martes, 23 de febrero de 2010


Wuuuaaalaaaa !!!!


Sí, les parecerá basto, chabacano, y totalmente impropio de este blog el uso de una expresión como la que titula a la entrada de hoy. Pero era necesaria.

Como pasa con casi todas las cosas que hace el hombre, hay cosas y cosas. Me explico. Hay casas y casas, hay bolígrafos y bolígrafos, hay motos y motos, relojes y relojes, y, por supuesto, hay coches y COCHES, con mayúsculas.

Algo me dice que no hay que profundizar mucho en el concepto, que lo vemos todos los días en casi todos los ámbitos de nuestra, a menudo, apacible y monótona vida. Pero a mí me gusta soñar, y por tanto les voy a hablar un poco de un automóvil que es a los coches lo que ciudades como París, Londres o Roma son al concepto de ciudad en sí mismo.


Les presento a Sir Phantom Coupé, qué digo, Archiduque Rolls Phantom Coupé:



La foto no le hace justicia en absoluto.
Hablar de especificaciones técnicas cuando se trata de un Rolls, es algo casi tan tabernario y vulgar como preguntar su precio. Bien es cierto que no mencionaré aquí el precio, pero sí algunas pistas de lo que este artilugio -que es una de las máximas expresiones de lo que el hombre es capaz de manufacturar con la tecnología que cabezas pensantes han puesto de manifiesto durante siglos- es capaz, a modo de descripción y que ayudarán a hacerse una idea de la envergadura del invento:


· Mide cinco metros y sesenta y un centímetros de longitud, que se dice pronto. Un Mercedes CL mide cinco metros y seis centímetros, lo que hace casi medio metro más corto... y ya es un coche que visualmente es grande. El clase S en versión larga llega a los cinco con veintidós, y parece enano frente a la mole del RR, que es incluso once centímetros más ancho y doce centímetros más alto... lo que viene a ser un auténtico tanque. Me lo imagino con una torre ametralladora sobresaliendo cual periscopio, y un par de lanzallamas a lo James Bond, en serio.

· El coche deja mucho espacio para los pasajeros, aunque se trate de un peculiar "coupé". Digo lo de peculiar porque aunque en RR lo denominen como Coupé, supongo que se refieren al simple hecho que implica tener sólo dos puertas. Pero la palabra "coupé", que viene del francés y cuyo significado es "cortado", se refiere originalmente a un tipo de coche que es eso, corto, o cortado, respecto del tamaño "normal" de un sedan al uso. Al ser más corto, buscando un comportamiento más deportivo -menor distancia entre ejes, menos peso, diseño más dinámico- sólo pueden quedar bien integradas dos puertas. Lo de tener dos o cuatro plazas no es algo consustancial al concepto de coupé en sí, sino más bien una obligación derivada de su propio diseño corto. Por ello, la mayoría de los coupés son de dos plazas, o tienen una configuración típica de 2+2 -que significa dos plazas delante y otras dos minúsculas plazitas detrás, propias de niños, para llevar equipaje, o para una corta y urgente emergencia si se trada de uno o dos adultos de talla minúscula -Dani Pedrosa, un jockey, el campeón de Albacete de peso paja-.

En el caso del Phantom Coupé, que parece ser deriva del Phantom a secas, se ha recortado en 23 centímetros la longitud. Si el Coupé ya es inmenso, traten de imaginar el carguero con ruedas que es el Phantom original, con 5'84 metros, un metro más que un clase E o un serie 5.

No creo que mis niños se encuentres incómodos ahí detrás...

Los que viajen detrás no irán tan cómodos como en un Ghost, pero sí mucho más que en prácticamente cualquier otro coche del mercado. Esto tiene una contrapartida, que es el ridículo espacio dedicado al equipaje. Si abrimos el maletero, acto que se puede realizar dando movimiento únicamente al portón típico, o accionando también la parte trasera, que se conoce como de tipo "picnic", nos encontramos con un volumen de unos 395 litros. Si se abren las dos partes, uno o dos adultos pueden sentarse en la puerta inferior -soporta un peso de hasta 150 kg-. Como parece que el potencial cliente de este auto no controla muy bien lo de los litros de volumen -¿cosas del sistema imperial?, se especifica claramente que caben cuatro juegos completos de palos de golf... cosa que, permítanme la osadía, dudo que sea verdad, a menos que sean juegos de palos de golf de niño pequeño.

Sexy, ¿no?

Este volumen es ridículo al lado de los 300 de mi SLK, los casi 500 del Altea XL de mi señora esposa, o los 560 del antesdicho clase S. No obstante, este es un mal menor, porque quien use eso para viajar, puede costearse fácilmente que tus siervos vayan por delante con todas las maletas de Vuitton necesarias, y avisen de la localización de los esclavos del Estado dispuestos a arruinar la fiesta de excesos con el pedal del acelerador. Asimismo, pueden ir haciendo la lista de gasolineras susceptibles de rellenar el tanque de cien litros que tiene la molesta manía de vaciarse a un ritmo tan cruelmente rápido como placentera es su conducción.

¡Qué bonito!, pero, son raros estos británicos, ¿eh?

