hacer. Suerte por tener tiempo y ganas para disfrutarla. Suerte por tantas y tantas cosas que haría falta una entrada al bloc enteramente dedicada a agradecer a la vida, los elementos, el yin y el yang, y al cosmos en geneal, para equilibrar el karma. Seguro.
Ahora estamos a otra cosa. Aquí les dejo un modesto montaje para que se hagan una idea de la espectacularidad de los parajes por los que discurre esta cita anual, ya famosa en el club, a la que acude gente desde lejos para tener la oportunidad de rodar en arena. Fue un día propicio porque llovió la noche anterior y el suelo estaba más compactado de lo habitual, lo que propició mayor disfrute de los casi cuarenta asistentes.
El corte musical "North", de Chet Faker.