lunes, 14 de noviembre de 2011

Taller chapu

Visto el éxito de mi affaire con el relojero "profesional", mi amigo Josantonio, también conocido en los ambientes como "el Mandinga", "Zulú" o "el Mandahuevos", me vino ayer conque el peluco que le regalaron hace unas semanas, un fake -imitación o falsificación- de un Porsche Design comprado en Bali a un kinki por la calle, había sufrido el inconveniente de soltársele una pieza de la esfera:
A las nueve, donde poner "power reserve", justo encima podemos ver la pieza que se ha soltado de su ubicación original, que es donde señala la flecha triangular.
Quitamos la correa para que no nos moleste y damos la vuelta al relog, para ver cómo proceder:
Se trata de aflojar los ocho tornillitos que sujetan la enoooooorme tapa.
Aflojamos.
Fuera tapa, ya tenemos el mecanismo al aire.
Con cierta sorpresa, puedo comprobar que el mecanismo es un Miyota, fabricado por Citizen, y tiene piñonería metálica, lo que siempre es un detalle. Ningún rubí, algo común en este tipo de movimientos de cuarzo de baja esfofa.
Lo siguiente es extraer la corona con su tija, para lo que hay que presionar en un punto determinado, a cuyo efecto utilizo una aguja que le he birlado al limitador para mis menesteres:
Pulsamos suavemente al tiempo que tiramos de la corona, la cual sale fácil.
Fuera corona.
Ahora toca extraer la "bata", que es una pieza circular que sirve para que el movimiento no tenga holgura dentro de la caja, ajustándola en su posición exacta para que todo funcione bien. En este caso es de plástico, de color blanco. Sólo hay que ir tirando de ella poquito a poco, con cuidado, fijándose bien de dónde hay que sujetar:

Ya no hay nada que retenga al mecanismo, salvo la fuerza de la gravedad. Me ayudo de las pinzas y la trinco cuidando de no manipular indebidamente las agujas o cualquier otra cosa. En este punto empieza lo delicado, pues las agujas con objetos muy finos y delicados, y en este caso de difícil sustitución en caso de rotura...

Ahora nos queda la caja, y en el fondo, a la izquierda, sobre las diez, vemos la pieza que tenemos que poner en su sitio:

La trincamos con cuidadín, y la colocamos en su sitio:

Y con mi conocido útil de fabricación casera que ya usé para el tuneo de mi Seiko FFF, le doy la presión justa para que se introduzca y quede fijo en su ubicación:

De paso recoloco la aguja del cronómetro en su sitio, más o menos a las doce, pues se había corrido un diente hacia la derecha, lo que me hace pensar que tanto este desperfecto, como la desubicación de la pieza que he colocado en su lugar fueron debidos a una caída del reloc, o un golpe seco que lo ha desencajado todo.
Para finalizar la tarea, observando que todo esté limpito, sin motas de polvo ni huellas de dedazos, lo monto todo siguiendo el orden inverso y, voilà:

Bueno, esta vez era fácil, y si algo fallaba tampoco hubiera sido desastroso, ya que el objeto, de ínfima calidad dicho sea de paso, costó sólo veinte ecus al cambio.
He pasado un rato entretenido, que ha enriquecido un poco más mi afición a los relores. De hecho, ya tengo un par de encargos más de sendos amiguetes para poner agujas que se desencajaron, o coronas que se desmontaron misteriosamente...

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