Yo, aún en contra del limitador, he tirado pal monte, que es para donde siempre tira la cabra, ya saben a lo que me refiero...
A la vuelta, a hora prudente y pertinente, he venido conduciendo uno de los vehículos de Joseantonio, también conocido como el Zulú, el Mandinga, o más comúnmente, el Mandahuevos:
Menuda pareja de elementos, el auto y el sujeto... |
La máquina consiste en un Citroen 2CV de los tiempos de Maricastaña, perfectamente restaurado y puesto a punto, con sus suspensiones megablanditas que parece que el coche va a volcar en cada viraje, su motor bicilíndrico bóxer de escasísima potencia, su volante grande y finito, y su característica palanca de cambio.
Para mí, que nunca había conducido ninguno, ha sido toda una experiencia. No ha sido algo tan guay como el Mini de hace una semana, pero sí igualmente romántico... sólo espero no estar haciéndome mayor demasiado pronto.
El carro, la verdad, es bonito y legendario, y su diseño se remonta a la oscuridad de mediados del siglo pasado, lo que es una buena pila de años, incluso de décadas en este caso.
Interior del espartano aparato. Se vislumbra el cambio, y en primer plano el enorme y fino volante. |
Bueno, no me puedo quejar con mi merchito, que me ha dado y me da muchas alegrías y satisfacciones.
Un beso a todos y felic año venidero, por cierto.
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