Le sobran los espaciadores bajo la potencia. Por lo demás, y a falta de ver el resto (que maldita sea, no he podido encontrarlo), la cosa es hermosísima.
Porque, una vez que se tienen un par de ruedas, manillar, pedales y el resto de accesorios imprescindibles, cumplida la misión de fabricar un objeto útil cuya finalidad es transportarse de un sitio a otro de una manera limpia y energéticamente eficiente (el vehículo más eficiente que hay), siempre hay que alabar a todo aquél que va un poco más allá, el que aporta un plus, siempre sin caer en extravagancias o sinsentidos.
Realizar un cuadro de madera, y de una manera tan ostentosamente magistral como lo que se intuye aquí, es sin duda un plus.
Ole.
Amén.
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