Uno tiene a veces unos momentos de pensamientos, digamos, no claros, y está expuesto a extraer conclusiones erróneas o precipitadas o amplificadas o vaya a saber, pero que perturban la mente. Eso me ha pasado hoy tres o cuatro veces, pues he tenido tiempo para pensar, meditar. Aunque, es cierto, no he llegado a ninguna nueva conclusión vital ni nada por el estilo.
El limitador se ha ido con la prole a Sevilla, a un acto cofradiero, cosa de la que yo no soy partícipe en ningún modo, por supuesto.
Así que, ojos que no ven, corazón que no siente: he rescatado mi casco Suomy del armario, y al desenfundarlo de su saquito protector, me he llevado una sorpresa, pues tenía la visera rayada y el espoiler aerodinámico posterior roto. Sin duda fue en el suceso al que aludía al principio de la entrada. Alguien lo cogió y lo guardo en su fundita, y así llegó hasta mí, que en el convencimiento de que estaba bien, no lo he visto en casi un año...
Las pruebas fehacientes:
Secuela número uno |
Secuela número dos |
Allí me tomé gustosamente un café cortado, alegremente sentado al sol de la terraza del bar, mientras escuchaba las intrascendentes conversaciones de los motoristas ocupantes de las mesas adyacentes.
¡Qué buenrollismo! ¡Qué hermanamiento! Mentira todo, jajajaja.
Una toma de la minigixxer en el aparcamiento:
Imponente, como nueva. |
Todo el camino en sexta velocidad, sin tocar el freno para nada, eso da una idea del ritmo que he llevado, hilando curvas, trazando con tiralíneas, mucha suavidad. Ha estado bien, sigo en comunión con la fiel máquina que tantos buenos ratos me ha hecho pasar.
Una cervezita a la vuelta con un colega en una terraza del centro, y luego me dirigí a tomar el almuerzo en "Huracanes":
La birra que no falte, desde luego. |
No es una mala relación calidad precio, teniendo en cuenta que me ha tocado la única camarera eficiente del local, tuve suerte. Mucho bullicio, niños gritando, padres indolentes... lo típico de una pizzería uno domingo de Carnaval.
Para rematar, aprovechando la soledad, me dirigí al cine para ver la última de Denzel Washington, bien acompañado por el actor que hizo de Linterna Verde.
No me extenderé comentando una peli que seguramente ya sabrán de qué va. A mí, personalmente, me ha gustado, aunque la he encontrado un pelín larga, prácticamente dos horas. Básicamente, trata de la pérdida de la inocencia de un joven, pero la historia no se sustenta en absoluto. No se puede pretender ser un agente secreto de la CIA y hacer del buenismo y la inocencia tu bandera vital, y cuando ves que el Mundo no se rige por tus parámetros ideales, mandarlo todo al carajo. No.
Pero tiene bastante acción, aunque ya se cansa uno de ver las mismas peleíllas, persecuciones y tramas. Para que se hagan una idea, es como una mezcla entre Misión Imposible y La identidad de Bourne. Un cinquillo le daba, quizá un seis, pero a lo mejor me estoy pasando.
Hasta aquí mi día libre, pues ya ha llegado el resto de mi familia y se ha acabado la tranquilidad.
Les mando un beso afectuoso, y les deseo una buena semana.
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