· No es precisamente liviano, pues sus 2.665 kg en orden de marcha son similares a los de un Hummer H2, aunque no están igual de mal repartidos, obviamente. Su motor está configurado como un V12 de 6.749 centímetros cúbicos, lo que otorga una finura superlativa, un par motor más que suficiente para mover al extinto Titanic, y lanzarlo a una elevadísima velocidad de crucero gobernada electrónicamente. Mucho ojo, que no se dice "limitada", sino "gobernada", que es un detalle muy apreciable, muy inglés, y que me ha gustado muy muchísimo. Dicho motoraco es fabricado por BMW, aunque la marca bávara no lo monta en ninguno de sus modelos. El motor más grande de BMW, un seis litros, es el que tiene el 760i. Por descontado, es automático.

· Pocos coches se permiten la osadía de montar unas llantas de 21 pulgadas, y además conseguir que parezcan pequeñas, y que su conducción no sea para nada incómoda.
· Es un coche un poco atípico dentro de la gama de RR, porque está un poco más orientado al conductor que el resto -que son, para el que no lo sepa, destinados a ser conducidos por choffeurs, nunca por el dueño que debe ir cómodamente apoltronado en el butacón de honor, situado en la parte de atrás, en el sitio contrario al del volante-.



¿Un automóvil o un yate de recreo? Usted mismo.

· Las puertas tienen apertura suicida, con la bisagra en la parte trasera, se abren al revés, lo que facilita mucho el acceso a las plazas traseras, amén de dar un toque aún más exótico y característico al coche. Por supuesto, por si alguien se lo había preguntado, las ventanillas no tienen marco, como todo buen coupé. Como abren de esa forma tan peculiar, si usted es pequeño o brazicorto, no se preocupe, puede presionar un botón y se cerrará automáticamente. Como lo oye. Pero con suma suavidad y categoría, desde luego.
· En el interior es de apreciar la absoluta ausencia de un material conocido como "plástico". Eso no está permitido aquí, oigan. Si quieren algo de eso, váyanse a Mercedes, a Bugatti, o a Ferrari. Aquí sólo encontrarán madera y cuero de la más alta calidad. Todo trabajado y ajustado a mano laboriosamente por artesanos con un montón de años de experiencia. Se tardan muchísimas horas en manufacturar el interior de cualquier RR, y más uno como éste Coupé, que va a ser conducido por su dueño de vez en cuando. La impresión que da cuando uno ve el interior de este artefacto es de encontrarse a bordo de un yate de recreo -no cualquier yate, sino uno de los buenos, por supuesto-.
· Se sirve con un sistema multimedia con 15 altavoces -incluidos dos subwoofers-, 9 canales y 420 watios de potencia, que crean el ambiente musical más apropiado para la ocasión: la Cabalgata de la Walkirias de Wagner deber ir siempre en nuestra selección "on the fly" del iPod, para el que tiene la conectividad asegurada. O sea, este coche es un clásico por su concepto, tradición de marca y técnica de fabricación, pero no nos debe caber ninguna duda acerca de su más extrema dotación tecnológica, con los límites apropiados al uso al que va dirigido. Me explicaré: de nada le sirve al conductor-dueño de un Phantom Coupé que su coche cambie en menos de 100 milisegundos -joder, ¿no es más fácil decir "una décima de segundo"?- como un Ferrari 458, porque no tiene mucho sentido. Esto no es para hacer vueltas rápidas en el Ring, sino vueltas con clase y comodidad tanto en el autobahn, como en esa carreterilla de segunda, tercera o cuarta categoría de la campiña francesa, Escocia o la Isla de Man. No me cabe duda de que si RR quisiera, tendría esa caja de cambios en el Coupé, pero simplemente no la necesita. En cambio, tiene un convertidor de par tan suave y efectivo en su cometido que parece un variador por su imperceptible actuación a la hora de pasar de una velocidad a otra. Tiene, asimismo, todo tipo de sensores destinados a hacer que su estabilidad no se resienta por bruto y poco inspirado que esté el conductor, controles de tracción modernos, de antibloqueo de frenos, asistencia variable de la dirección, suspensiones activas neumáticas, y ese fantástico detalle del emblema de las ruedas que siempre permanecen en la misma posición aunque la rueda gire -mediante contrapesos y rodamientos-.
· El complemento ideal para crear un clima agradable en un largo viaje lo proporciona la iluminación opcional del techo que, mediante fibra óptica, crea la sensación de estar bajo un cielo estrellado complementando así la tenue iluminación interior estilo Boulevard de serie.
Esta iluminación es ajustable, y se complementa con dos luces de lectura direccionables en los asientos posteriores.



La Vía Láctea al alcance de la mano.
Este coche no ha sido probado por mí. Ni siquiera lo he visto en vivo, y eso que voy de vez en cuando a Puerto Banús, Vilamoura y al Club de Golf de Matalascañas. Tampoco albergo esperanza alguna de conducirlo en toda mi vida.


Su primo hermano, el Phantom Drophead Coupé: mismo perro, pero destechable. Simplemente espectacular.

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